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21 de julio del 2002
Ecología libertaria o barbarie tecnológica
Antón Fernández de Rota
Fuente: Periódico CNT: http://www.periodicocnt.org/280jun2002/ecologia/index.htm
1. Futuro civilizado
Situémonos en un futuro utópico -pero con muchos visos de convertirse
en realidad. Situémonos en el año 2020 o en el 2030. Intentaré
dibujar una simplificación del mundo en tomo a cuatro ejes, cuatro temas
en los que se está "progresando" a niveles tan rápidos como no
consensuados por las sociedades. Estos son: nanotecnología, manipulación
genética, reestructuración económica y urbanismo coercitivo.
Obviamente estos temas están interconectados y, además, forman
es sí una ideología más o menos homogénea en fase
de consolidación.
Los definiré brevemente. La nanotecnología básicamente
es la manipulación de las estructuras materiales a un nivel atómico;
la intención es poder crear átomo por átomo cualquier estructura
diseñándola y montándola premeditadamente. Sin duda entronca
en esto con la manipulación genética. No obstante me referiré
a la nanotecnología en lo referente a la robótica y la inteligencia
artificial, y la manipulación genética a la manipulación
consciente, científica y provocada -según los cánones morales
e ideológicos de los responsables- para conseguir especies, ya sean vegetales,
animales, baterías, con el fin de conseguir seres con ciertas capacidades
para cumplir fines determinados.
En cuanto a la reestructuración económica poco que decir que en
pasadas charlas en este centro no se haya dicho antes. La reestructuración
económica es eso que difusamente se llama Globalización, y que
está suponiendo una concentración creciente de poder en cada vez
menos manos, y, por consiguiente, una pérdida mayor de poder de la gran
mayoría; así como los implantación a nivel mundial de los
axiomas liberales interpretados partidistamente para favorecer a esos mismo
grupos de poder que están creciendo, y que, por añadido, está
suponiendo un aumento desmedido del destrozo del medio ambiente y una escalada
de la infelicidad y la miseria material humana.
El cuarto elemento es una de las consecuencias de atajar, mediante la violencia,
el malestar creciente producido por la mentalidad mecánico-productivista:
la reestructuración del urbanismo para que éste funcione más
efectivamente en su faceta de control y represión social.
Por vía comparativa haré a lo largo de mi discurso, referencias
constantes a algunas películas de ciencia ficción, entre las que
extraigo 1984, Blade Runner, Un Mundo Feliz, 451 farenheit, Gattaca, Matrix...
Algo de todo esto puede haber.
En cuanto a la nanotecnología y sus posibilidades prefiero dejar la palabra
a Bill Joy. Este personaje es un fundador de una de las empresas punteras en
esta tecnología punta: Sun Microsistems. Hace un par de años hizo
saltar la alarma al cielo, y nunca mejor dicho al cielo, porque en el mundo
de los mortales no tuvo casi repercusión; la tuvo en las altas esferas
de los tecnócratas y demás plutócratas. Bill Joy hizo saltar
la alarma –y el estupor- con un artículo suyo publicado en la revista
Wired. Una de las cosas que decía ya es una realidad: la conversión
de plantas en "pilas eléctricas". Estas plantas son generadoras de energía,
sus hojas son pequeños paneles solares gracias a la modificación
genética. Las plantas se convierten así en máquinas, en
máquinas vivas, que son económicamente más competitivas
que las plantas tradicionales y que, en breve, irán quitando terreno
al mundo vegetal clásico -que está decreciendo de una forma alarmante:
deforestación, desertización, recalentamiento global- con la particularidad
de que de estas masas verdes no importan sus facetas oxigenantes ni comestibles,
sino solo las energéticas, rompiendo así toda la concatenación
de la cadena vital de la biosfera. ¿No recuerda esto algo a Matrix y las pilas
humanas en ellas descritas?
Otro peligro de la nanotecnología –y/o de la manipulación genética-
son las nuevas bacterias de laboratorio de las cuales las consecuencias más
visibles, la punta del iceberg, sería la guerra química y las
nueva enfermedades, si bien no menos preocupante es la inseguridad total: son
impredecibles sus consecuencias. ¿Qué podría pasar si se reprodujesen
en los ecosistemas humanos y no-humanos agentes nuevos, artificiales, no conocidos
por los organismos? Bill Joy concluye que los peligrosos replicantes de estos
organismos manipulados genéticamente podrían ser demasiados fuertes
y rápidos como para poder atajarlos... Tal vez el efecto mariposa más
perjudicial no sea el económico.
