Las contradicciones sociales, políticas, económicas, nacionales... como realidades objetivas percibibles por el ser humano, se reflejan en la conciencia y se procesan según un presupuesto ideológico u otro. .
Se trata de un procedimiento natural del conocimiento, es la capacidad y la inevitabilidad, de formular conceptos del mundo perceptible, con mayor o menor racionalidad, mas o menos completos, armónicos y acabados, con mas o menos aciertos y errores. .
En la concepción del mundo que nos rodea, no existen vacíos, todo el terreno que ceda una ideología lo ocupa, de inmediato, cualquier otra interpretación del mundo y de los acontecimientos sociales, se tenga o no conciencia de ello. .
Como toda forma de conciencia social, también la religión, cada una, crea un sistema de valores y normas. El papel decisivo en ella lo desempeña el pensamiento imaginativo, ligado inseparablemente a los procesos emocionales. Un pensamiento que se cierra en lo absoluto. Esa comunión, entre lo emocional y lo absoluto, entraña una gigantesca potencialidad movilizadora. .
Los fenómenos que con extrema simplicidad vienen denominándose fundamentalistas representan una forma primaria, empapada de superstición y de mágicas interpretaciones de la realidad sin duda, pero un modo de percepción y una vía de manifestación, en definitiva, del humillado entorno nacional y de la cruel realidad social, que azota a unos pueblos y que cada día, cada hora, causa sufrimientos y martirios mas salvajes y horrorosos que cualquier acontecimiento extraordinario. .
En realidad, el fundamentalismo no es un fenómeno cualitativamente nuevo, las representaciones religiosas normalmente han aportado su ingrediente, con mayor o menor significación, a las contradicciones sociales y nacionales. .
Las representaciones religiosas, en su versión mas absoluta se han venido a afianzar en la psicología social no solo por las circunstancias donde hunde sus raíces la creencia religiosa, no solo por la impotencia humana ante una realidad que le circunda y que desconoce, sino también, en el curso histórico, como elemento de identidad. No pocas veces, lo religioso se transforma en el componente mas completo y comprensivo de lo nacional. .
Sin prejuzgar su contenido concreto en cada caso el componente nacional de la lucha de los pueblos y de las clases no es un invento de nadie, es la presencia de un producto histórico determinado, con sus tabús-lo socialmente prohibido-, y sus tótem -sus verdades sacralizadas-. En consecuencia, se quiera o no, tiene su objetividad. .
Cuando la cuestión nacional pasa a un primer plano se transforma en un factor de extrema fuerza movilizadora. No puede ser de otro modo, se trata de códigos de conducta, escala de valores, hábitos comunitarios, criterios estéticos, modos de comunicación y de relación social... que se van fraguando y reproduciendo a lo largo de generaciones y se depositan en el cerebro de los vivos como signo de pertenencia a la comunidad. .
Por su idea de bálsamo celestial y consuelo en un reino que no es de este mundo, lo religioso a menudo es inofensivo para los salteadores de las clases sociales, cuando no un extraordinario instrumento de desmovilización social. Pero por su componente nacional puede resultar en extremo beligerante con los salteadores de naciones cuando estos pisotean, avasallan y desprecian a la nacionalidad donde lo religioso es socio fundador. .
Por lo común, la comunidad religiosa no conforma por si misma el sentimiento nacional, muchas veces ni es decisivo ni siquiera es componente del mismo. Pero cuando la tradicional y arraigada representación religiosa es, o se siente agredida externamente, no solo adquiere autonomía, por así decirlo, de lo puramente religioso para percibirse como sistema de valores sino que al tiempo se muestra capaz de configurar una nueva nación. .
Hay que estar ciego para no ver que de Marruecos a Nigeria, de Indonesia a Chipre... se está en una fase de transito del ?mundo islámico? a la ?nación islámica?. Y ahora como un rayo que cae de cielo sereno se ha sumado al proceso Turquía, y de que manera. .
En la grosera occidentalización de Irán promovida por Reza Palevi, en la humillación al pueblo irakí, en el persistente drama palestino, en la anexión de Jerusalén, en los bombardeos de Trípoli, Beirut, Jartum, Kabul y Bagdad, en la vejación de su cultura, en el intercambio desigual, en las relaciones de vasallaje... ha tenido el fundamentalismo islámico sus mas poderosos valedores. .
Se ha llegado al punto en que una representación religiosa extendida entre naciones distintas, se sobrepone a estas como levadura donde fermenta una nueva nación, y lo hace con las venas abiertas por la agresión y humillación externa. .
Avivar el fuego con nuevas agresiones y humillaciones es como pretender apagar un incendio con gasolina. Cuanto menos, una temeraria aventura en la que los hechiceros pueden caer prisioneros del hechizo. .