Argentina: La lucha continúa
|
DELICADO NIVEL DE BRONCA EN LAS CALLES
Enrique Oliva
La clase política en general sigue sin advertir la realidad que la rodea anunciando hogueras. No se sensibilizan con la nueva conmoción social generada por la movilización de la clase media a raíz del caso Blumberg, mucho más multitudinaria que los cacerolazos por la pesificación.
Lo innegable es que las calles expresan cotidianamente broncas diversas de sectores con distintas motivaciones. También comienza a preocuparse la masa de indiferentes de la política que ni siquiera asiste a los comicios pero tienen muy sensibles sus bolsillos y ahora descubre lo fácil que es perder la vida en estos momentos.
Estas situaciones reales no deben hacernos olvidar a los muy activos piqueteros, que comparten la propiedad y dominio de los pavimentos y calles de tierra. Son tan desposeídos que no se interesan por ellos ni los asaltantes. Es una franja social donde la inseguridad tiene rostros de hambre, desocupación, intemperie, enfermedad, educación, etc. etc.
La acertada posición gubernamental de correr riesgos políticos antes de encarar sangre de represión, es desde todo punto de vista plausible. Hacer lo contrario significaría provocar un caos social de cuyos terribles efectos no se salvaría ningún sector de la comunidad. ¿O no? También se ignora o minimiza el aumento del porcentaje de jóvenes intervinientes, el grado de organización que muestran y el profesionalismo dinámico de sus discursos con el ejercicio cotidiano.
El diario La Nación del 14 de marzo pasado, trae una nota titulada: "Se quintuplicaron los grupos piqueteros en el conurbano", informando que "esos datos provienen del Ministerio de Desarrollo Humano bonaerense". Afirma que los grupos piqueteros pasaron de 14 a 62 en el 2003. Habla de 43 desprendimientos y 19 nuevas organizaciones, y que en los cinco últimos meses realizaron 251 cortes del tránsito (5 cada 3 días).
Eso de los "desprendimientos" debe interpretarse correctamente. No son "divisiones" enfrentadas en puntos fundamentales, sino que se están organizando barrialmente y nada les impedirá, en cualquier momento, actuar juntas. Ahora son células independientes pero con discretas conexiones para accionar, para eludir la represión o provocarla. El aumento de la incorporación de jóvenes activistas y lo bien armado de los discursos, muestran un creciente grado de progreso organizativo dinámico.
¿Se imagina alguien lo que sería una acción piquetera que explotara simultáneamente en una treintena de lugares de la Capital Federal y otro tanto en el Gran Buenos Aires?
Pero quienes se creen dirigentes de las burocracias partidocráticas no la entienden. Creen tener controlada la situación. Repiten soberbios argumentos por TV y, como los televisores no explotan con las falsedades, duermen tranquilos, suponen ser dueños de la verdad.
Ahora el muy lamentable (pero no único) caso de Axel Blumberg, ha lanzado también a la calle más bronca.
El divulgado sitio Urgente 24, titula este lunes 12 de abril: "Piqueteros festejan ‘un año de promesas incumplidas’ de Solá". Se trata, dicen, de "jóvenes y mayores de 60 años del conurbano que han empezado cursos de capacitación y huertas comunitarias y nunca recibieron el sueldo prometido".
Un nueva: los colectiveros, en defensa de su trabajo, llamaron la atención sin cortar calles, sino introduciendo sus vehículos rodeando la Pirámide de la Plaza de Mayo.
En la práctica, la protesta callejera agrupa a quienes reclaman por seguridad, con quienes se sienten justificadamente estafados por el corralito, más los afectados por incumplimiento de convenios de trabajo, y la insuficiencia de los salarios. Todos ellos van ocupando espacios callejeros, como ya lo hacen los piqueteros con sus múltiples y urgentes necesidades. Solo estos últimos, como sugerencia para que el gobierno disponga de dinero para auxiliarlos, exigen el no pago de la deuda ilegal.
También el diario La Nación del 18 de marzo trajo una noticia inquietante bajo el título: "La justicia ya tiene identificados a 30 líderes piqueteros acusados de intimidación pública y obstrucción del tránsito". Luego dice que un fiscal llamado Romero ha pedido a un juez la detención y juzgamiento de la treintena de sindicados como responsables de los citados hechos delictivos. ¿Proceder así no será una provocación para más protestas?.
Siguiendo al mismo matutino del 28 de marzo pasado, informa que una encuesta demuestra que "disminuye la confianza popular en el gobierno". Y destaca al Gran Buenos Aires registrando un 10 % más con respecto a febrero, cuando la marca alcanzó solo el 5 %. Es decir, eso ocurre donde hay más concentraciones de piqueteros.
En fin, agudicemos entre todos la imaginación para tomar determinaciones conducentes a encontrar soluciones sin llegar a la represión o el caos.