23 de agosto del 2002
Un incendio espectacular vuelve a ofrecer la otra cara
de la agricultura intensiva de invernaderos
Ecologistas en Acción
Hace más de un cuarto de siglo que se inició la explosión
del plástico en la provincia de Almería, entre 1.969 y 1.971 la
superficie cubierta con plástico pasa de 75 has a 1.114 has siendo en
la actualidad superior a las 30.000 has, situación que ha supuesto que
económicamente despegue la provincia hasta conseguir que en la última
campaña las ventas sean próximas a los 2.000 millones de Euros
(333.000 millones de pesetas), siendo Almería uno de los principales
pilares en la economía andaluza y estatal, esta es la cara amable y positiva
de un sector, el agrícola, que se puede decir que ha hecho resucitar
la provincia de Almería.
La otra cara: la de la especulación, la de la destrucción de espacios
naturales, la del agotamiento y esquilmación de los recursos naturales,
la de la explotación humana, la de los intereses económicos- políticos-de
poder, la de la contaminación, ha vuelto a golpear brutalmente a la provincia
de Almería, en esta ocasión de manos de un gigantesco incendio
que ha sido provocado por desaprensivos en la planta de tratamiento de residuos
agrícolas del municipio de El Ejido donde la noche del pasado jueves
comenzaron a arder sobre 40.000 metros cúbicos de broza y rafia, lo que
equivale a dos terceras partes del almacenamiento de la Planta, con pérdidas
económicas que rondan los 240.000 euros. Lo más grave es que todavía
continúa la combustión interna de los residuos, siendo escandalosa
la cifra de distintos contaminantes que han sido emitidos a la atmósfera.
Cubriendo el humo gran parte del poniente almeriense siendo una grave amenaza
para la salud de los ciudadanos y ciudadanas de Almería. Lo más
peligroso de la barbaridad que se ha cometido es la contaminación
por dioxinas, pues se están quemando restos vegetales tratados químicamente
y cuerda de rafia plástica.
Las DIOXINAS son una familia de sustancias químicas que tienen
el dudoso honor de ser reconocidas como los productos químicos más
tóxicos que el hombre ha sido capaz de sintetizar.
De cara a valorar su impacto ambiental, hay tener en cuenta las siguientes características:
· Son muy estables, no existen en la naturaleza, tienden a bioacumularse.
Un informe referente a estas sustancias de la Agencia del Medio Ambiente de
EE.UU., publicado en septiembre de 1994 dice que las dioxinas producen:
· Cáncer.
· Alteraciones en los sistemas inmunitario, reproductor y endocrino
· Los fetos de los seres humanos son muy sensibles a sus efectos tóxicos
· No existe un nivel seguro de exposición.
Ahora llega la hora de buscar responsables. Cómo si en todo este tiempo
no se hubiera podido dar una solución a la gestión del más
de 1.500.000 toneladas de residuos vegetales, cifra a la que hay que sumar los
residuos plásticos y otros, que genera la agricultura intensiva en la
provincia de Almería. La gravedad es cada vez mayor, podría decirse
que ha torcido la cordura en buena parte de las autoridades locales que para
quitarse el problema de encima han optado claramente por la quema de residuos
agrícolas, ya sea por gasificación o por incineración,
siendo el suceso acaecido un buen pretexto para impulsar más esta idea.
Hay que preguntarse, si la recogida y tratamiento de residuos sólidos
urbanos no se hubieran regulado, en que situación nos encontraríamos
ahora; lo mismo hay que hacer en el caso de los residuos agrícolas, el
sector agrícola (productores, comercializadores, etc.) es el que tiene
que asumir el coste que suponga solucionar esta auténtica fechoría
que continuamente ataca nuestra salud y futuro, y las administraciones estatal
y autonómica deben coger las riendas sin miedo a perder votos en las
próximas elecciones para zanjar de una vez por todas estúpidas
polémicas con organizaciones especuladoras que están haciendo
su "agosto" en nuestra tierra. Estas administraciones que siempre están
vendiendo los buenos resultados de nuestra agricultura gracias a las gestiones
que realizan, han de asumir también los aspectos negativos de la misma
y gobernar para resolver una situación enquistada debido más a
intereses políticos que realmente las dificultades que supone solventar
este desbarajuste.
Esto no quita que haya que exigir a todas las administraciones locales que deben
de poner todos los medios a su alcance para que no se repitan estos hechos,
ya que ellos son los responsables directos de todo lo que ocurre en su municipio,
y deberían apretarse las tuercas para presionar y tocar las teclas
oportunas que resuelvan definitivamente los atentados que reiteradamente se
repiten en los territorios que administran.