|
16 de febrero del 2002
Entrevista a Azmi Bishara, diputado árabe en el Parlamento israelí
Resistencia legítima
Rouge
Nacido en 1957 en Nazaret, Azmi Bishara es diputado árabe en el
Knesset (Parlamento israelí) desde 1996. Es también el fundador
del partido de izquierda Balad (Alianza democrática nacional) que preside.
El 7 de noviembre de 2001, bajo la presión del gobierno Sharon, su inmunidad
parlamentaria fue levantada porque había declarado públicamente
que apoyaba la causa palestina y haberse solidarizado con los refugiados. Puede
ir cinco años a la cárcel.
Pregunta: ¿Cuáles son hoy las diferencias entre palestinos y árabes
de Israel?
Azmi Bishara.- Si se consideran los orígenes, no hay ninguna diferencia
entre palestinos y árabes de Israel: antes de la fundación del
estado de Israel en 1948, no formaban más que un único pueblo
que vivía en un único país. La creación del estado
de Israel conllevó la separación entre los árabes de Israel,
los palestinos de la banda de Gaza y los palestinos de los campos de refugiados.
Pero son todos árabes y palestinos. La diferencia, es que se dio la nacionalidad
israelí a los árabes de Israel y la nacionalidad jordana a los
palestinos de Cisjordania entre 1948 y 1967. En cuanto a quienes estaban en
los campos, no obtuvieron ninguna nacionalidad.
P: ¿Es Vd más bien partidario de un estado en el que coexistan dos nacionalidades
, o a favor de la fundación de dos estados separados?
A.B.- Deseo que los judíos y los palestinos vivan juntos en un único
y mismo estado con los mismos derechos. Pero esto no es un programa político,
es un deseo. Todo programa político debe ser sostenido por fuerzas políticas
y sociales. Sin embargo, tanto en Israel como en Palestina, la mayor parte de
la gente quiere vivir en un estado nacional: los palestinos en un estado palestino
y los israelíes en un estado judío. Las élites nacionales
israelíes y palestinas construyen un proyecto nacional. Naturalmente,
no se puede excluir que el proyecto de dos estados separados fracase: entonces,
la opción de un estado binacional se planteará de nuevo. Pero
actualmente, mientras los palestinos luchen por la creación de un estado
con la banda de Gaza y Cisjordania, nosotros apoyaremos el combate de los palestinos.
P: ¿Cuáles son los lazos de vuestro partido con la OLP, la Autoridad
Palestina y el Partido Laborista de Israel?
A.B..- Nuestro partido se llama Balad (Alianza democrática nacional).
Tenemos buenas relaciones con los representantes de la Autoridad Palestina tanto
en el plano político como en el personal. Pero hay divergencias en cuanto
a la estrategia a seguir. Ellos piensan, por ejemplo, que la solución
está en manos de los Estados Unidos. Nosotros no compartimos tampoco
algunos ejes de la política interna, principalmente la forma en que llevan
la economía y la administración. Pero estas divergencias de puntos
de vista no deben ocultar lo esencial: hay una tentativa de debilitamiento de
la Autoridad Palestina a fin de que acepte las condiciones políticas
impuestas por Israel. Apoyamos pues a la Autoridad Palestina a fin de que no
tenga que aceptar los diktats y las condiciones del gobierno israelí.
Pero para esto debe ser fuerte, democrática y tener el apoyo del pueblo.
Tenemos reuniones de concertación con los representantes de la Autoridad
Palestina, en las que les damos nuestra opinión: a veces escuchan nuestros
consejos, a veces no, pero esta forma de diálogo es importante porque
deben tener en cuenta nuestra forma de ver las cosas.
P: ¿Por qué razones ha levantado Ariel Sharon su inmunidad parlamentaria?
A.B..- El Knesset, bajo la presión del gobierno, ha levantado mi inmunidad
parlamentaria a fin de llevarme a los tribunales, con el pretexto, por ejemplo,
de declaraciones que califican de "apoyo al terrorismo". Rechazamos una acusación
así: la resistencia a Israel es legítima. Esto no tiene nada que
ver con el terrorismo. Estamos evidentemente contra el terrorismo. Los palestinos
viven bajo un régimen de ocupación y es un pueblo que tiene sus
derechos. El terrorismo, es la ocupación por Israel. El gobierno israelí
intenta limitar la participación de los árabes de Israel en las
elecciones y en la vida política, principalmente excluyendo del parlamento
las ideas de justicia social y de democracia que yo represento. Intentan poner
fuera de la ley toda idea de igualdad de derechos entre todos los ciudadanos
del estado de Israel, peligrosa a sus ojos para la política israelí.
Con estas alegaciones, esperan privarnos de toda legitimidad a fin de impedirnos
tomar parte en las próximas elecciones. El proceso instruido contra mí
es un proceso político pero es también un proceso de la "democracia"
israelí contra el pueblo palestino y contra la minoría árabe.
Trataremos pues este proceso en el plano político y organizaremos la
solidaridad: será una muy buena ocasión de hacer conocer a la
opinión pública mundial la situación de los árabes
de Israel y de los palestinos.
P: ¿Cómo podemos manifestar aquí nuestra solidaridad con el pueblo
palestino?.
A.B..- Esta solidaridad es hoy más importante aún que en el pasado:
dado el comportamiento de los Estados Unidos tras los acontecimientos del 11
de septiembre, la situación se ha hecho más difícil para
los pueblos que luchan por su libertad. La mejor forma de solidaridad consiste
en hacer presión en Europa para que Israel sea considerado, si no como
un estado colonial (o como un régimen de apartheid), al menos como un
estado "como los demás". Israel es hoy tratado como un estado privilegiado
en Europa: económicamente, está considerado como un estado europeo.
Hay que trabajar por el levantamiento de los privilegios de los que goza en
Europa. Es importante boicotear los productos de las colonias, o también
que Europa haga presión sobre Israel a través de sus programas
de cooperación económica, cultural y científica. Esta presión
y el apoyo a los palestinos son esenciales. Pero para esto, es preciso que una
fuerza política en Europa se haga el portavoz de ese apoyo. Es a las
fuerzas democráticas y progresistas, que saben que tanto antes como después
del 11 de septiembre los palestinos están oprimidos, a quienes corresponde
organizar esta solidaridad política. Hay suficientes simpatías
en la opinión pública europea para que esta solidaridad se manifieste
y se organice.
Declaraciones recogidas por Patric Auzende.
7 de febrero de 2002