Argentina: La lucha continúa
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Las otras caras del Sr. Blumberg
Mabel Bellucci y Tuli Coseglia
Este artículo se escribió basándose en los contenidos de una cantidad notable de web-site; diarios nacionales; revistas; programas de televisión y radios así como la recolección de testimonios callejeros e informales recogidos durante y posteriormente a la marcha. Nuestro objetivo consiste en abordar- desde un análisis ideológico- la irrupción de un movimiento que se autoconvoca en torno a la seguridad de la sociedad y básicamente por la vida de los hijos y se centra a partir de una figura anónima y emergente.
La movilización del 1 de abril de 2004 instala como lema emblemático el pedido de justicia para gran parte de la llamada ciudadanía independiente, silenciosa y no violenta.
A la vez, coloca al acto de participar como en una gesta cívica que impugna fuertemente el funcionamiento de la representación política actual en pos de la pacificación y la recuperación de las instituciones.
Este acontecimiento es vivido de manera exultante- estimulado por las corporaciones de comunicación gráficas y radiales- por amplios sectores que desconocían la sensación de fuerza que otorga el ocupar la calle. Es posible que muchos y muchas de las personas que se movilizaron ese día, hubieran salido el 19 de diciembre de 2001 al escuchar el último discurso del ex presidente F. De La Rúa que anunciaba la aplicación del estado de sitio. No obstante, se abroquelaron en sus balcones para observar como la muchedumbre se iba desplazando a lo largo de la ciudad y por temor y miedo al anonimato y a los desmanes que se podrían generar, se quedaron con deseos de ser partícipes de un repudio que emergía de manera espontánea y sin liderazgos a la vista.
La movilización del 1 de abril de 2004 atravesó dos etapas.
La primera, su apertura en el Congreso, a la que asistieron también personas vinculadas a las organizaciones clásicas de derechos humanos y aquellas que luchan contra la impunidad del gatillo fácil y los escuadrones de la muerte. También familiares de víctimas por violaciones y secuestros extorsivos así como algún que otro partido político de izquierda. La segunda, al encontrarse con ese escenario montado desde el Congreso Nacional, estas mismas agrupaciones decidieron no acompañar el peregrinaje posterior hacia Plaza de Mayo. Espacio que quedó en manos de sectores pertenecientes o identificados con la clase media y alta, básicamente de zona norte y Belgrano. Por primera vez, sentían como propia la plaza ya que en los últimos sesenta años fue el escenario donde transcurrieron las luchas y formas de resistencia popular.
En estos momentos, después del hito de gloria provocado por la multitudinaria marcha del 1 de abril, convocan a una cruzada de solidaridad armando redes de comunicación y participación. Por ejemplo, juntas de firmas en diferentes lugares de la ciudad ( kioscos de diarios, farmacias, centros comerciales; etc) estimuladas desde canales de televisión; diarios y revistas de gran tirada, como el caso de "Gente". Esta misma en su último número (7-04-2004) adosa un folleto con un resumen del petitorio y una grilla para diez firmas. Asimismo, este movimiento estimula a adherir por correo electrónico; páginas web; llamadas telefónicas y convocatorias a movilizaciones semanales; redes intercountries; entre otras estrategias.
Todo ello con el objetivo de lograr 2.000.000 firmas que necesitan para que el Parlamento Nacional se vea forzado a tratar el tema. Dichas firmas refuerzan el carácter de presión de esta campaña dirigida por el Sr. Blumberg, acompañado por la insistente y completa cobertura de los medios de comunicación de cada uno de los actos que se van realizando día a día. Presumiblemente, desean comprometer no solamente a toda la sociedad en su conjunto- suspendiendo por el momento las divisiones de clase- sino también a sus representantes legislativos. Por esa razón, autotitulan sus acciones "Cruzada por la Vida".
Esto nos llevaría a pensar que sus protagonistas descubren una nueva herramienta de presión y de visibilidad, utilizada desde hace años por agrupaciones de izquierdas, como son los escraches. Esta vez, la condena social no se desarrolla frente a un domicilio particular de un represor o de una denostada figura política sino que es una "forma de delación televisada" desde la Cámara Baja y Alta.