Pero Bill Joy no se queda ahí en su desesperación. Leo textualmente:
"Hacia el año 2030 , seremos probablemente capaces de construir máquinas
de una forma masiva, que serán un millón de veces más potentes
que los actuales ordenadores personales. Si esta enorme potencia en los ordenadores
se combina con los avances tecnológicos de las ciencias físicas
y con los nuevos y más profundos avances en la manipulación genética,
se desatará un enorme poder de transformación. Estas combinaciones
abren la oportunidad de realizar un completo rediseño del mundo, para
lo mejor o para lo peor." No obstante Bill Joy, que no es un cualquiera, sino
un alto empresario y uno de los tecnólogos más importantes de
la actualidad -tengamos en cuenta que fue Vicepresidente de la Comisión
Consultiva de las Tecnologías de la Información del presidente
Clinton- no piensa que este rediseño sea para mejor, sino escuchemos
otras palabras suyas: "Creo que no resulta exagerado decir que estamos ante
un mal extremo, de un peligro mucho mayor que las armas de destrucción
masiva que constituyen el legado de los estados-nación, y que se deriva
del sorprendente y tremendo poder de determinados individuos". En el año
2030 podríamos hacer realidad una pesadilla donde exista un robot inteligente
y de ahí hay un paso hacia la existencia de una especie robótica
que pueda realizar copias evolucionadas de sí mismas –comenta el tecnócrata.
La pesadilla de Matrix, la pesadilla de la Inteligencia Artificial.
Esta vez escuchemos un ex-profesor de matemáticas de la universidad de
Berkeley, un tecnófobo, "Unabomber": "Si continúan estas tendencias
y los científicos logran desarrollar con éxito máquinas
inteligentes que pueden hacer las cosas mejor que los seres humanos, la raza
humana podría fácilmente acabar por adaptarse a una situación
de tal dependencia en relación a las máquinas que, al final, irremediablemente
se vería obligada a aceptar todas las decisiones de estas. Eventualmente,
podríamos alcanzar un estadio en el que las decisiones para mantener
el sistema funcionando serían tan complejas, que los seres humanos resultarían
incompetentes para hacerlo funcionar de una forma inteligente. En esta etapa,
las máquinas tomarían un control efectivo. Luego nadie se atrevería
a desconectar las máquinas, pues, al depender tanto de ellas, desconectarlas
sería equivalente a suicidarse". Obviamente esta etapa no es nuestro
2020, pero el camino que estamos siguiendo sí que parece ir en esa dirección
de futuro.
Todo esto puede parecer una exageración bestial, y citar Matrix en conexión
con esta visión puede parecer más descabellado aun. No obstante,
las citas a las películas de ciencia ficción no las hago en vano,
¿acaso estas producciones, si bien buscan el morbo, no tienen una legión
de tecnólogos, sociólogos, etc. para completar sus argumentos
con sus previsiones de utopías por venir? La cuestión es que dotando
a las máquinas de cada vez una inteligencia artificial más compleja
parece más que obvio que de este modo la maquinización de la sociedad
seguirá expandiéndose cubriendo cada vez más funciones
sociales, e incluso definiendo y rediseñando –como decía Bill
Joy- cada vez más efectivamente la sociedad y la vida de las personas.
Esto sí que no es utopía: es presente, realidad. Y lo malo, lo
peor de todo, es que la pesadilla de las víctimas es a la vez el sueño
de las propias víctimas.
Desde siglos, el ser humano ha soñado con librarse del trabajo automatizando
funciones gracias a los inventos mecánicos. ¿Qué nos parecería
si nos dijesen que, con estas máquinas inteligentes, el no sé
cuanto por ciento de nuestro trabajo se podría suprimir y así
vivir como reyes? El problema es que esta promesa secular es una mentira, y
en este siglo, a la par que se han automatizado muchísimas horas de trabajo,
la gente cada vez trabaja más y es más infeliz... y cada vez hay
más parados, concentración de poder, de riquezas y conocimiento
tecnológico.
Pero pasemos a otro punto: la manipulación genética. Algo de esto
ya lo hemos visto con las declaraciones de Bill Joy. Pero ahora me paso al otro
extremo -no tan diferente- al del tecnófobo antes citado, a Ted Kazcinsky,
más conocido por su alias "Unabomber". Unabomber publicó su manifiesto
un par de años antes de conseguir descifrar la totalidad del Genoma Humano
–y años antes de que saliese Matrix, por cierto-, y sus vaticinios, precisamente
ahora, tienen aun más vigencia. Tengamos en cuenta que el Genoma Humano
es la conversión del ser humano en matemática. En su mapa genético
los genes tienen valores, se combinan dando resultados, son intercambiables
y mesurables. El Genoma Humano es un gran Tetris donde las piezas son encajadas
por la matemática y, esta ciencia, la matemática, que es precisamente
la ideología de la máquina, y el pretendido saber perfecto humano,
es decir, la autodivinización del ser humano, es lo que rige las normas
universales de su propio descubrimiento. El genoma humano es descubierto por
la matemática y en el Hombre Genético la matemática es
la Verdad Absoluta. Unabomber lo que venía a decir es que la tecnología
nunca es neutra, sino que es cultural y, además, es una ideología
en sí, una ideología que se reproduce y que por los avatares del
pensamiento social jamás queda inaplicada; aunque, al principio, muchas
veces se encuentre con resistencias, las posibles ventajas que pueda entrañar
en un ámbito acaban justificando y aplicando todo su potencial: las desventajas
inherentes también. Lo cual nos llevaría, según él,
a un cataclismo del sistema, pues tiende a la entropía, y afirma que
mejor sería hacerlo estallar ahora que esperar más, pues dice
"cuanto más crezca el sistema más catastróficos serán
los resultados de su fracaso." No obstante dejando a un lado esta perspectiva
fatalista y catastrofista volvamos al tema.
