James O. Goldsborough The San Diego Union Tribune Traducido para Rebelión por Tatiana de la O
Deben haberse enterado de que el controvertido libro del general Paul Aussaresses,
el torturador francés, puede conseguirse en inglés con el título
de "The Battle of the Casbah" (La batalla de la Casbah). La idea de Aussaresses
es que con un poquito más de tortura Argelia todavía sería
francesa. Argelia aparece hoy en las noticias a causa de los palestinos. Al parecer,
Israel cree que repitiendo las técnicas francesas podrá lograr lo
que los franceses no lograron en Argelia. Israel fracasará así como
lo hizo Francia. La guerra de Israel continuará hasta que termine su ocupación
de las tierras palestinas. Esta es una guerra desagradable así como fue
desagradable la de Argelia, y esto fue recordado una vez más por el bombardeo
del martes pasado cerca de Tel Aviv. No acabará hasta que los ocupadores
se vayan. Pensemos en Yenín como la Casbah y en Ramalá como Argel.
Convirtiéndolos en chatarra, matando o torturando a los prisioneros (B'Tselem,
el grupo de derechos humanos israelí, da información sobre torturas
por parte de los israelíes), haciendo que los colonos se instalen en tierras
confiscadas, encontrarás en Palestina una situación similar a la
argelina. Políticamente, los palestinos buscan la independencia del poder
colonial del mismo modo en que lo hicieron los argelinos. Aunque la mayoría
de los israelíes no están a favor del conflicto, al igual que los
franceses; las elites de poder, que están muy unidas a los colonizadores,
están decididas a conservar las tierras ocupadas a cualquier precio. Se
habrán dado cuenta de que el primer ministro Ariel Sharon discrepó
con el llamado del martes del presidente Bush por la fundación de un estado
palestino. Sharon se opone a la creación de un estado palestino, una posición
que condena a Israel a una guerra permanente.
La posición de Sharon también fuerza a EE.UU., como ciego aliado
de Israel, a peligros que no merece. Francia, antes de 1962, se refería
a Argelia como parte de Francia, no como una colonia. La misma justificación
que esgrimen los colonos israelíes: La tierra ocupada es suya. Pueden venir
de Rusia, EE.UU. o Etiopía, pero la tierra les pertenece a ellos y no al
pueblo nativo. El movimiento de descolonización que comenzó después
de la Segunda Guerra Mundial no incluyó a Argelia. Viendo esto, los argelinos
formaron un movimiento por la independencia, el FLN, que atacó a los colonos.
En mayo de 1945 en Sétif, el ejército francés contraatacó
masivamente, matando a entre 6.000 y 20.000 personas, según la fuente.
Comenzó la guerra. Los muertos eran terroristas, dijo Francia. Sólo
aldeanos, dijeron los argelinos. ¿Suena conocido? Los europeos, como sabrá
cualquier lector de Lawrence de Arabia, traicionaron a los árabes después
de la Primera Guerra Mundial apoderándose de las tierras del derrotado
Imperio Otomano en lugar de darles la independencia. Francia se quedó con
el Líbano y Siria, Gran Bretaña tomó Irak, Jordania y Palestina.
El colonialismo terminó con la Segunda Guerra Mundial, y pronto todos los
árabes exceptuando a los palestinos y los argelinos serían independientes.
Lo que los hizo diferentes fue la presencia de grandes minorías de colonos
europeos.
Argelia, conquistada en 1830, se volvió parte de la misma Francia, a diferencia
de las vecinas Túnez y Marruecos, que eran colonias. Millones de colonos
arribaron de Francia a lo largo de varias décadas, tomando la tierra de
los argelinos como los colonos americanos la tomaron de los nativos americanos.
Sobre Palestina, la Declaración Balfour de 1917 de Gran Bretaña
afirmaba que: "El gobierno de Su Majestad ve con agrado el establecimiento en
Palestina de una sede nacional para el pueblo judío, dejando claro que
no debe hacerse nada que pueda perjudicar los derechos civiles ni religiosos de
las comunidades no judías existentes en Palestina". El primer censo británico
en Palestina, en 1922, mostró una población de 757.182 personas,
78% musulmanes, 11 % judíos, y 9,6% cristianos. El fin de la Segunda Guerra
Mundial trajo la guerra a gran escala a Palestina y Argelia. Había habido
guerra de guerrillas durante años, pero la guerra real estalló a
fines de los años cuarenta. En Palestina llevó a la división
de tierras entre Israel y Jordania. En Argelia la guerra se llevó 250.000
vidas antes de la paz declarada en 1962. Charles de Gaulle acabó con la
guerra argelina. Reconociendo que esa guerra era imposible de ganar y estaba convirtiendo
a Francia en un país ocupador, embrutecedor, torturador, y paria entre
los otros países, de Gaulle accedió a otorgar independencia a Argelia.
Los colonos, guiados por cuatro generales, declararon la guerra a de Gaulle, intentaron
asesinarlo y estuvieron a punto de invadir Francia desde Argelia. De Gaulle se
volcó hacia el pueblo francés, que lo apoyó en un referéndum
y aprobó la independencia argelina. Los colonos volvieron a casa. Los generales
fueron a la cárcel. ¿Dónde está el de Gaulle de Israel? En
Sharon, Israel tiene al anti-de Gaulle, el problema real no es Israel en sí
mismo, que ha sido aceptado por los estados árabes. El problema es la tierra
que no pertenece a Israel. El gran problema de Israel en la actualidad es que
a pesar de que su pueblo devolvería la tierra ocupada a cambio de la paz,
Sharon quiere más tierras y más colonos. Israel ha caído
en la misma trampa que la Cuarta República Francesa. Sharon cree que repitiendo
en Yenín y Ramalá lo que la Cuarta República hizo en Sétif
y la Casbah, Israel ganará. Cree que asesinando y torturando a los palestinos,
reduciendo su civilización a escombros, Israel ganará. Está
equivocado. Israel es hoy una tierra triste y aislada, y muchos judíos
están pagando el precio. Los estadounidenses también lo están
haciendo. Lamentablemente, tenemos un presidente que hasta ahora ha mostrado más
interés por el voto de la comunidad judía que por el respeto a la
justicia y a las tradiciones estadounidenses. Es una lástima. 9 de mayo de 2002
http://www.uniontrib.com/news/op-ed/goldsborough/20020509-9999_1e9golds. html