En la medida que se acrecientan los apoyos a partir de un compromiso emocional vivido como "una causa propia", el Sr. Blumberg va pasando la etapa de ese padre angustiado que llora en público por su tragedia a la de un asesor ad- hoc de los poderes políticos en cuestiones de seguridad.
Esta invocación a la seguridad obliga a pensarla dentro del escenario internacional actual. La noción de seguridad comienza a globalizarse desde el 11 de Septiembre de 2001 en Estados Unidos y, más tarde, se expande hacia las principales ciudades europeas a partir de la Guerra contra Irak, en 2003. El capitalismo central exige nuevos controles estatales y paraestatales que le permita el control de la información. Frente a la evidencia de que los clásicos aparatos de represión y espionaje ya resultan obsoletos, los cuales no supieron anticipar los conocidos ataques de grupos islámicos, se plantea la necesidad de otro tipo de seguridad.
A partir del discurso del Sr. Blumberg el principio de seguridad presente en el plano internacional es resignificado bajo códigos locales: el enemigo no es externo sino interno. Vale decir, el miedo se personifica no en un atentado indiscriminado sino en un asesinato por secuestro extorsivo, en manos de la delincuencia, sin incluir las víctimas del gatillo fácil y de los escuadrones de la muerte.
Tampoco está en cuestión los modos de corrupción constitutiva de la institución policial, sino que se subjetiviza el problema entre policías buenos/honestos y corruptos/asesinos/cómplices.
¿Cuál es entonces la respuesta ante este dilema? Seguramente, será privatizar las fuerzas del orden y así conseguir una mayor eficiencia.
Partiendo de esta lógica, la violencia de la cual son víctimas los "ciudadanos decentes" no es comprendida jamás como un resultado de la violencia que ellos mismos generan por sus acciones de clases hegemónicas.
Por esa razón, se insiste en el problema de la seguridad/delincuencia cuando el conflicto estaría encolumnado en criminalidad/exclusión y pobreza extrema.
El Sr.Blumberg y el Sentido Común
Su emblema de serenidad, entereza y austeridad verborrágica lo coloca en un estadio por encima de las instituciones y sus dirigencias. Eso lleva a que el Sr. Blumberg ocupe un rol de profeta con una impronta de liderazgo espontáneo, disociado de las luchas de los movimientos de derechos humanos desde los ’70 hasta la actualidad.
Es posible que la ciudadanía decente interpelada lo que registra del Sr. Blumberg es su perfil de hombre sin pasado y solitario con su causa. Un varón adulto desolado que golpea las puertas del poder para ser escuchado por la muerte de su hijo. Aunque su demanda se universaliza al aglutinar "por la vida de nuestros hijos"
¿ Alguien se preguntó quién es el Sr. Blumberg ? ¿ Alguien le preguntó quién es él ?. A esta altura de los acontecimientos, sería irrespetuoso semejante osadía. Hasta podrían decir: "qué importa eso, ahora ". Este silencio casi asensuado resulta singular en momentos en que los platos fuertes de la televisión se basan sustancialmente es desnudar intimidades, vidas privadas de todo el mundo con excepción del Sr. Blumberg.
Por ejemplo, son contadas las ocasiones que apareció acompañado por su esposa.
En el programa "Hora Clave"( 4-04-04) definió a su mujer como una intelectual que carece de sentido común. Es más: señaló que la señora que trabaja en su casa tiene más sentido común que ella. Aparte, de ser un comentario sexista ¿ su mujer se paralizaría frente a la abrumadora presión periodística? O ¿hablaría sin parar, sin medir lo que está diciendo? ¿ Qué nos está afirmando el Sr. Blumberg cuándo habla de sentido común?
Es él quien representa el sentido común y, por ello, es acompañado sin ningún tipo de cuestionamiento. Por lo tanto, con ese consenso adquirido acciona en el terreno político institucional.
