|
6 de marzo del 2002
Hoy deciden en Bélgica si juzgan
a Sharon por crímenes de guerra
Robert Fisk
The Independent
Beirut, 5 de marzo. Mohamed Abu Rodeina aguarda hoy (miércoles)
la decisión de un tribunal belga. Su padre y sus tíos fueron asesinados
por milicianos libaneses de Israel en un pequeño rectángulo de
tierra rodeado por chozas de concreto, cuyas paredes llevan aún las huellas
de las balas que los mataron.
Y ahora está sentado, a unos metros de allí, en su propia choza
en este horroroso campo de refugiados -su madre fue muerta por un francotirador
musulmán apenas tres años después de que los aliados israelís
masacraron a toda su familia-, esperando saber si Ariel Sharon será condenado
por crímenes de guerra.
"No tengo vida desde entonces", dice. "Era yo un niño y me quitaron a
mi padre y a mis tíos, y mi madre nunca se sobrepuso. No he tenido vida.
Alguien debe pagar por ello... Sharon."
Después de la matanza de cerca de mil 700 civiles palestinos, en septiembre
de 1982, una comisión investigadora israelí decidió que
el entonces ministro de Defensa, Ariel Sharon -hoy primer ministro de Israel-
era "personalmente responsable" del baño de sangre.
El mes pasado, la Corte Internacional de La Haya sugirió que el tribunal
belga no podía juzgarlo, pero el hombre cuyos aviones F-16 y tanques
arrasan ahora los territorios autónomos palestinos no la ha librado aún.
Incluso, si la Corte Criminal de Apelaciones de Bélgica resuelve que
no hay base para un juicio, los abogados de los sobrevivientes de la matanza
tienen pensado apelar ante la Corte de Casación, en Bruselas.
También han solicitado un aplazamiento del veredicto del tribunal para
presentar argumentos en contra de la declaración de la Corte Internacional
y -lo que es aún más ominoso para Sharon- nuevas evidencias que
apuntan a que cientos de civiles palestinos fueron asesinados por milicianos
falangistas cristianos semanas después de que soldados israelíes
los pusieron en su poder.
En Sabra y Chatila, donde muchos sobrevivientes que presenciaron la matanza
de sus familias viven aún entre drenajes abiertos y depósitos
de basura infestados de ratas, cundió el desaliento cuando la decisión
de la Corte Internacional fue seguida por una declaración del consejero
legal del Ministerio de Relaciones Exteriores de Bélgica, quien dijo
que el fallo de dicha corte declaraba ilegal cualquier intento de juzgar a Sharon
en Bruselas.
Ahora resulta, sin embargo, que el Ministerio de Exteriores no tiene facultades
para influir en la corte criminal, y los abogados de los demandantes -los sobrevivientes
que perdieron a sus familias o que fueron heridos o violados por los aliados
israelíes- han decidido llevar su apelación al tribunal superior
en el momento en que la corte inferior rechace la consignación.
Pero es posible que esta corte falle en favor de ellos. Los tres abogados -los
belgas Michael Verhaeghe y Luc Walleyn, y el infatigable libanés Chibli
Mallat- ya han solicitado formalmente a la corte que posponga su veredicto para
poder presentar nuevos argumentos y pruebas.
Mallat calificó de "extraña" la intervención del consejero
legal de la cancillería belga, y añadió que ésta
carece de facultades para decidir en la materia.
"No se trata de un caso coercitivo -apuntó: sabemos que por ahora no
se puede arrestar a Sharon en Bélgica porque es un jefe de Estado.
"Estamos de acuerdo con la Corte Internacional en que el ahora primer ministro
posee inmunidad diplomática, pero tenemos nuevas evidencias de la matanza
de Sabra y Chatila y de lo que ocurrió a las muchas víctimas que
desaparecieron después de que fueron entregadas a los israelíes,
y queremos presentar nuestros argumentos sobre el veredicto de la Corte Internacional."
Si el tribunal belga decide que es posible llevar adelante el juicio, podemos
estar seguros de que entonces será Sharon quien tendrá oportunidad
de apelar ante la corte superior.
Copyright: The Independent
Traducción para La Jornada: Jorge Anay