25 de diciembre del 2002
Los refugiados palestinos: ¿derecho al retorno o impunidad?
Nelly Marzouka
Rebelión
"...Sólo una revolución interna puede tener el poder necesario
para curar a nuestro pueblo de la enfermedad asesina del odio sin causa... Nos
va a traer la ruina total. Sólo entonces comprenderán los viejos
y los jóvenes de nuestro país tan grande fue nuestra responsabilidad
en el devenir de esos desgraciados refugiados árabes en cuyas poblaciones
hemos asentado judíos traídos desde bien lejos, hemos heredado
sus hogares, ahora sembramos y cosechamos sus campos; recogemos los frutos de
sus jardines, huertos y viñedos; y en las ciudades, que les hemos robado,
instalamos casas de educación, caridad y culto, mientras parloteamos
y deliramos diciendo que somos "El Pueblo de la Biblia" y la " luz de las naciones"
Martin Buber
Exilio y destierro
Desde tiempos remotos, el peor castigo que pudo inflingirse a un
ser humano, fue el destierro, intercambiable por la muerte, lo cual significa
privarlo de sus seres y bienes más queridos, y obligarlo a renunciar
a su cotidianidad y a su historia. Implica, en la mayoría de los casos,
no alcanzar a despedirse de nadie, dejando atrás, su hogar, su casa,
bienes, su gente, personas. Además, implica la no elección del
lugar de destino y un giro total de status, de profesión u oficio, pasando
a constituir un número más, " un refugiado", que en la mayoría
de los casos, ha abandonado documentos, títulos y diplomas.
Ser exiliado y desterrado, significa haber sido perseguido, encarcelado, amenazado,
a veces torturado, humillado, aterrorizado, y expulsado; junto a la imposibilidad
de volver a su tierra y el sentimiento de ser un sobreviviente, de no haber
perdido la vida a un costo demasiado elevado. Esta experiencia, constituye un
trauma, ya que nadie se encuentra preparado para ser violentamente expulsado
y arrancado de cuajo de sus raíces, nadie está entrenado mentalmente
para ser despojado violentamente de todas sus posesiones materiales y psicológicas,
....esto supera la capacidad de elaboración de cualquier ser humano.
El exilio o destierro, como concepto psicológico es el corte biográfico
abrupto con los vínculos que le dan sentido a la existencia. Algunos
elementos comunes que conforman los sentimientos de los "refugiados" son : aislamiento,
depresión, choque cultural, culpa (por haber sobrevivido a la masacre)
cambio de valores, extrañeza por el pasado, incertidumbre por el futuro
y el retorno postergado. Toda pérdida, por pequeña que sea, genera
dolor, tristeza y desconsuelo por los afectos que se dejan depositados en lo
dejado, y en los vínculos que se derivan de ellos. Abandonar una persona,
un objeto, una situación o un lugar, significa renunciar al vínculo
creado con ella, renunciar a una parte de sí mismo, construida históricamente
y que permanece ligada a esa situación, lugar o cosa. Por lo tanto, se
crea un vacío vincular. El exilio, como experiencia vivida, significa
la más importante pérdida que puede sufrir un ser humano, semejante
a una situación de guerra o catástrofe, que se potencia al ser
obligatoria debido a razones políticas y de seguridad.
Sionismo y usurpación
Una sociedad que cultive y mantenga los valores de la verdad y la justicia
posee las condiciones para asegurar su convivencia en paz. Esto lo demuestra
la historia de los diferentes pueblos, que a lo largo de la historia de la humanidad,
han luchado por su independencia y liberación, contra los procesos de
colonización de potencias ocupantes extranjeras.
Durante más de 54 años de usurpación y despojo de su tierra,
el pueblo palestino ha ido viviendo una creciente frustración en el ámbito
de la reparación y justicia, dada la sistemática y permanente
violación de derechos humanos de la que ha sido objeto a manos del sionismo.
