Argentina: La lucha continúa
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FELIPE PEREZ ROQUE, CANCILLER DE CUBA
"Si Argentina logra hacer prevalecer sus justos intereses nacionales, su razonamiento, sentaría un gran precedente", afirma el canciller cubano en relación con la negociación de la deuda externa. Pérez Roque aseguró que en Cuba "hay más democracia que en cualquier otro lugar".
Por Eduardo Tagliaferro y Luis Bruschtein
Para los cubanos es Felipe, sin el apellido, y se sabe que hablan del canciller Pérez Roque que visita Buenos Aires. "América latina está pendiente de la negociación de Argentina por la deuda", afirmó este ingeniero locuaz de 38 años que fue dirigente estudiantil y luego secretario de Fidel Castro. Casado, con dos hijos, el canciller cubano insistió en su entrevista con Página/12 en que "sobre los hombros de Argentina recae una parte de la responsabilidad para crear un nuevo orden internacional" y propone un pool de deudores para negociar en conjunto. Crítico del Alca, aceptó también la polémica sobre las acusaciones norteamericanas en la Comisión de Derechos Humanos en la ONU.
–Esta es la primera visita de alto nivel después de la visita de Fidel...
–Y es la primera visita de un canciller cubano en diez años.
–¿Cómo ven estos meses que han pasado en la relación entre Cuba y Argentina?
–Hubo un fortalecimiento y una ampliación de las relaciones bilaterales, se ven las primeras señales de que crece el comercio, hay posibilidades de que Argentina se convierta en un proveedor importante de alimentos, se ven claramente señales de un nuevo impulso. A nivel político, bilateral, hay un diálogo respetuoso, hemos apoyado las aspiraciones argentinas a ser miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, hemos apoyado su reclamo de soberanía en las Malvinas. Yo creo que, a nivel político, lo nuevo es que la visita de Fidel marcó el comienzo de un proceso que culmina ahora en diciembre con el restablecimiento pleno de las relaciones a nivel oficial. En lo interno, podemos apreciar un espíritu nuevo en Argentina, una sensación de optimismo en la gente, un nuevo momento, menos crispación que cuando vinimos unos meses atrás. Yo diría que lo más importante que ha ocurrido es la proyección internacional de Argentina y el papel del presidente Kirchner en su defensa de los intereses nacionales. En estos meses se consolidó la noción de que se está dando una batalla en Argentina que no tiene que ver sólo con Argentina. De ella dependerán mucho las futuras negociaciones económicas de América latina y de otros países.
–¿Qué expectativa hay sobre las negociaciones que está realizando el gobierno argentino con respecto a la deuda?
–Si Argentina es doblegada, si se le imponen las condiciones que plantean el Fondo Monetario y otros poderes financieros internacionales, sería muy negativo, sentaría un precedente muy negativo para otros países. Pero si Argentina logra hacer prevalecer su posición, sus justos intereses nacionales, su razonamiento de que ya basta de expoliación, de que ha sido bastante lo que ha ocurrido, yo creo que eso va a jugar un papel muy importante. En los hombros de Argentina recaen muchas de las responsabilidades de defender la necesidad de un nuevo orden, de nuevas condiciones y de un reconocimiento de que mecanismos como el de la deuda externa constituyen un freno que hace imposible el desarrollo económico y social de América latina. Fíjese que en 1985, la deuda externa de América latina era de 350 mil millones de dólares. Desde ese año hasta ahora, América latina pagó más de 800 mil millones de dólares. Y ahora la deuda es de 750 mil millones.
–En 1985, Fidel afirmó que la deuda era impagable. ¿Veinte años después usted piensa que esa conclusión está siendo tomada por otros dirigentes de la región?
–Creo que si Argentina y Brasil, a quienes se les pueden sumar otros países de América latina, crean un núcleo de deudores que defiendan sus derechos, tendrían una gran capacidad de negociación. En conjunto serían casi 500 mil millones de dólares, eso daría una capacidad de negociación, de no aceptar imposiciones. Porque la estrategia del Fondo Monetario, de los acreedores, es dividir a nuestros países para negociar e imponerles condiciones por separado.
–¿Cuáles son las aspiraciones de Cuba en relación con la apertura que comienza en varios países de América latina?
–Dos aspiraciones: la primera, consolidar la derrota total del neoliberalismo. Estamos viendo la emergencia de nuevas fuerzas populares que han dicho basta y que defienden un camino distinto del neoliberalismo. Y la segunda, lograr una genuina integración de América latina. El Alca no es un proceso de integración. Es un fraude decir que ésa es la idea de Bolívar, San Martín o de José Martí. El Alca es el proyecto de absorción de América latina por los grandes intereses internacionales de Estados Unidos. Lo que hay que poner en la agenda es la integración, formar un gran bloque de los países de América latina y el Caribe, integrado por 33 países, más de 400 millones de habitantes y dos billones de Producto Bruto Interno en conjunto, una gran capacidad de trabajar.
–Esta semana, el presidente norteamericano George Bush endureció el bloqueo contra Cuba y acusó a su gobierno de desestabilizar a países de la región. ¿Cuál es la respuesta de Cuba a esta acusación tan grave?