Cito otra película Gattaca. En ella todos los seres humanos son manipulados
desde la gestación para tener unas características que eligen
los padres -las que no son elegidas de antemano por el Poder. De tal manera,
hay seres humanos inferiores y superiores según los genes, según
la ciencia, la infalible matemática. Según estas características
genéticas, los individuos desempeñarán una función
u otra. El problema es que Gattaca se queda realmente corta.
Retomo en este viaje el mundo mundano. Cuando se descubrió el Genoma
Humano los mass media empezaron -de seguro involuntariamente...- a disparar
la ideología de la manipulación genética. Con este conocimiento,
podrían descubrirse vacunas para ciertas enfermedades, incluso prevenirlas
antes del nacimiento y extirparlas. También decían que el peligro
era que esta información genética debería ser secreta -es
decir propiedad del Estado- pues si no los empresarios podrían decidir
contratar a un trabajador o no dependiendo de su campo genético; un paso
más en el campo de la contratación de los denominados "recursos
humanos", que dejarían con poca cancha a los psicólogos que hoy
se encargar de evaluar a las "piezas" humanas.
Hace unos años salió a la palestra el caso de la clonación
de una oveja. La oveja Dolly. Pero, hace escasas semanas, salía en todos
los periódicos la noticia de que un científico, empresario de
poca monta, había emprendido la primera clonación de un ser humano.
Eso si que causó alarma. La clonación es un tema controvertido.
No obstante, la clonación es un mal menor. Existen gemelos univitelinos,
y si bien su físico puede ser realmente parecido su personalidad puede
ser y es realmente diferente. En este caso influyen más la cultura, las
circunstancias... Empero, lo que el tipo italiano éste ha hecho no es
una simple clonación. Él puede ver cómo se desarrolla el
feto, corrigiendo los "errores". Se trata de una clonación con manipulación
genética, si bien bastante en precario. No obstante, quién se
cree que este fulano ha sido el primero en efectuar este tipo de experimentos,
tantos años después de lo de la oveja Dolly... ¿Qué habrán
avanzado ya las grandes instituciones privadas y públicas?
Vuelvo a los mass media, esta misma semana volvía a especularse sobre
las posibilidades de esta biotecnología. Se comentaba que avanzaba a
gran ritmo, que estaban siendo probado con ratones de laboratorio diferentes
vacunas. El entusiasmo de los periodistas iba más allá al reconocer
que se había descubierto que el miedo que todos sufrimos era en un 50%
de componente genético. Galileo, siglos atrás, estableció
la máxima de la ciega ciencia actual:
mídase todo aquello que sea mesurable, conviértase en mesurable
todo aquello que no lo sea. Ahora el miedo lo es: el miedo es un número...
o por lo menos en esta ideología tecnológica. Después de
decir esto, en boca de grandes conocedores del tema, aseguraban que se podían
combatir las fobias mendiante manipulación... pero también a los
que no tienen miedo, a los temerarios. La televisión ilustraba está
conclusión con la imagen captada por una videocámara de tráfico:
un coche adelantaba temerariamente otros automóviles en una autopista...
Es posible meterle miedo a la gente en lo que deba tenerlo, es lo que venían
a decir, ¡y se alegraban! Entonces volvamos a la ciencia-ficción, que
poco tiene de ciencia, pero visto lo visto menos aun tiene de ficción.
Imaginemos que un día se nos dice que mediante manipulación genética
pueden las criaturas -nunca mejor dicho lo de criaturas- nacer sin enfermedades
hereditarias. ¿Quién quiere que su hijo salga con artrosis o con el Síndrome
de Down pudiendo nacer sano? Un paso. La ideología comienza a crear una
nueva cultura. De ahí a que se manipule genéticamente para que
salga sin fobias -como decía la televisión- un solo paso. En esta
continua locura quien podría parar que se manipule partes del cerebro
para que no salgan seres con psicopatías, o simplemente violentos, o,
para emplear una palabra estatal escalofriante: que no nazcan "terroristas".
Y ya, para finalizar con la ideología vuelta costumbre y dejar en ridículo
el Brave New World de A.Huxley, la manipulación para ser un ser "feliz".
Por supuesto que el dolor y la felicidad no son mesurables y que los senderos
de la naturaleza son imprevisibles -como decía el matemático en
Parque Jurásico-. No obstante, no importa lo que sea sino lo que se crea.