En efecto, existe una deuda ética, social y jurídica con las víctimas,
familiares y la sociedad palestina en su conjunto que debe ser urgentemente
abordada, primero por "la conciencia" del estado sionista, y luego por la comunidad
internacional.
El afectado, por las consecuencias de esta usurpación de derechos territoriales,
ha sido el pueblo palestino en su totalidad, como sociedad, como nación.
Es decir, incluye tanto a los palestinos que no han podido ser expulsados y
que resisten sobreviviendo bajo la ocupación en la Margen Occidental
del Jordán y Gaza, así como aquellos que han sido expulsados en
diferentes oleadas desde el año 1948.
Los líderes sionistas, deseaban crear una "tierra prometida", en Argentina
o Uganda, pero la alianza nazi-sionista consolidó la emigración
de los europeos de religión judía hacia Palestina. Así,
esta emigración huyendo del nazismo, fue lo que gestó un Estado
artificial por definición, y genocida por autopreservación.
La partición de Palestina, y la creación del Estado sionista al
interior de ella, fue un producto gestado para servir a los intereses coloniales
de Gran Bretaña. Es así como W. Churchill, aseveró: "Un
estado judío bajo la protección de la corona británica,
que podría contar con tres o cuatro millones de judíos..sería
desde cualquier punto de vista beneficioso, y sobre todo estaría en total
armonía con los verdaderos intereses del imperio británico".(1).
Ante esta situación, los palestinos crearon resistencia contra el colonialismo
británico-sionista durante todo el período entre ambas guerras
mundiales, pero estos usaron la llamada policía auxiliar, que estaba
constituida por milicias sionistas armadas para desplazarlos de sus tierras.
R Weitz, escribió en 1940: "Nosotros debemos tener claro que no hay sitio
para los dos pueblos en este país. No lograremos nuestro objetivo, de
ser un pueblo independiente, con la presencia de los árabes en este pequeño
país. La única solución es una Palestina, o como mínimo
el Oeste de Palestina, sin árabes, y no hay otra forma que traspasarlos
desde aquí a los países vecinos, traspasarlos a todos. Ni un pueblo,
ni una tribu debería quedarse. No hay otra salida." (2). Así,
miles de palestinos se convirtieron en refugiados o fueron "borrados" del mapa
junto a sus milenarias aldeas. Los colonos sionistas, se convirtieron en opresores
de los nativos palestinos que sobrevivieron.
En 1967, el Estado sionista ocupó la totalidad de la Palestina histórica,
lo que generó una nueva oleada masiva de refugiados que fueron expulsados
de sus hogares.
Los refugiados palestinos de la diáspora o exilio, han sido sometidos
al olvido, postergando la necesidad urgente de sus reinvindicaciones. El daño
moral, se ha visto agravado por la falta de firmeza de la comunidad internacional,
en hacer valer el derecho y la legalidad internacional, como así mismo,
por la carencia de conciencia por parte del Estado sionista, y de lo que su
artificial creación, preservación y expansión, ha causado
en el pueblo palestino, dado los continuos llamados a emigrantes de diversas
regiones del mundo, conversos a religión judía, a emigrar a Palestina,
constituyendo así, una población artificialmente cohesionada,
en base a un proyecto colonial, enmascarada bajo una determinada fe religiosa
y asentada sobre las bases de la usurpación de territorios.
La comunidad internacional, así como el estado sionista, tienen una responsabilidad
política, social y moral con el pueblo palestino en su totalidad. Por
una parte, la reparación a la población palestina que ha sido
expulsada, y que ha sufrido todo tipo de sacrificios, al verse inmerso viviendo
en territorios ajenos a sus costumbres, tradiciones, cultura e idiosincracia,
o sea ajenos a su identidad colectiva como pueblo, como también a la
fracción que vive bajo la ocupación, sometida diariamente a asesinatos,
persecuciones, demolición de casas, quema de sus cosechas, humillaciones
y vejaciones.
