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Carlos Revello conversa con Samuel Blixen
El FA tiene la voluntad de liquidar
El prestigioso periodista uruguayo Samuel Blixen visitó recientemente Suecia donde brindó una serie de charlas. Carlos Revello conversó con él.
Cuáles son los motivos de tu visita?
-Este viaje es parte de una gira que han organizado distintas organizaciones de derechos humanos en Europa con la finalidad fundamentalmente de difundir la situación de los derechos humanos en el Uruguay, la situación de la impunidad militar en el Cono Sur y algunos otros aspectos que tienen que ver con la realidad actual del Uruguay en materia de derechos humanos.
Tú has hecho dos intervenciones aquí en Estocolmo. Me pareció interpretar en tus intervenciones una cierta duda acerca de las posibilidades del movimiento popular en los momentos actuales ante la crisis económica y social que han provocado las políticas neoliberales en América Latina. Me gustaría que profundizaras un poco más tus inquietudes.
-Hay una diferencia muy grande entre Argentina y Uruguay. En Argentina existe un movimiento espontáneo, popular, de una gran fuerza, un gran dinamismo, de un radicalismo que quizás pueda llevar a una situación política insólita, de transformación inesperada, en estos momentos. Pero en Argentina además, no hay un partido de izquierdas fuerte inmerso en la población y no hay un partido progresista. La Alianza que había llevado a De La Rúa al poder, los radicales, no se han mostrado como una fuerza mínimamente coherente para imponer un plan alternativo al neoliberalismo. No existe partido político que vanguardice ni que oriente y por contraste hay una gran movilización popular. En Uruguay es al revés. En Uruguay tenemos un partido político que aglutina a la izquierda, que se integra con todos los sectores progresistas de la población y que además detenta más del 40% de la representación parlamentaria. Es el partido más grande del espectro político. Es el partido que ha ganado las elecciones en la primera instancia, pero no tiene el poder porque ha habido una alianza de los partidos de la derecha, reaccionarios o conservadores. Es decir, es una fuerza política importantísima, de un crecimiento sostenido desde que se retomó la democracia. Pero ese partido no moviliza a la gente. Es un partido que hasta ahora y fundamentalmente en el último período donde ha aflorado la crisis con gran intensidad mantiene una postura de negociación parlamentaria. Un nivel de elaboración y discusión de cúpula. Los Comités de Base del Frente Amplio no tienen prácticamente participación y no hay además movilización. O sea, el FA no llama a la calle por nada. Entonces hay un retroceso de la movilización y de la participación popular con la contrapartida de un partido que es fuerte.
En el Uruguay del pasado existió un fuerte movimiento extraparlamentario. En Europa y en los Estados Unidos este movimiento extraparlamentario desde Seatle en adelante ha tomado cada vez más fuerza. El movimiento extraparlamentario en Uruguay, anteriormente, era un revitalizador de la corriente de la izquierda parlamentaria. Obligaba a ésta a considerar esta movilización popular con atención. Porqué no es posible que exista en Uruguay un movimiento alternativo, paralelo, en contacto con el FA, surgiendo de las propias bases que revitalece y que obligue a cosiderar este aspecto de las exigencias populares?
-Sí, lo que falta en el país es un movimiento estudiantil, como el que había antes. Hoy este movimiento no existe. Hay sindicatos movilizados y otras formas organizativas que claramente existen. Los desocupados, la gente del problema de la vivienda, en el interior hay formas organizativas en torno de intereses puntuales para sectores de la población. Hay formas alternativas de movilización. Lo que pasa es que esos movimiento tienen un divorcio total con la izquierda parlamentaria. En Uruguay se desestimula todo tipo de movilización popular hoy. Porqué?, bueno yo creo que la izquierda cree que está a punto de ganar el gobierno y no quiere una situación que digamos la comprometa. Que ciertas fuerzas que hoy están "tranquilas" se manifiesten, fundamentalmente fuerzas de la derecha. Es una estrategia sistemática de la cúpula del FA que desestimula la participación popular. Ahora hay una movilización de todas las fuerzas contra el neoliberalismo y qué pasa? El FA es el único que tiene un proyecto coherente de alternativa, un proyecto serio, un proyecto realmente elaborado, un proyecto discutido, pero ese proyecto no está en la calle. Se discute con los empresarios del comercio, con los industriales, con los productores agrarios, lo discute con el gobierno y con otras fuerzas políticas, a nivel de cúpula, pero el Frente no quiere llamar a la gente a la calle para decir: "Vamos a protestar y vamos a poner esto en la calle" que es una alternativa. Entonces, ahora, esa alternativa surge no del Frente sino de Rafael Michelini. Rafael Michelini convoca a una gran movilización y concertación contra el neoliberalismo. Al Frente le conviene porque va a participar y va a ser la fuerza decisiva junto con los rurales que van a sacar los tractores a la ruta, van a volver a meter un cerco a Montevideo y sea a volver a armar un terrible lío porque ellos sí están radicalizados. No el Frente. Así se va a poder decir cuando se tenga que discutir a nivel parlamentario todo el problema de la seguridad y de la tranquilidad, "Yo no soy el promotor de esto". Personalmente creo –es una opinión personal- que esta táctica es completamente equivocada. Es la táctica de conceder y cuando vos concedes te debilitas y entonces te reclaman cada vez más.