No me acuerdo quién decía que, si la gente dejase de creer en
el concepto "Estados Unidos", éstos dejarían de existir; no le
faltaba razón. El problema es que somos bastante crédulos.
Stephen Hawkins, el astrofísico, decía que, si pudiese viajar
en una máquina del tiempo al año 2025 no conocería al hombre
que vería. El ser humano está en constante evolución -para
bien o para mal- el problema aquí es que se trata de que unos pocos,
con el beneplácito de la masa, ahora van a poder diseñarle un
cuerpo biológico al hombre según sus caprichos y los del mercado...
Aun me falta una tercera película por comentar: Blade Runner. En ella,
se contempla la posibilidad precisamente de la fusión de la nanotecnología
con la manipulación genética de los seres -por llamarlos de alguna
manera- naturales. Otra posibilidad que tratar. Pero que no trataré por
falta de espacio, que vuele la imaginación de cada uno. No obstante lo
interesante de Blade Runner es también la conversión del espacio
público y el urbanismo en sí en un método perfeccionado
de control social. Las cámaras de video-vigilancia conectadas a un cerebro
informático eran una realidad en los principios de los 80 en solamente
3 ciudades de Suiza y con el fin de controlar el tráfico. La crítica
a ellas eran masiva. En España nadie pensaba que pudiesen instaurarse,
"las tirarían a pedradas". La realidad, hoy, da la razón al Unabomber.
Blade Runner hizo famoso la identificación de las personas mediante scaner
de retina: años después, ya era una realidad en los edificios
de diferentes instituciones de tecnología punta. No obstante Blade Runner
se ha quedado muy atrás. A los perros ahora se les insertan chips para
poder controlarlos. Se especula en EEUU con insertárselos a los humanos
recién nacidos para su propia seguridad... Al igual que, con la excusa
de nuestra seguridad, dentro de poco cada rincón estará controlado
por una videocámara conectada a superordenadores que serán un
auténtico Panóptico. El GPS, la vigilancia por satélite
-invento militar para la coordinación de los comandos terrestres, utilizado
por EEUU en la guerra de Afganistán- está empezando a aplicarse
a lo social. Esta técnica se ha hecho famosa por su aplicación
en las vueltas ciclistas para saber cuando segundos separan un pelotón
de otros. En EEUU, se utiliza con otros fines: para saber dónde están
los coches de los ricos y así evitar su estravío o robo. No obstante,
esta técnica se generalizará. Hace poco en la final de a Super
Bowl (de fútbol norte-americano), mediante un sistema de cámaras
conectadas a un superordenador, identificaron a los 100.000 asistentes por las
facciones de sus caras: así no se colarán terroristas en los estadios
-justificaron los policías, y la empresa que hizo este experimento se
hizo de oro. Y todo esto sin contar con el control del ciberespacio. De todas
maneras, estas técnicas puede que no mucho tiempo después de su
generalización queden obsoletas. Se ha descubierto -o eso dicen- que
las cadenas de ADN son semiconductores, como lo es el silicio de los ordenadores,
y, ya puestos en lo peor, qué nos dice que el mundo virtual y el genético
no puedan en un futuro compartir un mismo plano, dejando obsoletos los métodos
de vigilancia externos al cuerpo orgánico que he mentado.
Pero hasta aquí el control de lo urbano. La cuestión va más
lejos; es decir, la infraestructura urbana como un medio en sí de control.
Un ejemplo ilustrador en los EEUU: Los Ángeles, año 1965. Momentos
de tensión y confrontación social donde se vaticinaban los siguientes
disturbios que han llegado hasta nuestros días. En ese año, en
ese 1965, el centro de Los Ángeles pasó de ser una zona de oficinas
y negocios a ser un barrio, digamos, marginal. El nuevo barrio empresarial se
traslado de sitio por completo haciendo de su infraestructura un auténtico
complejo carcelario donde macroedificios informatizados se convertían
en las puertas de entrada y de escape del mismo. En el 1992, en los disturbios
"raciales", tras el apaleamiento de Rodney King, ese barrio, el símbolo
del poder blanco, quedó intacto. Ahora mismo en los Ángeles, existen
barrios vallados y vigilados por mil ojos tecnológicos: el nuevo apartheid.
Las cárceles son extremadamente caras e ineficientes desde el punto de
vista de la contención social. El Estado California hace años
que gasta más en enviar a sus gentes -latinas y negras en su mayoría-
a las cárceles que en enviar a la población a la universidad.
El número de presos en ese estado crece de forma alarmante, como crece
en el resto del mundo. EEUU duplicó su población reclusa durante
la década de los 90 hasta alcanzar la impresionante cifra de 2 millones.
