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SHARON VA A LEVANTAR EL CONFINAMIENTO DE YASSER ARAFAT EN RAMALA
Oasis en medio de un desierto de muerte A días de la llegada del enviado
de EE.UU. a la región, el gobierno israelí resolvió ayer
renunciar a pedir siete días de "calma total" para reanudar
las negociaciones con los palestinos. Dos partidos de derecha abandonaron la
coalición gobernante.
El premier Ariel Sharon. Detrás, el canciller Shimon Peres. El gobierno
israelí dio un giro.
Por Suzanne Goldenberg *
Desde Jerusalén
El premier israelí Ariel Sharon respondió en forma muy simbólica
al atentado suicida palestino del sábado muy cerca de su residencia:
atacó el complejo residencial que tiene sobre el mar el líder
palestino Yasser Arafat. De todos modos, el gobierno israelí, aunque
autorizó ayer la intensificación de las operaciones militares
contra los palestinos, rechazó los llamados de "guerra total"
de parte de la derecha israelí luego del atentado suicida que anteayer
mató a 11 israelíes en un café en Jerusalén. Sharon
decidió renunciar a pedir los siete días de "calma total"
como condición para sentarse a negociar y anunció que pondrá
fin al confinamiento de Arafat, que desde mediados de diciembre no puede salir
de la ciudad cisjordana de Ramalá. Todo esto tuvo sus consecuencias:
Israel Beitenu–Unión Nacional, dos partidos que le daban al gobierno
siete diputados y dos ministros, abandonaron el gobierno.
"Estimo que se han cumplido las condiciones que había impuesto para
que Arafat salga de Ramalá. Hay que respetar nuestros compromisos",
afirmó refiriéndose a la detención por parte de los servicios
secretos palestinos de los cinco palestinos implicados en el asesinato el pasado
17 de octubre del ministro israelí de Turismo Rehavam Zeevi. Sharon no
precisó si Arafat podrá viajar libremente al extranjero, sobre
todo a la cumbre árabe de Beirut los días 27 y 28 de marzo. Por
su parte, Arafat afirmó ayer que está dispuesto a reanudar el
diálogo de paz "inmediatamente" con Israel, pese a "las
humillaciones continuas" que sufre su pueblo, en declaraciones a la televisión
italiana RAI.
Estos signos contradictorios, de continuar una ofensiva mientras ofrece posibilidades
de negociación, parecen estar en relación con la presión
internacional creciente sobre Sharon y Arafat antes del arribo, esta semana,
del enviado norteamericano para Medio Oriente, Anthony Zinni. "Zinni va
a quedarse en la región para cumplir su misión. No vamos a permitir
que actos de violencia impidan su labor", declaró a la cadena NBC
el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, en referencia al fracaso
de la última mediación de Zinni, a fines de diciembre, por la
escalada de violencia.
La situación de guerra comenzó a darse dentro de la coalición
de Sharon. "Nuestra decisión de abandonar el gobierno es definitiva
porque no podemos avalar una política derrotista", declaró
el diputado Eliezer Cohen, de Israel Beitenu–Unión Nacional. "Al
renunciar a exigir siete días de calma total y considerar la posibilidad
de dejar salir a Arafat, el gobierno no hace sino recompensar al terrorismo",
añadió. Se estima que mañana presentarán su renuncia
a Sharon el ministro de Infraestructuras Avigdor Lieberman, el ministro de Turismo
Benny Elon y el viceministro de la oficina de Sharon, Yuri Stern. Sin Israel
Beitenu–Unidad Nacional, Sharon dispone de una mayoría de 79 diputados
de los 120 de la Knesset (Parlamento israelí).
Pero la posición de Sharon favorable a las negociaciones no se aparta
de la línea principal de su estrategia, que apunta a la ofensiva sobre
los palestinos. "Continuaremos con las actividades contra la infraestructura
terrorista, tanto tiempo como dure el terror", declaró su oficina.
Ayer, el jefe del Estado Mayor israelí, general Shaul Mofaz, señaló
al gabinete que esperaba un aumento de la violencia cercano al día de
llegada de Zinni. Después de que dos docenas de tanques ingresaran a
Belén y dos campamentos de refugiados adyacentes sobre la noche, varios
funcionarios dijeron que el Ejército se está preparando para ingresar
a más ciudades en Cisjordania.
El asalto del Ejército israelí a los campamentos de Aida y Deheishe
siguieron un patrón a esta altura familiar: dos residentes de Deheishe
fueron muertos por fuego israelí apenas las fuerzas israelíes
entraron y se produjo el tiroteo. Los soldados entraron luego casa por casa
en buscade dos militantes del Movimiento de Resistencia Islámico Hamas.
Pero el general Mofaz aclaró que Israel no está preparada para
una reocupación total de Cisjordania y Gaza, una operación que
requeriría la convocatoria masiva de reservistas. En Gaza, helicópteros
de combate y naves israelíes dispararon 30 misiles sobre el complejo
costero de Arafat, destrozando los lujosos salones donde usualmente recibe a
los presidentes y dignatarios extranjeros y la estación de radio y televisión
palestina instalada dentro del complejo. Más de 20 personas resultaron
heridas.
Por la noche, helicópteros artillados dispararon misiles sobre el puesto
de policía palestina en el campo de refugiados de Jabaliya y sobre un
edificio de inteligencia en Beituniya, Cisjordania. Dos palestinos murieron
cuando su coche explotó en la entrada de Jerusalén Oriental.
De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.