Argentina: La lucha continúa
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Todo comenzó poco después del mediodía, cuando distintas organizaciones y movimientos sociales montaron una feria donde exhibían y vendían los productos de sus talleres productivos. Cada stand tenía una leyenda: "A Beneficio de las Presas". Y las fotos de las detenidas Carmen Infrán, Marcela Sanagua, Margarita Meira, Elsa Orosco, Selva Sánchez y Sandra Constancio se mezclaban con las sandalias de cuero del MTD de Solano, los almohadones del MTD de Berazategui o los libros del equipo de Educación popular de la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo. También asomaban entre la ropa femenina que ofrecía AMMAR-Capital, las publicaciones del MTR, los textos de los colectivos Situaciones y 19/20, las artesanías de todo tipo y la comida casera que se ofrecía para hacer aún más familiar la tarde.
"Hay casi 30 mujeres y hombres detenidos por razones políticas. Es la cifra más alta en un gobierno democrático", señaló Dawnes antes de leer la declaración conjunta que firmaron las organizaciones convocantes. En ella se rescataba como un hecho positivo que el gobierno de Néstor Kirchner haya asumido como política de Estado la condena a las violaciones de los derechos humanos en la última dictadura militar, pero a la vez se subrayaba el contraste existente con las políticas diseñadas para el presente y el pasado reciente, donde hay -denunciaba el documento- "un endurecimiento del contexto represivo y una profundización de la criminalización de la protesta". El texto señalaba al Poder Judicial como el instrumento privilegiado para implementar esta realidad. "A través de distintos fallos -argumentaba-, limita las garantías ciudadanas protegidas por la Constitución Nacional y los tratados internacionales".
Dawnes cedió el micrófono a Sonia Sánchez, presidenta de AMMAR-Capital. "Las mujeres en estado de prostitución le pedimos al gobierno que no sea más hipócrita. Tenemos dos compañeras presas en Ezeiza. Nada las compromete. Queremos educación y trabajo y nos responden como los militares, con la cárcel. ¿Esos son derechos humanos?", preguntó indignada. Y ella misma se respondió: "Eso es cagarse en los derechos humanos".
Sánchez no había terminado de hablar y las tribunas gritaban el clásico: "Libertad/ libertad/ a los presos por luchar" . Se agitaban banderas de todo el conurbano bonaerense. Había de Florencio Varela, Guernica, José Mármol, Alejandro Korn, La Plata, Lanus, Almirante Brown, Pontevedra, Longchamps, entre muchas otras.
Después de que Valdemar Jara inaugurara la presencia de artistas que animaron la tarde. Miguel Santiago, el marido de Margarita Meira, una de las detenidas por los incidentes de la Legislatura, leyó una carta que su mujer redactó en el penal de Ezeiza. "De esta cárcel me voy a llevar el mejor título que se pueda conseguir: estar presa por defender a los que sufren y luchan. Es preferible morir de pie que vivir arrodillada", proclamó.
Con taparrabos, plumas y lanzas, Los Airampos danzaron en medio de la plaza. Pero los bailes aborígenes se interrumpieron cuando Gastón Pauls asomó detrás del escenario y centenas de militantes intentaron robarle un beso. Un cordón de seguridad conformado por miembros de las organizaciones de desocupados debieron custodiarlo. Un rato después volvió la calma y, antes de que tocaran El Portón y la Orquesta Típica Fernández Fierro, seis actores y directores cinematográficos cedieron sus voces para compartir con la multitud los textos que escribieron las mujeres tras las rejas. Fue el momento en que quedó claro que cualquiera podría haber sido alguna de ellas.
Valeria Armitrano, hermana
de uno de los presos en Devoto,
Sonia Sánchez y dos compañeras
de Ammar Capital