–Cuba se declara inocente de la acusación de estar desestabilizando a América latina. A América latina la desestabilizó la imposición de un modelo neoliberal que empobreció a más de 240 millones de latinoamericanos, que empobreció a la gran mayoría para enriquecer a una pequeña minoría ligada a los capitales de Estados Unidos. Ese es el tema: ¿quién es el culpable de lo que se acusa a Cuba?: el Fondo Monetario y las políticas del Consenso de Washington. Ahora, si se nos acusa de simbolizar una alternativa diferente, si se nos acusa de ser un ejemplo subversivo, porque probamos cómo un pequeño país sin recursos, bloqueado, puede sin embargo tener niveles de justicia social, de derechos reales para sus ciudadanos, aceptamos la acusación. Por supuesto que las acusaciones del gobierno norteamericano no tienen ningún sentido, son superficiales. Y, justo es reconocer, también están ligadas con la campaña electoral en ese país, Bush está nervioso porque ve peligrar su reelección y entonces empieza a cortejar a los grupos ultraderechistas de Miami.
–En el contexto de esas acusaciones, ¿el gobierno de Cuba maneja la hipótesis de una agresión militar?
–No la descartamos. En un año como este no puede descartarse la locura de un intento de agredir a Cuba, inventar los pretextos, las justificaciones. De hecho ha habido un endurecimiento del bloqueo, del lenguaje, acusaciones de que Cuba desestabiliza a América latina, de que patrocina el terrorismo internacional, de que Cuba fabrica armas biológicas. Ha habido el ensayo, digamos, de la creación de un ambiente. Sin embargo, esas intenciones chocan con el hecho de que Cuba no es un país aislado. Somos un país que tiene una gran simpatía en el mundo, en los pueblos de América latina, que tiene apoyo en la comunidad internacional, recordemos que 179 países votaron en contra del bloqueo en la ONU. Además, la opinión pública norteamericana es mayoritariamente favorable a un cambio de la política hacia Cuba. Y por el otro lado está el pueblo cubano. No se puede desconocer que la Revolución tiene un enorme apoyo popular y eso actúa como un cierto factor disuasivo.
–¿Cuál es la situación actual del tema de los disidentes en Cuba?
–Sobre el tema de los disidentes, lo primero que tengo para decirle es que Kirchner en ningún momento pronunció la palabra disidentes. No hablamos del tema. Hablamos de las relaciones bilaterales, me confirmó que en algún momento de este año irá a Cuba y le reiteré el apoyo cubano a las posiciones argentinas sobre la deuda externa. Fue una reunión cordial. En el encuentro con el ministro Rafael Bielsa tampoco se habló de disidentes. El gobierno argentino conoce que hay una manipulación del tema de los llamados disidentes. Hay un intento de fabricar en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU el pretexto para justificar el bloqueo económico contra Cuba. Todo el mundo sabe que allí somos víctimas de un trato selectivo y discriminatorio. Todo el mundo sabe que en Cuba no hay un solo desaparecido. Nunca hubo escuadrones de la muerte, nunca hubo ejecucionesextrajudiciales. En Cuba nunca hubo un torturado, nunca hubo una manifestación popular reprimida a tiros y a golpes por la policía.
–¿Cómo se explica la aparición del tema en la prensa internacional?
–Los llamados disidentes han sido una fabricación del gobierno de los Estados Unidos que dedica este año, según la ley de su presupuesto, 15 millones de dólares. Datos que, según la ley, son para financiar a la oposición interna en Cuba. Y el que paga, manda. Todo el mundo sabe que se pretende fabricar dentro de Cuba un Caballo de Troya, un partido que ayude a aplicar el bloqueo y a apoyar la política de los Estados Unidos. Oswaldo Payá y otros son nombres que van y vienen, siglas que se crean y después se funden. Todo eso es dinero de Miami, de Washington. En Cuba todo el mundo sabe eso. Y sabemos cómo es la historia del caso porque una parte de esos disidentes son gente nuestra que están metidos dentro. Nosotros no somos ingenuos. ¿Quiénes son los disidentes en Cuba? Los disidentes somos nosotros, el gobierno, el pueblo cubano. Hemos discrepado con el orden que el gobierno norteamericano quiere imponer y hemos sido castigados. Nuestra disidencia a la globalización neoliberal, al imperialismo, al unilateralismo de su política la hemos tenido que pagar con el bloqueo.
–Hay una cláusula en algunos organismos internacionales que impone limitaciones a gobiernos que no son considerados democráticos. ¿Cómo afecta esa disposición a Cuba? ¿Se considera en esa definición?
