14 de agosto del 2002
La resistencia internacional hace cambiar los planes de guerra contra Iraq de EEUU
Klassekampen. Noruega. Traducción libre para Rebelión.
"El pentágono trabaja en estos momentos para encontrar alternativas
de guerra contra Iráq y Saddam Hussein", escribe The New York Times.
El dolor de cabeza de los norteamericanos radica en la dificultad que plantea
el desplazamiento y la intervención de los anunciados 250.000 soldados
en territorio iraquí.
Según The New York Times, Estados Unidos podría apostarle a una
operación de "golpear y salir", en la que se eliminaría a Hussein
y se tomaría control sobre uno o dos comandos centrales para de esta
forma neutralizar posibles atáques con armas de destrucción masiva
contra las fuerzas estadounidences o contra sus aliados, entre ellos Israel.
Entretanto, dentro de sus propias fílas se cuestiona hasta que punto
George W.Bush tendría apoyo en su linea agresiva. Según el Washington
Post, son varios los del departamento de defensa los que cuestionan hasta que
punto se justifica el cambio de política de desgaste sobre Saddam Hussein
para dar paso a un ataque militar.
Dentro de los medios Estadounidenses se asegura que "la política actual
ha logrado su efecto a lo largo de 11 años". Se refieren a la política
de sanciones las cuales contempla el pago del petróleo con comida y medicinas,
la cual ha cobrado la vida de miles de niños iraquíes. Sin mover
un centimetro a Saddan del poder, pero que sí ha causado que el gobierno
de Hussein responda con el idioma del petróleo. El único que Estados
Unidos entiende, y que parece ser la única razón para desear tomar
control total del país.
¿Para el otoño?
Nada diferente a la situación que antecedió el ataque norteamericano
a Afganistán en octubre del año pasado, en donde las versiones
de los representantes de los EE.UU y las de sus aliados variaron en muy alto
grado.
Estados Unidos parece tener prisa, mientras los británicos aseguran que
un ataque, si se diera, sucedería en un futuro distante. A pesar de que
la linea gobernante de los halcones en la administración Bush mantiene
su versión de querer sacar a Saddam Hussein, al mismo tiempo la Casa
Blanca ha moderado la misma a la duda de cuan rápido sucedería
dicha operación.
El Washington Post concluye que el ataque se llevará a cabo a más
tardar en otoño, pero que bien podría ser después, al haber
sostenido según el periodico, conversaciones con un funcionario de la
administración de defensa.
El entonces líder para el programa de inspectores de armas en Iráq,
el sueco Rolf Ekéus, aseguró que los Estados Unidos habían
tratado de presionarlos para llevar a cabo labores de espionaje al predirles
reportar, entre otras cosas, la localización de Saddam Hussein. Estas
afirmaciones desacreditarán el uso por parte de los Estados Unidos de
la excusa de los incidentes con los inspectores de armas en Iráq. Precisamente
cuando Hussein acusó a dichos inspectores de espíar para Estados
Unidos. A todo esto se suman las declaraciones del miembro del grupo de inspectores
norteamericano Scott Ritter, en cuanto a que EE.UU ha infiltrado personal de
la CIA entre los enviados para el control de armas.
Desacuerdo latente
El desacuerdo que rodea el anunciado plan militar norteamericano contra Iráq
es real: "por primera vez los medios tienen la razón", aseguró
a Klassekampen el general retirado Fredrik Bull-Hansen. "Parece haber desacuerdo
dentro de la administración estadounidense, pero aún mayor malestar
entre los países europeos, Rusia y el medio oriente musulmán,
así como en el mundo árabe". El general retirado asegura que Turquía
se encuentra en una posición especial en este caso. Cabe agregar a las
palabras del general: por su malestar contra una agresión a un país
musulmán. El militar en retiro nos recuerda que muchos lideres europeos
no comparten el punto de vista de su colega Tony Blair.
¿Qué significarían esos desacuerdos o malestar para los preparativos
de un eventual ataque a Iraq?
"Depende hasta que punto está dispuesto Estados Unidos de llevar acabo
un atáque por su propia cuenta. Después de recibir tremendo golpe
en su propio territorio el 11 de septiembre, en un país que se creía
impenetrable, son muchas las reacciones que se pueden dar las cuales no han
sido pensadas con serenidad y cordura"
Una red genial.
Considera que la puesta en marcha de una red antiterrorismo por parte de los
norteamericanos después del 11-S fue una idea genial. "Pero la pregunta
es cómo se pretente y para qué fines usar esta red antiterror.
Si se actua por cuenta propia puede debilitarse y perder su lógica inicial.
Además de que algunos de los aliados contra el terrorismo lo son, precisamente
para obtener beneficios de la alianza, más que para formar un frente
común. China salió al paso para advertir contra posibles abusos
y aclarar que la capacidad para comprender otras culturas es esencial para una
cooperación de tal magnitud".
Fredrik Bull-Hansen pone en entredicho el respaldo y liderazgo de George W.Bush
como lider natural de la defensa de los norteamericanos. Recuerda que muy a
menudo se dice que la guerra es un tema demasiado serio para dejarlo en manos
de los militares. Pero agrega que es igual de serio para dejarlo solamente a
los políticos. Según el general en retiro, es posible encontrar
muchos políticos estadounidenses que piensan antes de actuar, los cuales
operar desde otra perspectiva. Colin Powell se ha proyectado como uno de ellos,
a pesar de que su salida del equipo Bush se anuncia cada semana.