¿Derecho al retorno o impunidad?
De conformidad con el Derecho Internacional, Amnistía Internacional
se opone al exilio forzado y defiende el derecho al retorno. Entre los principios
claves proclamados en la Declaración Universal de Derechos Humanos se
encuentra el derecho de retorno. Amnistía Internacional, considera que
cualquiera que sea el acuerdo de paz, deben ofrecerse soluciones duraderas que
respeten los derechos humanos de los exiliados palestinos. El derecho de retorno
del Pueblo Palestino viene siendo reconocido por las Naciones Unidas desde la
aprobación de la Resolución 194 (III) de la Asamblea General,
titulada Palestina: Informe sobre el progreso de las gestiones del Mediador
de las Naciones Unidas, de 11 de diciembre de 1948: " resuelve que los refugiados
que deseen volver a sus casas y vivir en paz con sus vecinos, deben ser autorizados
a hacerlo lo antes posible, y se debe pagar una compensación a los que
decidan no volver, así como a los que sufrieron daños o pérdidas
en sus propiedades.".
En la mayor parte de las resoluciones de la ONU, este organismo deplora, advierte,
censura, exige y condena acciones de "Israel", uno de sus Estado miembro, observándose
por un lado omisión absoluta del cumplimiento de estas, y por otro, que
las mismas se suceden y reiteran una y otra vez sin presentar un avance en el
cumplimiento de los fines para cuyo propósito se creó la Carta
de Naciones Unidas. Sin embargo, lo que ocurre con otras resoluciones a escasos
kilómetros, en Irak, no deja de sorprender por el doble estándar
a la hora de hacerlas cumplir.
En este contexto histórico, la gestación y preservación
del estado artificial sionista, atenta de manera suicida, no solo contra el
pueblo palestino, también contra la religión judía, atenta
contra la seguridad del mundo, contra la civilización, los valores cristianos,
los llamados derechos humanos, contra el derecho y legalidad internacional.
La usurpación, desalojo y expulsión, a todo un pueblo, el palestino,
al cual se le ha robado su identidad, no ha constituido mayor alarma, no se
le ha denominado "lucha contra este terrorismo suicida", ni se ha acusado y
juzgado por "crímenes de guerra" a los autores. En este contexto ético
y moral, ¿como es posible hablar de "negociación" y "proceso de paz"
cuando no se aborda el tema de la reparación de los daños causados
al pueblo palestino?
¿ Acaso es posible construir la paz omitiendo la verdad y la justicia?, ¿ El
sentido profundo de "justicia", no nos señala que el perjuicio causado
sea reparado?, ¿No es en el fondo lo único que importa?...todo lo demás
se constituye en venganzas y/o falsas esperanzas de disuasión.
Para lograr una paz justa es crucial rememorar el proceso de gestación
de la creación y nacimiento del Estado sionista, evaluar la etiología
y no los síntomas, puesto que estos últimos, se constituirían
en efectos medicinales paliativos, pero no curativos. Se deben abordar las causas
fundamentales y los orígenes de los fenómenos, para eliminar sus
consecuencias nocivas, para lograr erradicar el mal, y esto es la violencia
de la usurpación, de la ocupación, y la impunidad. Ya que en este
sentido, los efectos psicológicos de la impunidad pueden ser más
traumatizantes que el mismo hecho violento que han sufrido las víctimas.
La demanda de verdad y justicia son elementos claves de elaboración en
el ser humano.
NELLY MARZOUKA, PSICÓLOGA CLÍNICA. UNIVERSIDAD DE CHILE.
Referencias Bibliográficas:
(1) JUDIOS POR LA JUSTICIA EN EL ORIENTE PROXIMO. "El origen del conflicto
palestino-israelí", Z-Net en Español.
(2) EDWARD W. SAID. " THE QUESTION OF PALESTINE", Vintage, London. 1992.