La apelación al sentido común como vector de políticas públicas representa justamente el mismo procedimiento implementado por el menemato para llevar a cabo desde las privatizaciones de las empresas del Estado, la imposición de los indultos y el conjunto de sus medidas económicas, sociales y culturales.
En cuanto al Sr. Blumberg, es significativo la impronta de aparecer como un hombre solo reclamando por la muerte de su hijo, cuando la sociedad argentina- a lo largo de estas tres últimas décadas- se acostumbró a que quienes protagonizan la lucha y la protesta fueron y son mujeres. Vale decir: se podría relacionar la voz femenina con la resistencia política, el incontrol llevado por el odio y la poca mesura en las palabras.
Aunque el Sr. Blumberg se presenta de cara a la sociedad como un simple ciudadano comido por el dolor, demuestra un dominio del espacio público que cualquier par carece por falta de oportunidad o inexperiencia. Llama la atención entonces que un simple empresario textil disponga de ese
" habitus" de disciplinamiento frente a una multitud de 150.000 participantes, sin una práctica previa. Asimismo, su desempeño en intervenir en una cantidad inagotable de programas televisivos; reportajes radiales y gráficos.
En líneas generales, sucede que aquellos y aquellas que se mueven en la arena política provienen de estructuras partidarias o sino son personas anónimas que la insistencia de la situación específica les permite adquirir un ejercicio de profesionalismo. Aunque, en ambos casos siempre se necesita tiempo, nadie aún logró hacerlo en el término de dos semanas.
Otro detalle que no se puede soslayar, es que en muchísimos casos de víctimas del gatillo fácil aparecen los familiares juntos o separados. Hablan en torno a sus profesiones, oficios; en fin, asoman puntas de su vida cotidiana. En este hecho preciso, el único detalle concreto que los lectores y televidentes conocen del Sr. Blumberg, es la dirección de su casa y el barrio en el que vive así como el nombre del colegio secundario y universidad a la que su hijo asistió. Nada más. Diferentes periodistas buscaron más datos por distintas páginas webs y les resultó imposible ampliar la información sobre su figura y trayectoria.
Son sugerentes las palabras de María Teresa Schanack , cofundadora y presidenta de la COFAVI (Comisión de Familiares de Víctimas Indefensas de la Violencia Social, Policial, Judicial e Institucional), publicadas en Argenpress. Info, el 6 de abril de 2004.
"...Llegué al Congreso a las 18 horas, allí me encontré con varios familiares juntos nos fuimos acercando hasta la Plaza de los dos Congresos, había mucha gente, traté de buscar alguna tarima o palco, donde pensé estaría la familia de Axel, para acercarles nuestra solidaridad, estaba emocionada por la convocatoria, de pronto me di cuenta que detrás de la valla que cerca al Palacio, había parlantes y un micrófono, pensé que algún funcionario hablaría antes del acto, pero; me sorprendió la presencia del Coro Kennedy, y más grande fue mi sorpresa, al ver que la puerta grande del Congreso, se abría para dar paso al señor Blumberg, y a su familia, acompañados de personal de seguridad, la emoción le dio paso a la bronca, compartida por todos los familiares conocidos y desconocidos, que estábamos allí, frente al micrófono instalado en las escalinatas del Congreso con los carteles de nuestros hijos, pero de el lado de afuera, o sea detrás de la valla que ponen para que no podamos acceder a las mismas, esta manifestación provocó en mi sensaciones encontradas, por un lado, pensé que el pueblo argentino, había salido de su letargo, y me emocionó la cantidad de gente que participó, pero por otro, sentí mucha bronca, cuando vi que todo estaba preparado por el gobierno, llegamos hasta allí, pensando que Blumberg estaría en la Plaza de los dos Congresos, en algún palco instalado por ellos, jamás me hubiera imaginado que entraría en un auto oficial, al patio o cochera del Congreso, con guardias de Seguridad, que lo traían desde su casa, como tampoco puedo entender, que se abriera la puerta principal del Palacio, que se usa solamente cuando vienen presidentes de otros países, reyes, o Altos Comisionados de algún Organismo Internacional, me sentí muy mal cuando vi que todos los familiares de las víctimas que estábamos del otro lado de la cerca, no podíamos estar junto a él, y hubo muchas críticas alrededor mío, porque no nos hicieron pasar. Como es posible, que nosotros, que estamos trabajando, en forma voluntaria, y sin cobrar un solo peso, desde hace 12 años, en la Cámara de Diputados de la Nación, gracias a que cinco o seis Legisladores, nos van dando un espacio para que hagamos lo que hacemos, jamás hayamos sido recibidos en las Comisiones de Derechos Humanos, Legislación Penal o Asuntos Constitucionales, como tampoco, vinieron a nuestras casas Ministros, Gobernadores y nunca nos recibió ningún presidente, ni siquiera Kirchner, al cuál pedimos una audiencia el año pasado? Sin embargo Blumberg, recorrió en una semana, todos estos espacios..."
