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EE.UU. PLANEA INVADIR IRAK
CON 200.000 SOLDADOS DESPUES DE MAYO
Así será la próxima guerra de Bush
Instructores de la CIA y fuerzas especiales estadounidenses ya están en Kuwait y en el norte de Irak para adiestrar a combatientes de la oposición a Saddam Hussein, y centros de comando del Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea ya están en Kuwait, Bahrain y Arabia Saudita.
Por Julian Borger y Ewen MacAskill
Desde Londres
El Pentágono y la CIA han iniciado los preparativos para un asalto contra
Irak que involucrará hasta 200.000 soldados y que es probable que sea
lanzado este año con el objetivo de remover a Saddam Hussein del poder,
dijeron ayer a este diario fuentes de inteligencia y diplomáticas de
Estados Unidos. El gabinete de guerra del presidente George Bush, conocido como
el "comité de los principales", acordó en una reunión
clave a finales de enero que la política de contención ha fracasado
y que hay que dar pasos activos para derrocar al líder iraquí.
Pero, de acuerdo a una fuente de inteligencia que conoce los preparativos de
la CIA, los planes para una guerra paralela abierta y encubierta sólo
llegaron al escritorio del presidente en los últimos días. "Me
reservaré todas las opciones de que dispongo, las llevaré cerca
mío todo el tiempo. Saddam Hussein debe entender que soy serio en relación
a la defensa de nuestro país".
Desde la decisión del "comité de principales", Colin
Powell, secretario de Estado y la paloma de la administración, ha agregado
su voz de una manera muy deliberada a los llamados para un "cambio radical".
"Estamos examinando una variedad de acciones para llegar a eso", dijo
al Comité de Presupuesto del Senado. El proyecto de una campaña
contra Irak se ha desarrollado desde un plan de contingencia trazado por el
Estado Mayor Conjunto que contempla el uso de una fuerza de 200.000 soldados,
el grueso de los cuales invadiría desde Kuwait. Sin embargo, puede ser
que la fuerza real sea menos numerosa y que descanse más en operaciones
clandestinas y de fuerzas especiales. El Comando Central ya ha instalado en
el Golfo Pérsico centros de avanzada desde los cuales cada una de las
fuerzas que lo componen podrán coordinar la guerra. El comando de la
Fuerza Aérea (Afcent) está en la base Príncipe Sultan en
Arabia Saudita. El comando del Ejército (Arcent) está en Kuwait,
mientras el comando de la Marina (Navcent) está en Bahrain. Se espera
que el componente de Marines del Comando Central (Marcent) se desplace a Bahrain
en los próximos días, semanas después de que la principal
fuerza de Marines dejara Afganistán.
Estados Unidos, Israel y Turquía debían desarrollar este año
ejercicios conjuntos bajo el nombre codificado Anatolian Eagle, pero, en otro
signo de la aceleración de preparativos, serán tres los ejercicios
de ese tipo que tendrán lugar en los próximos meses, desde en
la base de la Fuerza Aérea Konya en Turquía. Una vez puesta a
punto, Konya podrá ser usada junto a Incirlik como base para los ataques
aéreos contra el norte de Irak. Los planificadores militares del Pentágono
habrían estado vacilando en torno al plan contra Irak debido al significativo
riesgo de que Saddam, que esta vez sabe que es su propia vida lo que está
en juego ahora –cosa que no era clara en la Guerra del Golfo– use armas químicas
y biológicas contra concentraciones de tropas estadounidenses e Israel.
Este peligro puede ser minimizado por bombardeos intensivos contra los lanzamisiles,
pero los generales seguirían extremadamente preocupados por el hecho
de que los riesgos no podrán ser eliminados por completo.
La guerra clandestina de la CIA implicará el armamento y entrenamiento
de combatientes kurdos en el norte de Irak y de fuerzas chiítas en Kuwait.