–Vamos por partes. La primera pregunta sería: ¿cree que en Cuba existe democracia? Le respondo que sí, hay democracia. Incluso le digo, hay mucha más democracia que en cualquier otro lugar. Si me pregunta: ¿considera que para que exista democracia tiene que haber un sistema de varios partidos políticos? Le respondo que no. No creemos que la democracia esté ligada a un modelo. En teoría, en los Estados Unidos hay dos partidos. Pero todo el mundo sabe que son los partidos de los ciclos del poder y que no hay nada más parecido a un Demócrata que un Republicano. En América latina el sistema de partidos políticos colapsó en muchos lugares. Democracia es participación del pueblo en los asuntos de la Nación. En Cuba el pueblo participa realmente. En Cuba hay una revolución que derivó en un orden democrático, con una Constitución que fue aprobada en un plebiscito, que incluye una Asamblea Nacional elegida por voto directo y secreto. Los diputados de esa Asamblea deben obtener más de la mitad de los votos de la circunscripción electoral a la que pertenecen. En la sección electoral de la que soy diputado hay 150 mil electores. Tengo que obtener más de la mitad de esos votos, en votación secreta. Diputados que se renuevan cada cinco años. Ahora bien, si me preguntan: ¿Cuba considera que su modelo debe ser adoptado por otros países? Le digo que no. Ese es el modelo de los cubanos. Pero Cuba reclama respeto para su modelo. No hay ningún documento de Naciones Unidas que establezca un modelo de democracia y ningún acuerdo internacional que diga que la democracia está ligada a determinadas formas y modelos.
–Esta polémica se apoya justamente en la cuestión de los llamados disidentes...
–Le respondo con otra pregunta: ¿existe espacio en una Cuba bloqueada, agredida, para crear un periódico que dentro de Cuba defienda la política de los Estados Unidos y la agresión contra Cuba?: no lo hay. Somos un país defendiéndose. Si nos arrasan, podrán hacer lo que quieran. Pero primero tendrán que pasar sobre nosotros. ¿Se puede crear en Cuba un partido que colabore con la política norteamericana como hacían estos mercenarios que fueron encarcelados, que recibían dinero estadounidense, que colaboraban para confeccionar los informes que todos los años Estados Unidos presenta en Ginebra, que daban información para aplicar la Ley Helms-Burton a compañías de otros países que hacen negocios con Cuba?: le digo que no. Defendemos la Revolución, pero dentro de una ética y de un respeto a la institucionalidad y a las leyes. En la España del gobierno de Felipe González se asesinaron más de 70 personas. Asesinatos extrajudiciales a opositores a manos del GAL. Sobre esto hay mucha hipocresía. En Cuba hubo75 presos y hubo 3 fusilados, a los que la pena de muerte se la aplicó un tribunal luego de algunas apelaciones en un momento de máximo peligro para el país. Se debía evitar la justificación de que un éxodo migratorio de Cuba fuera presentado como una amenaza a la seguridad nacional de los Estados Unidos y que ello desembocara en una acción militar contra Cuba.
–¿Cómo sobrevivió Cuba a la crisis que se produjo tras la caída de la Unión Soviética?
–Tomen en cuenta que entre 1989 y el ‘93, el PBI de Cuba cayó un 35 por ciento. El de Argentina cayó un 22 por ciento y miren todo lo que pasó. Hubo como 6 presidentes en un solo año. Las importaciones cubanas que habían sido de 8500 millones cayeron a 1500 millones. La población pasó hambre. Faltaron medicamentos, hubo jornadas de 18 horas sin electricidad, estuvo paralizado el transporte público, la agricultura, la industria. ¿Cómo no se produjo un estallido social en Cuba? ¿Qué hubiera pasado si 100 mil cubanos hubieran salido a la calle diciendo "que se vayan todos"? Por la vía represiva, militar, está probado que no se hubiera podido detener esa protesta. La revolución se mantuvo por la existencia de un enorme apoyo popular, un enorme consenso, una enorme conciencia política.
–Recuerdo que hubo una especie de movilización en la que intervino Fidel y la gente lo escuchó y se tranquilizó.
–Era una manifestación lumpen, gente que quería emigrar a Estados Unidos. Fueron al puerto porque las emisoras de radio que transmiten contra Cuba 2200 horas semanales empezaron a decir que se iba a permitir que llegaran barcos de Estados Unidos para recoger a quienes querían emigrar. Estos elementos delincuenciales, que no pueden emigrar legalmente porque no les dan la visa, se concentraron en el puerto. Cuando comprendieron que habían sido timados, retornaron con violencia rompiendo vidrieras. Allí chocaron con la población que salió a enfrentar ese vandalismo. Fidel se apareció allí prohibiéndole a su escolta usar las armas de fuego aunque dispararan sobre él. Dijo: "Esto se resuelve con la moral y con el pecho por delante".
–¿El bloqueo económico condiciona el intercambio comercial entre Argentina y Cuba?
–Para Cuba es muy importante abrir el comercio con Argentina. Crearía una alternativa al bloqueo económico. Por ejemplo, negociamos el acuerdo de complementación económica entre ambos países, que bajó los aranceles de 1300 productos argentinos que ingresen en el mercado cubano. También fueron beneficiados 300 productos cubanos que pudieran ingresar a la Argentina. Hemos autorizado la importación de carne desde la Argentina para Cuba. Y de productos lácteos, que desde hace un tiempo no se podía. Cuba ha comprado cantidades de harina de trigo, de aceite de soja.