En España, por poner un ejemplo cercano, entre el 1984 y el 2000 el número
de presos se multiplico en un 320%, si bien sin llegar a los porcentajes de
población reclusa / población total que sostiene EEUU. Las cáceles
son demasiado caras -a pesar de la explotación laboral a la que son sometidos
los reos- y el futuro es demasiado negro, hasta tal punto que algunos grupos
de sociólogos sostienen que el siglo XXI será el siglo de la desaparición
de los presidios, o mejor dicho, de su transformación. La sociedad, y
en especial las ciudades, serán las nuevas cárceles. A esto hay
que añadir que en el 2030 el 60% de la población vivirán
en ciudades de más de 6 millones de habitantes, y un núcleo poblacional
de ese tamaño es, simplemente, imposible de gestionar: es necesario un
nuevo urbanismo descentralizado para hacer factible y eficiente la coerción
y represión social. De esto ya se han dado cuenta hace tiempo en Los
Ángeles.
Llegados aquí, en breves líneas, montemos el cuadro incluyendo
los datos del factor que hemos apartado: la reestructuración económica
global. Volvamos a nuestro utópico 2020. En ese año, habrá
8 mil millones de personas en el mundo -ahora hay 6- la presión demográfica
será tremenda, y, para colmo, la mayoría de la gente vivirá
en ciudades, centros del mundo, núcleos de desesperación y violencia.
El llamado "tercer mundo" constará de 6.700 millones de personas y ese
tercer mundo, globalmente, será más pobre -vivirá la gente
peor. Por otro lado el "tercer mundo" se extenderá al "primero", tanto
por migración como por la precarización de la vida:
pérdida de poder adquisitivo, de prestaciones sociales y aumento del
estrés a los que nos somete el neoliberalismo. 4 ó 5 grandes de
la biotecnología controlarán a prácticamente el 100% de
los campesinos que se verán obligados a comprarles la maquinaria y las
semillas patentadas en cada cosecha. Y esto los que trabajen, porque hoy en
día hay 800 millones de parados, la cifra más alta desde los años
30, y ésta no parece que vaya a menos, y, de menguar, lo hará
a base de condiciones de trabajo más míseras. El problema ecológico
en este 2020 ya no será un problema, será una bomba de mecha corta;
habrá guerras por el agua –según Klaus Koepfer director general
del Proyecto Medioambiental de las Naciones Unidas "La próxima guerra
mundial no será por cuestiones ideológicas, sino que estará
ligada al agua". Pero también habrá más conflictos por
la deforestación, más desertización, menos tierras cultivables;
graves problemas humanos en las urbes por el smog; calentamiento global, capa
de ozono agujereándose, simplificación de la biodiversidad de
y en los ecosistemas, etc. Por si fuera poco, el aumento de la demanda de fuentes
energéticas fósiles aumentará en un 50% hasta el 2013 y
no dejará de aumentar por décadas, según nos dicen las
fuentes gubernamentales estadounidensas. Y, hoy en día, hay 800 millones
de automóviles y la situación comienza a ser insostenible. En
el 2010 China sola aumentará la cifra en 200 millones más. ¿Duplicaremos
el número de automóviles en el 2020? ¿Cómo soportará
eso este planeta teniendo en cuenta que el coche es el principal de los factores
del recalentamiento global, entre otras cosas?. La diferencia entre ricos y
pobres ha pasado de ser 1 a 30 en los 60, a 1 a 60 en el 95, y 1 a 74 en el
2000. ¿Cuánta será en el 2020?. Ante este panorama global: ¿Cuántos
Bin Ladens atacarán a la vez? ¿Con qué armas?. La infelicidad
mundial crece a la par que crece el consumo impulsivo y los niveles de producción,
que, de seguir así en el 2020 serán realmente alarmantes para
el ecosistema.
Se puede decir que todo esto es exagerar. ¡A los poderosos no les interesa cargarse
el planeta! Pero tengamos en cuenta una cosa. El timón de este barco
que llamamos Tierra es dirigido por unas pocas personas que controlan distintas
empresas y éstas están, además, asociadas en enormes coaliciones
como la Comisión Trilateral que aúna al 65% de las grandes multinacionales.
Jamás en la Historia existieron tales niveles de planificación
mundial -en manos privadas actualemente en su enorme mayoría-, pero tampoco
nunca está coordinación fue tan caótica. Dos razones mueven
la planificación: por un lado, las necesidades de beneficio a corto plazo
y, por el otro, la ideología personal de los grandes dirigentes, pero
es el pez se muerde la cola: la ideología de la tecnología y de
la imperiosa necesidad del capitalismo pues no hay alternativas a él
–de seguir donde están ellos- es la que los mueve.
