Juane Basso

Bajo la iniciativa del gremio de las meretrices y organizaciones de derechos humanos se realizó una campaña para dignificar a las trabajadoras sexuales y reclamar justicia para Sandra Cabrera

La mañana del viernes 5, las paredes del centro de Rosario amanecieron recordando a Sandra Cabrera y su lucha. Por medios de inscripciones con las consigna "Justicia para Sandra" y "El trabajo sexual no es delito", acompañadas por el dibujo de una motocicleta como la que usaba la dirigente de Ammar asesinada. La iniciativa estuvo a cargo del gremio de las meretrices y organizaciones de derechos humanos.
La actividad surgió a raíz de una propuesta de los integrantes de la Red Represión Cero, un espacio compuesto por agrupaciones barriales, estudiantiles y de derechos humanos que habían realizado una experiencia similar en donde se pintaron manos en las paredes, en alusión a la situación de un cacheo policial, con frases como: "Ser desocupado no es delito", "Ser negro no es delito", "Ser pobre no es delito", entre otras. Ana Oberlin, integrante de la agrupación H.i.j.o.s. contó que "se nos ocurrió que podíamos ampliar aquella campaña antirrepresiva y se lo propusimos a las chicas de Ammar".
Según la abogada y militante Oberlin "el objetivo de la campaña, igual que el año pasado con las manos en las paredes, es instalar un debate en relación a los problemas de la ‘seguridad’ y la violencia policial desde otro lugar. Normalmente los medios y el poder político demonizan siempre a los jóvenes, los pobres o en este caso las meretrices, y nunca se habla de los grandes delincuentes que generan mayor inseguridad como los bancos que giran dinero al exterior, los que explotan a los obreros o los que contaminan nuestro río"