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ESCANDALOSA DENUNCIA DE UNA REVISTA FRANCESA
El espionaje del amigo israelí
Por Eduardo Febbro
Intelligence online, la revista francesa especializada en asuntos de espionaje,
revela en su última edición uno de los mayores escándalos
de espionaje de la historia de las relaciones entre EE.UU. e Israel. Según
esta prestigiosa publicación, unos 120 espías israelíes
que se hacían pasar por estudiantes en "artes plásticas"
fueron descubiertos y arrestados en Estados Unidos luego de haber llevado a
cabo un ambicioso "trabajo de inteligencia". Los agentes israelíes
no sólo intentaron entrar en contacto con agentes del FBI y la DEA sino
que también buscaron infiltrar las bases aéreas norteamericanas.
El caso es lo suficientemente serio como para que el Ministerio de Justicia
norteamericano tenga ya en su poder un informe sobre las actividades de la red
israelí. La lectura detallada de ese texto demuestra que, tal como ya
se había dejado entrever en un principio, el Estado hebreo no le transmitió
a Washington toda la información que tenía sobre los preparativos
de los atentados del 11 de setiembre.
Si bien casi todos los integrantes de la red ya fueron arrestados, queda una
seria duda acerca de la "transparencia" de la cooperación en
materia de lucha contra el terrorismo internacional. Las actividades de los
agentes israelíes demuestran que, por una u otra razón, contaban
con informaciones de peso a propósito de la red dirigida por Bin Laden.
En primer lugar, una de las misiones de los 120 agentes israelíes consistió
en seguirle la pista dentro del territorio de Estados Unidos a los miembros
de la red Al-Qaida. En su mayoría, los hombres del Mossad eran oriundos
de unidades militares especializadas en las tecnologías de punta. Curiosa
coincidencia de esta novela realista de espionaje, una tercera parte de los
topos israelíes vivían en Florida, en los mismos barrios donde
residieron entre 10 y 19 miembros del "equipo" que perpetró
los atentados del 11 de setiembre. La pantalla legal de los infiltrados no consistió
solamente en hacerse pasar por estudiantes de artes plásticas. Varios
de los agentes estaban ligados a empresas de alta tecnología israelíes
que trabajaban en EE.UU. como prestatarias de telefónicas norteamericanas