Y, para colmo, en este cuadro tenemos el emergente estado policial, dentro de
cada estado y, a nivel global, EEUU como militar del mundo en un futuro de pesadilla
orwelliana. Tenemos fractura social; enfrentamientos dentro del "primer mundo"
y enfrentamientos entre Norte y Sur que, además, no harán sino
caldear más los ánimos de los "primermundistas" en sus luchas
contra sus respectivos estados, pero que también fomentará la
crecida de la extrema derecha –que en estos últimos años ha notado
un fuerte crecimiento en todo el mundo occidental. Este es el cuadro y sus marcos,
es decir lo que impide que la pintura lo desborde y se una, el control social
(videocámaras, microchips...), el urbanismo-control y el control interno:
la manipulación genética del ser humano, en una sociedad cada
vez más desquiciada e injusta que, como decía, Bill Joy, será
reestructurada por la nanotecnología entendida en su sentido más
amplio.
Esta charla llevaba el subtítulo de "Alternativa a la Globalización".
Pero qué es la globalización: para mi esto es la globalización.
La maquinización de la social –la ruptura total de la sociedad orgánica-
de la cual la industrialización ha sido una penúltima estocada.
La globalización es generalizar esta maquinización de la sociedad
y es la fase de consolidación de la maquinización del propio individuo
en su parte más íntima mediante la biotecnología, y esto
junto a otros métodos de control social tecnológicos y urbanístico
que hagan posible una economía ultra-explotadora, opresora y la generalización
del asalarialismo y el vasallaje al mundo privado tecnocrático..., tanto
en el espacio geográfico como dentro del individuo. Y todo esto sin hablar
de los costes no económicos... del biocidio en curso.
Así las cosas es una estupidez tópicos como el de Fukuyama, "El
fin de las ideologías", o tópicos como el que no se puede cambiar
en mundo... ¡El mundo no va a parar de cambiar, nunca lo ha hecho! Hay otro
tópico más que ante esto me parece una estupidez; ese tópico
es el de que "quien no es revolucionario a los 20 le falta corazón y
quien lo es a los 40 le falta cabeza".
En el año 2020 nosotros, la generación joven, seremos los cuarentones
y no nos quedará más que ser revolucionarios o, como dice el refrán,
"no tener cabeza"... y ser reaccionarios. No habrá sitio para los que
se engañan con el cuento del "apoliticismo". Cuando hay barricadas, solo
hay dos opciones: a un lado o al otro. Es por esto que antes de pasar a la segunda
parte, la de las alternativas, acabo con una frase de un cincuentón que
sigue siendo revolucionario, John Zerzan: "O luchas o callas. Ya no es tiempo
de quejas".
2.- Un Libertarismo Verde
Creo que el modelo de sociedad utópica, futura, ideal, no debe tener
como centro la faceta económica. Sin lugar a dudas tanto el capitalismo
como muchos –no todos- de los ideales revolucionarios surgidos en el siglo XIX
pusieron esta faceta, o mejor dicho, la interpretación pseudocientífica
de la labor productiva, es decir, la Economía Política, como piedra
angular de la construcción social; ya sea sobre la base del capital para
el capitalismo, o el trabajo para el socialismo, y esto fue así debido
a la abrumante carestía y desigualdad de los medios económicos
que multiplicó la industrialización. No obstante, para acabar
con el problema económico, por paradójico que parezca, no debe
una sociedad volcar sus esfuerzos en la Economía Política ni en
su sacrosanta compañera: la tecnología. De hecho, en este último
siglo a pesar de los impresionantes avances tecnológicos y los diferentes
proyectos económicos cada vez hay más gente que vive peor –materialmente-
que ayer, y, para poner un dato reciente que nos proporciona la ONU, en no menos
de cien países la gente hoy vive peor que hace treinta años; países,
por cierto, que en estos treinta años han pertenecido unos a la órbita
capitalista y otros al mal llamado socialismo.
La persona nueva para sociedad nueva ya no puede ser por más tiempo el
Homo Economicus si quiere abandonar la carestía material, si no quiere
destrozar el ecosistema global y si pretende que los vaticinios expuestos anteriormente
no se vuelvan reales. Debemos imposibilitar que nuestros sueños consumistas
sean nuestras pesadillas vitales y para eso hace falta adoptar una postura anti-economicista,
humanista y ecocéntrica.
Por anti-economicista entiendo que, si nuestros deseos más anhelados
son la libertad y la felicidad –si es que una cosa es diferente de la otra-
no nos ha de importar que los niveles de producción bajen. No nos ha
de importar el crecimiento económico ni la eficiencia productiva; tenemos
que evaluar qué queremos, cómo podemos conseguirlo y para qué,
y su lado positivo y negativo, sopesarlo y emprender la tarea de la construcción
de la vida y cosas sociales. No obstante esta postura humanista, anti-economicista,
creo que debe encontrar su complemento cultural con el ecocentrismo, antagónico
tanto del antropocentrismo como del biocentrismo.