Entrenadores de la CIA y tropas de las fuerzas especiales ya han sido despachadas
a Kuwait con ese propósito, y pueden haber empezado a trabajar. Mientras
tanto, la CIA y las fuerzas especiales lanzarán una campaña de
sabotaje y de guerra informativa en los próximos meses. La CIA tiene
muy poca confianza en la capacidad militar del principal movimiento de oposición,
el Congreso Nacional Iraquí, pero ha iniciado consultas intensivas con
funcionarios del CNI en torno a la logística para entrenar y armar a
los partidarios del movimiento.
El gatillo de la guerra puede ser la pelea sobre las inspecciones de armas que
se espera para dentro de tres meses. Los aliados de EstadosUnidos están
aferrándose a la esperanza de que la acción militar estadounidense
será evitada por la aceptación por parte de Bagdad de inspecciones
de armas incondicionales e irrestrictas cuando el régimen de sanciones
internacionales debe ser evaluado en las Naciones Unidas en mayo. Sin embargo,
el vicepresidente iraquí Taha Yassin Ramadan dijo ayer que no había
necesidad de que los "espías" de los equipos de inspección
de armas de la ONU volvieran al país. Un funcionario del Departamento
de Estado norteamericano dijo que consideraba muy improbable que el régimen
iraquí esté preparado a aceptar el estricto programa de inspecciones
que Estados Unidos va a demandar. Como dijo la fuente de inteligencia norteamericana,
la Casa Blanca "no aceptará un ‘no’ como respuesta", lo que
sugiere que Washington provocará una crisis. Agregó que esperaba
que la guerra comience poco después del ultimátum de mayo.
Los aliados de EE.UU. en Medio Oriente han sido informados de que ya se tomó
una decisión de atacar a Irak, y los diplomáticos de la región
dijeron ayer que estaban resignados a la inevitabilidad de una guerra que puede
amenazar la estabilidad de una serie de regímenes árabes. "Para
nosotros es una situación de pesadilla –dijo un diplomático árabe
en Washington–. Sabemos que los norteamericanos van a tomar toda clase de decisiones
drásticas, y que tenemos que prepararnos para esa realidad. Pero la opinión
pública en la calle no va a ver esto como un intento benigno de restaurar
el orden, sino como imperialismo norteamericano".
Francia, Alemania y otros países de la Unión Europea han estado
haciendo cola para hacer claro a Bush que no lo van a apoyar en una acción
militar contra Irak. Joschka Fischer, ministro de Relaciones Exteriores de Alemania,
se unió esta semana al canciller francés Hubert Vedrine, al expresar
públicamente su preocupación por la política estadounidense
hacia Irak. Pero Tony Blair y el canciller británico Jack Straw han rehusado
unirse al coro de condenas. Un funcionario del Foreign Office dijo ayer que
las acciones militares no eran inminentes, pero que se trataría de una
"cuestión de meses". Un portavoz del Foreign Office en Londres
dijo luego: "El primer ministro ha hecho claro desde el comienzo que la
campaña tendría dos fases: la primera con foco en Afganistán
y la segunda contemplando diferentes aspectos del terrorismo internacional.
En este contexto, tenemos que prestar atención a temas como las armas
de destrucción masiva". En los meses posteriores al 11 de setiembre,
el Foreign Office repetidamente descartó una acción militar contra
Irak más allá del bombardeo regular a lo largo de su frontera
con Arabia Saudita y Kuwait. En ese momento, afirmaba que no había pruebas
que vincularan a Irak con el terrorismo.
Arabia Saudita, Jordania y Turquía –tres aliados norteamericanos fronterizos
con Irak–, anticipan daños políticos y económicos significativos
de este nuevo conflicto, Jordania cree que va a perder 800 millones de dólares
por la interrupción de las entregas de petróleo barato iraquí,
y ya ha empezado a sugerir la necesidad de una compensación.
(De The Guardian de Gran Bretaña, especial para Página/12).