Hasta el día de hoy comenzaron a aparecer algunas voces que ponen en discusión a este movimiento surgido el 1 de abril. Abren interrogantes en cuanto a su independencia y espontaneísmo y carácter universal de representar a las voces anónimas de la ciudadanía sin mediación, más que su presencia y palabra .Por ejemplo, entre otros tantos planteos, se encuentran la solicitada de Madres de Plaza de Mayo – Línea Fundadora junto con Abuelas e H.I.J.O.S
( Diario Página 12, 04 –04-04); el documento de la Correpi (Boletín Electrónico); el reportaje a Eugenio Zaffaroni (Diario La Nación 3-04-04) ; las declaraciones del periodista Eduardo Aliverti (5-04-04) y de Adolfo Pérez Esquivel ( FSM-Argentina, 2-04-04).
Se podría insinuar que la manifestación del 1 de abril de 2004 es vivida y sentida por estos sectores como su propio 19 y 20 de diciembre de 2001.
De alguna manera, ambos acontecimientos representan puntos de inflexión por su carácter referencial, paradigmático y de bisagra.
Tanto en una como en otra situación, los participantes salen a decir NO y cada uno con sus modos de intervención de acuerdo al escenario político y, por diferentes intereses de clase, cuestionan el sistema de representación y los poderes públicos.
A diferencia de la revuelta plebeya del 19 y 20 de diciembre de 2001, la movilización del 1 de abril de 2004 giró en torno a una figura central y a un discurso único. Ese mismo discurso confronta a los relatos más representativos de los organismos de Derechos Humanos. Coloca a la defensa de los Derechos Humanos en el lugar de la defensa de criminales. El resultado es claro: se construye una antinomia entre víctimas honorables y víctimas sospechosas cuando el reclamo refiere a la violencia policial e institucional. Una vez más, se reinstala la teoría de los dos demonios de manera oportuna después del acto por la recuperación de la ESMA que cuenta con la presencia e intervención de los organismos de Derechos Humanos.
Por otro lado, el Sr. Blumberg a partir de su tragedia logra reflotar viejas figuras de la derecha extrema, las que se mantuvieron en silencio durante ciertas conquistas referentes a la impunidad generada por la violación de los derechos humanos con el terrorismo de estado y posteriores gobiernos civiles. Estos siniestros personajes vuelven reformulados por el discurso del Sr. Blumberg : Que se queden Todos, aquellos que son funcionales a su proyecto.
El posible surgimiento de una nueva derecha- no partidaria, movimientística, personalista y sin una estructura aparente- no es más que la consecuencia de una crisis hegemónica por parte del sistema representativo, que no supo dar todas las respuestas que exigían los mismos sectores dominantes. Sin olvidar, que este sistema ya había sido jaqueado estrepitosamente por la revuelta plebeya de diciembre de 2001.
El resultado estaría conformado en un nuevo movimiento, encabezada por los amigos y familiares de Axel Blumberg y vorazmente cooptada por los sectores identificados con la derecha tradicional, radicalizada y católica.
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