El antropocentrismo viene a ser el considerar el ser humano como centro de todas
las cosas y, en consecuencia, considerar la natura como un gran supermercado
del cual aprovecharse y amoldar a la forma del ser humano. Un claro ejemplo
de esto sería la cita bíblica del antiguo testamento cuando dios
ordena a Abraham que su estirpe crezca y se multiplique y se sirva de lo que
el ha puesto sobre la tierra para colmar sus deseos y necesidades. El biocentrismo
es la posición de reacción frente a las desastrosas consecuencias
de esta concepción que tan palpables son en nuestro días. Para
los biocéntricos todo ser vivo posee un valor intrínseco y, bajo
la creencia de que ninguna forma de vida es inferior o superior, pregona la
total igualdad de las especies y sus derechos. No obstante, los derechos, el
valor, la jerarquía son concepciones humanas por lo cual, sin quererlo,
están sometiendo toda forma de vida a la lógica humana.
El ecocentrismo en contrapartida viene a ser un término medio. Es una
visión de globalidad que busca limar la separación y confrontación
entre naturaleza humana y no-humana, donde es el ecosistema –en el que el ser
humano es solamente una parte- el centro de la concepción social.
En esta perspectiva, es en la que el ser humano ha vivido el 90 ó 95%
de su historia, en forma de comunidades nómadas de recolectores-cazadores.
No obstante no es una vuelta al Pleistoceno lo que aquí se propone.
Creo que debemos frenar la tecnología en cuanto a la manipulación
genética y el desarrollo de la Inteligencia Artificial, pues esa tecnología
una vez desencadenada es imparable, incontrolable e impredecible, y, además,
porque podemos vivir perfectamente sin ella. No obstante, esto no quiere decir
que debamos renegar de toda tecnología, ni siquiera del avance tecnológico.
Es cierto que en una sociedad libertaria es la gente a través de sus
distintos planos y organismos de participación directa quien debe decidir
y ejecutar; pero una sociedad libertaria ecológica creo que debería
potenciar la implementación y estudio de ciertas tecnologías y
renegar de otras. Por poner un ejemplo: las fuentes de energía renovables
y poco contaminantes deben ser radicalmente potenciadas para abandonar lo antes
posible la sociedad industrial basada en el petróleo y demás materias
no renovables y altamente contaminantes, ya que este modelo de industrialización
es, simplemente, insostenible.
En cuanto al sistema legal, de legitimidad social, el actual es una completa
incoherencia. El sujeto del derecho es el individuo; la soberanía, en
cambio, corresponde a un ente totalizante, excluyente y abstracto que es lo
nacional: soberanía nacional; y, en cambio, los sujetos patentados para
practicar la soberanía son unas élites plutocráticas que
se reparten mínimamente el poder con la casta política profesional
que –en teoría- representa a los ciudadanos y la soberanía nacional,
por tanto.
Creo crucial encontrar una coherencia en todo esto. La única que encuentro,
buscando la libertad y no la servidumbre, es que el sujeto de derecho sea el
individuo, pero que el sujeto de la soberanía y el potentado para decidir
sea él mismo, el individuo. Lo que reclamo es la soberanía, plena
y total, individual. El problema es, viviendo en sociedad, cómo es posible
la soberanía individual.
ia en un utópico municipio anarquista, pongamos por caso, Coruña.
La gente, cada uno soberano, se asociarían por puro instinto animal con
sus compañeros. De tal forma para gestionar esta ciudad de 300.000 habitantes
lo normal es que en cada barrio cree su nización de decisión y
coordinación de todo lo que competa al barrio, y que estas organizaciones
de barrio anden a sus portavoces al pleno municipal para tratar los temas que
metan las asociaciones de barrio en el orden del día de dicho pleno y
que decidiendo dentro del margen de maniobra que la asamblea de barrio les haya
marcado. De esta manera, lo que se está haciendo es compartir la soberanía
personal con gente de tu entorno –de tu barrio por ejemplo- y compartirla aun
más, al llevar tu voz un compañero al pleno del municipio. No
obstante, ¿qué pasa si alguien no está de acuerdo con determinada
resolución? Puede hacer dos cosas: acatar la resolución y seguir
en ese organismo social, para bien o para mal, o simplemente salirse de él
para meterse en otro o quedarse donde vive pero sin entrar dentro de la organización
de su ciudad. De esta manera, se podría, argumentar que la asociación
no tendría por qué tener el deber de protegerlo y de facilitarle
las comodidades de la que disfrutan los asociados. Pero esto podría ser
un caos; si no goza de protección y a alguien le da por matarlo –poniéndose
en un caso extremo- este acto no tendría ninguna repercusión.
Es por esto que creo que el objeto del derecho, como ya he dicho, es el individuo
sea cual sea su situación; por lo tanto debe de haber un tipo de carta
constitucional donde se recojan ciertos obligaciones que todo ser humano y asociación
humana deba cumplir con sus semejantes y con el medioambiente. Esta puede ser
hecha mismamente en el municipio pero sería mejor que fuese una constitución
más amplia, de un cúmulo de municipios federados siguiendo los
cánones de democracia directa definidos para la ciudad, por ejemplo.
