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30 de junio del 2002
Israel va a deportar a las familias de los atacantes suicidas
Peter Beaumont
The Guardian
Traducido para Rebelión por Germán Leyens
Israel va a deportar a las familias de los atacantes suicidas de Cisjordania
a Gaza, después de demoler sus casas, se supo ayer, entre signos de que
el gobierno se está sintiendo cada vez más impotente ante la continuación
de la serie de bombazos suicidas.
El ultimo plan para confrontar a los terroristas palestinos, después
de las muertes de más de 30 israelíes en una sola semana, fue
elaborado en la última reunión del gabinete de seguridad del viernes
pasado.
Apareció mientras las fuerzas armadas israelíes anunciaron una
"aplastante ofensiva militar" contra los militantes en Cisjordania. Hasta 2.000
reservistas han sido llamados a las filas en los últimos días.
Pero a pesar de las enérgicas palabras, las fuentes diplomáticas
piensan que la última iniciativa es un signo de desesperación,
indicando que Israel ha agotado sus opciones en la lucha contra el terrorismo
–habiendo descartado la negociación.
Una fuente importante dijo: "Está muy bien hablar de ofensivas aplastantes,
pero ¿a quién y qué va a atacar Israel que no haya sido atacado
ya? A Israel simplemente se le han acabado las ideas sobre cómo confrontar
el terrorismo palestino. Ha tratado todo desde el ángulo militar, y la
situación sigue empeorando. Lo peor es que los tipos malos, de ambos
lados, son los que están ganando."
Las fuentes subrayan el fracaso de una serie de medidas de la línea dura
israelí orientadas a combatir la violencia.
La política de asesinar a dirigentes militantes, dicen, ha tenido tan
poco éxito en la reducción de la violencia, como la masiva incursión
militar de abril a las ciudades de Cisjordania, planeada ostensiblemente para
desmantelar redes terroristas.
Una política de aislamiento del líder palestino, Yasir Arafat,
también ha tenido un efecto insignificante.
El plan de deportar a las familias a Gaza será examinado por los funcionarios
legales israelíes a causa de las preocupaciones de que es casi seguro
que violará las convenciones internacionales, si no la propia ley israelí.
Sin embargo, sus defensores, incluyendo al ministro de cooperación regional,
Ron Milo, están empujando al gobierno para que declare un estado de emergencia,
que afirman crearía la base legal para las deportaciones y las demoliciones
de las casas. "La guerra contra el terror requiere que se capacite al sistema
legal para que haga los cambios necesarios para tener éxito en esta guerra,"
dijo Milo.
Los detalles del plan se conocieron cuando las Fuerzas de Defensa Israelíes
[IDF – el ejército israelí] tomó el control formal de la
primera área determinada para la plena reocupación militar. Un
comandante del IDF informó al alcalde de Beitunia, hasta entones parte
del área de la Autoridad Palestina, que ahora el ejército tenía
la plena responsabilidad por la seguridad.
El ejército también distribuyó panfletos que informaba
a los residentes que: "El batallón Granito se hará cargo y ocupará
la ciudad de Beitunia, impondrá el toque de queda en la ciudad e impedirá
todo acceso a ésta a fin de asegurar la transferencia de la seguridad
militar de la Autoridad Palestina a Israel por un extenso período."
El ministro de defensa de Israel, Binyamin Ben-Eliezer, dijo ayer que la operación
no significará un restablecimiento de la administración civil
que estaba a cargo de todos los asuntos civiles antes del establecimiento de
la Autoridad Palestina.
Cuando las tropas israelíes penetraron en otras ciudades de Cisjordania,
Ahmed Abed Rahman, un ayudante de Arafat informó a The Guardian que
la política de reocupación será infructuosa. Agregó
que, frente a la ocupación, los palestinos sólo replicarán
con el "lenguaje de la lucha y de la resistencia."
24 de junio, en Ramala