Argentina: La lucha continúa
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Falsedad, Hipocresía y Encubrimiento en la Docencia Superior Argentina.
A propósito del Manifiesto del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN)
El documento titulado Manifiesto por la Educación Pública, Argentina 2020,
publicado en Octubre de 2001 por el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN),
que se puede hallar fácilmente en la web, cuenta con un texto extremadamente
breve y de una pobreza samaritana, donde su único leitmotiv es un repetido y
remanido latiguillo por el consabido aumento presupuestario.
Eduardo R. Saguier
Investigador Independiente del CONICET
En su texto no existe por parte de sus firmantes el menor intento de
investigación sobre las sospechosas gestiones administrativas (que incluyen
imposturas en sus credenciales y actos de cohecho y desfalco), y sobre el bajo
nivel de los contenidos educativos y científicos ofrecidos al estudiantado
argentino, todo lo cual ha vuelto a algunas de sus autoridades merecedoras de
una ineludible y legítima indagatoria en sede judicial. Tampoco existe por parte
de estas autoridades universitarias el menor atisbo de autocrítica por el triste
cuadro que ofrece el desempeño de sus funcionarios en los distintos niveles; el
más mínimo reproche a la legislación y las reglamentaciones vigentes y al
extendido patron-clientelismo y prebendarismo del espacio público, imperante en
sus prácticas docentes e investigativas; al burocratismo de su moroso y
negligente accionar administrativo; y al amiguismo, discrecionalismo y nepotismo
que rigen la selección de su personal docente, la formación de sus jurados de
concurso, y la facciosa distribución de sus dedicaciones, subsidios, incentivos
y premios.
Por todo ello, consterna y alarma que aún hoy --a casi tres años de emitido
dicho frustrado Documento-- distinguidos profesores persistan en apoyar e
incluso inviten a adherir a un texto de tamaña hipocresía, encubrimiento y
falsedad, y que se sumen mansa y disciplinadamente a un reclamo corporativo y
gremial motorizado por una institución como el Consejo Interuniversitario
Nacional (CIN) --con sede oficial en la Academia Nacional de Educación (Porto-Salonia)--
que se ha caracterizado por nuclear en su seno, con la complicidad del
Delaruista y cuasi-vitalicio Secretario de Políticas Universitarias Juan Carlos
Pugliese (h), y del actual Ministro de Educación Lic. Daniel Filmus, todas las
camarillas, los vicios y las corruptelas del repertorio burocrático-mafioso
argentino, boicoteando así los sanos pero tibios intentos reparadores de nuestro
actual Presidente Néstor C. Kirchner.
Más específicamente, llena de asombro que las Universidades Nacionales del
conurbano paguen los más altos sueldos de la universidad pública, al extremo de
lograr seducir salarialmente a los docentes de la UBA ahora desafectos, y
paralelamente no le otorgan a sus propias Bibliotecas, Laboratorios y órganos de
préstamo inter-bibliotecario la importancia que deben merecer en toda
institución de educación superior que se precie de tal, y en especial en
instituciones que por su distanciamiento geográfico del centro porteño vuelven a
los recursos bibliográficos y a la fotoduplicación institucional --en los
laboratorios electrónicos-- aún más forzosos e inexcusables. Cuando a mediados
del año pasado visité las Universidades Nacionales de Lanús, General Sarmiento,
San Martín y La Matanza, para mi investigación publicada en Arizona (EPAA), lo
que mas me abatió fue el escaso aprovechamiento bibliográfico de los muy
abundantes recursos electrónicos existentes y paralelamente la humillante
miseria y aislamiento de sus Bibliotecas, que fácilmente cabían en el estrecho
living de mi domicilio particular.
Finalmente, pude descubrir con mi visita personal, con el diálogo que mantuve
con parte de sus propios equipos docentes y con los informes que vengo
recibiendo acerca de los haberes salariales y los contratos que se cobran en
dichas instituciones universitarias nacionales del conurbano bonaerense, la
existencia de un mecanismo mercantil, faccioso y conspirativo, a escala
nacional, para vaciar de docentes prestigiosos a las instituciones públicas
tradicionales como la UBA, y simultáneamente someter a su propio estudiantado
local a infraestructuras educativas de una penuria e incomunicación agraviantes.
Cordialmente,
Eduardo R. Saguier
Investigador Independiente del CONICET