12 de agosto del 2002
La crisis de la deuda externa de Africa
La crisis de la deuda externa de Africa subsahariana, que suma
unos 370.000 millones de dólares, debe ser resuelta mediante un mecanismo
de arbitraje internacional, propuso una organización civil de la región
Umoya
HARARE, (IPS)
Instrumentos internacionales como la Corte Permanente de Arbitraje de
La Haya, Holanda, y la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo,
instalada en Ginebra, deben ampliar su mandato para incluir asuntos de la deuda,
o crear una nueva comisión para tratarlos, sostuvo el Foro y Red de la
Deuda y el Desarrollo de Africa (Afrodad).
La solución óptima sería la creación de un Tribunal
de Arbitraje de la Deuda mediante un tratado de la Organización de las
Naciones Unidas (ONU), sugirió Opa Kapijimpanga, coordinadora de Afrodad,
que está radicado en Harare.
El tribunal estaría compuesto por no más de cinco árbitros
en representación de deudores y acreedores, a los que se agregaría
otro, independiente, que asegure la imparcialidad.
"La cancelación total de la deuda bilateral y multilateral brindará
financiamiento al desarrollo económico y humano", sostuvo Kapijimpanga.
La anulación de la deuda permitiría a Africa subsahariana retener
un mínimo de 13.000 millones de dólares al año, advirtió
Afrodad en un informe denominado "Arbitraje Justo y Transparente de la Deuda".
Los gobiernos de la región deben un promedio de casi 400 dólares
por habitante, una cifra que supera el salario medio anual de los africanos.
En esas condiciones, no será fácil cumplir con el servicio de
la deuda. "Para resolver la crisis necesitamos un tratado que permita la creación
de un mecanismo de arbitraje" de las obligaciones contraídas, señaló
Eunice Mafundikwa, también de Afrodad.
La organización no gubernamental envió cartas a los embajadores
africanos ante la ONU en Nueva York. "Tratamos de presionar a nuestros gobiernos
para que las Naciones Unidas instalen el tribunal", dijo Mafundikwa.
Las deudas contraídas por dictaduras o regímenes represivos estarían
habilitadas para el arbitraje del tribunal. En esta categoría entrarían
deudas como las asumidas por el fallecido presidente Mobutu Sese Seko de Zaire
-ahora República Democrática de Congo-y el régimen del
apartheid en Sudáfrica.
La propuesta de Afrodad incluye deudas cuyos fondos fueron usados para programas
de desarrollo fracasados, como proyectos del Banco Mundial y el Fondo Monetario
Internacional (FMI), agregó la activista.
El servicio de la deuda de Africa subsahariana pasó de 10.900 millones
de dólares en 1990 a 15.200 millones en 2001. Zambia es uno de los países
más sofocados por el endeudamiento, que le exige un gasto de 1.300 millones
de dólares, mientras destina 37 millones a la educación.
En Mozambique, uno cada cuatro niños mueren antes de cumplir cinco años
a causa de enfermedades infecciosas, pero el gobierno dedica al servicio de
la deuda cuatro veces más dinero que a la salud.
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, envió en 2000 una carta
al Grupo de los Ocho (G-8) países más poderosos en la que destacó
que "hasta 40 por ciento de los ingresos de los países africanos se destina
al servicio de la deuda externa, en detrimento de la salud, la educación
y otros servicios sociales".
El G-8 agrupa a Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña,
Italia, Japón y Rusia.
La carga de la deuda propicia el rápido aumento de la pobreza. Cifras
entregadas a IPS por Afrodad indican que 51 por ciento de los habitantes de
Africa subsahariana viven en pobreza absoluta, es decir con menos de un dólar
por día.
El FMI y el Banco Mundial clasifican en la categoría "países pobres
altamente endeudados" a 41 naciones, 33 por ciento de las cuales son africanas.
"La cancelación de la deuda, si puede resolverse, sería una forma
efectiva de romper el círculo de la pobreza y encaminar a la región
hacia el desarrollo sustentable", aseguró Mafundikwa.