Esta constitución, por otra parte, debe ser clara, concisa y general
de forma que fuesen innecesarios los abogados y el cuerpo legal actual, y debería
asegurar el derecho a una vida digna: intregridad de la vida, inviolabilidad
del cuerpo, comida y vivienda. No obstante sobre esto mucho se puede discutir;
muchas son las formas en las que puede expresarse.
mental será la libre federación de base –de base porque cada estrato
depende absolutamente del anterior, es decir que el poder va de la circunferencia
al centro, siendo cada estrato que se ue se sube un organismo con menos poder
y con mayor abanico de coordinación-, y, como s federaciones territoriales,
deben de estar las económicas estructuradas de igual modo; y por ; y
por económicas entiendo las de productores (la mítica autogestión
industrial) y la de s (autogestión de la demanda). De tal manera, se
establecería un rico juego de contrapoderes, es, donde cabrían
otros colectivos de base, ideológicos, sindicales, etc., donde fuese
la base, los ciudadanos, siempre los que tuviesen las riendas de la sociedad,
sólo que con la facultad de tomarlas desde distintos planos: el de la
fábrica, en la ciudad, en la asociación de consumidores, desde
un centro social musical, etc.
emanda, que se realizaría a través de las sociedades de consumidores.
De esta forma, no habría miles y miles de personas pensando qué
novedad vender a la gente para el próximo año; ño; de esta
manera, las modas se reducirían al mínimo pues no habría
toda una industria trabajando para su creación y su difusión;
de esta manera, las necesidades serían las necesidades y nos separaríamos
de la loca carrera que hoy nos impulsa a tener más cosas de las que somos
adictos, que nos llenan de insatisfacción, que nos obligan a trabajar
como burros para crearlas y que están consumiendo esté planeta.
te de producción es el 3% del precio de venta; Coca-Cola mantiene ese
mismo 3%; en la industria farmacéutica el porcentaje ronda el 5%; en
la de la instrumentalización mecánica el 15%; ica el 15%; en la
industria cervecera europea el 15%. Los productos industriales tienen un costo
de producción que es menor del 10% del precio de venta. ¿Para qué
estamos trabajando? ¿Para quién estamos trabajando? Esta sociedad alienada
está llena de propaganda de su propia existencia, para reproducir –en
todos los niveles- esta propaganda es para lo que estamos trabajando. En beneficio
de quién: de nadie. Hay ricos, pero ellos también son víctimas
de la demencia colectiva de esta sociedad mundial que se esfuerza por destrozar
el planeta y buscar en la tecnología, en el prozac y la máquina,
la salvación de su propia miseria, huyendo siempre hacia delante, con
la mirada puesta sobre la montaña creciente de miserias que hasta ahora
ha creado la civilización.
ación contra la Unión Europea en Oviedo. Queríamos hacer
una pancarta que impactara por el mensaje para llevar en la movilización.
A un compañero del GAP (Grupo Autónomo de ) se le ocurrió
un gran eslogan y éste salió en todos los periódicos de
Oviedo, este era: "Algún día de ía de estos vamos a mandar
todo a tomar por culo". Y tal vez debamos hacerlo: liberar un territorio aliza,
la Península Ibérica... el que sea- declararnos insumisos al capitalismo.
Abandonar el productivismo, jamás intentar competir económicamente
con el capitalismo. Trabajar 3 ó 4 horas al día para producir
lo que se decida producir y cambiar drásticamente el concepto "trabajo",
de forma que no sea una autoimolación. Reconstruir las ciudades sin avenidas
para que entre ningún ejército y sin legiones de ojos electrónicos
vigilándonos; sino ciudades verdes. ¡Ningún coche en Coruña
Ciudad! ¡Manzanos y carballos en la Ronda de Outeiro y en la Avenida! Transporte
por raíles: metros-tranvías con un vagón ambulancia o una
vagón de bombeo de agua para incendios. ¿Y la incineradora SOGAMA? ¿Y
la fábrica de armas?: ¡reconversión! Y de aquí en adelante,
si queremos construir una presa, una depuradora o una central hidroeléctrica,
que haya un previo debate social y se decida en plebiscito si sí o si
no. Y más de lo mismo a todos los niveles; en el pueblo decidir, qué
maquinaria y producción se va a desarrollar, qué centro social
se va a hacer y con qué actividades, ¿cuáles son los intereses
de la gente del pueblo?
stión es abandonar esta camino que nos dirige al precipicio. Crear unas
sociedades alternativas donde se construya la vida social; sus puntos de encuentro,
sus diversiones, sus deberes, entre odos. Que compitan con el capitalismo en
libertad, felicidad y respeto ecológico. Y yo, por mi parte, lo tengo
muy claro, prefiero currar mucho menos y sin jefes y participando en la creación
y tener que limitarme a los bienes que produzcamos bajo esas condiciones –que
no serán pocos: ropa, ordenadores, centros sociales...- y no matarme
a currar bajo la férrea disciplina empresarial para poder comprarme...
¿Un Cd de Tamara? ¿Un Musculator de esos?