Una pregunta relaccionada con este tema es que los pueblos latinoamericanos después de las derrotas de los intentos guerrilleros armados haya reaccionado con movilizaciones de masas pacíficas y organización –mucho más maduras- que antes. Para mí es una lección. Esa movilización popular, la oscilación entre lo que se ha denominado el "anarquismo conservador" contiene, sin embargo un elemento de sensatez política. El pueblo organizado –la representación política del Frente en el interior- permitiría que los ediles, los consejales, los diputados y toda una serie de otros representantes fueran el nexo con la población votante y residente en sus respectivos departamentos. Por la problemática local, regional. Los senadores y la cúpula podrían ser después el nexo entre estas iniciativas locales y la problemática nacional. Porqué esto no funciona y se desarrolla?
-Sí, es cierto, hay un grado de sensatez muy grande. Ahora se acaban de conseguir 700.000 firmas para derogar el intento de privatización de Antel y esto demuestra madurez y continuidad política y la gente lo logra. Pero este intento tiene un aspecto conservador. Estás estrictamente dentro de la recolección de firmas y dentro de la ley. No se está en la movilización y en la calle con lo que todo esto implica. Entonces hay madurez, hay cultura política y hay conservadurismo. Hay además miedo. Los grados de injusticia que promueve la política neoliberal, las diferencias sociales cada vez más notorias, el sistemático recorte de toda posibilidad de mejoramiento de la situación de las clases populares, el asalto al salario, la presión que ha hecho el sistema para flexibilizar las relaciones laborales y que se ha traducido en el hecho de que los únicos que han perdido han sido los trabajadores. El sistema ha puesto sobre los hombros de la trabajadores la conservación de la fuente de trabajo por la vía de la rebaja del salario, por ejemplo, por la vía de trabajar gratis, por la via de "administrar" la desocupación en la propia industria, en el propio sector. Si uno observa todos estos aspectos cualquier forma de protesta, inclusive la violencia callejera que pueda ser más o menos violenta está completamente justificada. Lo que pasa es que hay un alto grado de centralismo político. El Frente Amplio no es una organización de masas, es una organización de cúpulas y hay una tendencia a que la única relación con la gente es a través del voto. No está en la calle, no llama a la gente. Sus organizaciones y estructuras de base no funcionan, entonces la única relación que se plantea es que cada 5 años uno vota. Hay estructuras democráticas dentro del Frente, pero son estructuras del "aparato". En un congreso del Frente participan 2.000 personas, pero el Frente es votado por 800.000 personas. Dónde están representados esos 800.000? Cómo presionan al Frente? La "cúpula" y la estructura vertical frenteamplista frena cualquier intento. Lo desestimulan.
Tanto en Brasil, donde se acusa al partido de Lula del mismo freno, como en la Venezuela de Chávez se ha criticado que la base popular no está organizada activamente. En Brasil existe un poderoso movimiento como Los Sin Tierra, pero Brasil tiene también una consistencia urbana, proletaria. San Pablo es un buen ejemplo…
-Yo diría que Brasil tiene más estructuras de organización para manifestarse. En Venezuela no conozco exactamente, es posible que no existan. Brasil para ir a lo que nos es más cercano puede ser bien la contrapartida de Uruguay porque en Brasil hay estructuras políticas fuertes- como las uruguayas- y hay también una movilización popular de las distintas organizaciones como no existe en Uruguay.
Volvamos a Argentina…
-Yo creo que más adelante, cuando se analice con más tranquilidad, cuando el pueblo argentino dijo "No vá más", lo dijo porque le robaban la plata. Las mafias que han tenido el poder en la Argentina han sido de una rapacidad tan grande, de una falta de respeto para con la gente… Se veían situaciones -en la televisión y en la radio- gente de la farándula, diputados que decían "-Sí, vengo de comprar. Compré 5.000 dólares. A mí me gusta salir, día por medio de shopping. Estupideces y desparpajos que se decían con insolencia y eso en una situación en que la gente se moría de hambre. A ese extremo no es extraño que llega un momento en el cual la gente dice: "Al carajo" y se largó a la calle y una vez allí no los para nadie. Han descubierto que salir a la calle, golpear la cacerola y arrancar contra los milicos- aunque haya muertos en una manifestación- se puede hacer. La clase media argentina que está en Buenos Aires, de cualquier barrio de Buenos Aires ha descubierto que eso es lo que tiene que hacer. El Frente Amplio en cambio se asustó. Cuando se hace una manifestación o un acto –no importa porqué- y empieza a haber gente que está medio mamada, que grita y que de repente agarra una botella y la revienta… "Ah, eso no puede ser. Eso es violencia" E inmediatamente la derecha sale a decir "el Frente Amplio…" y se asustan los frenteamplistas. Y qué quieren? Lo que pasa es que los frenteamplistas vivían del voto de la clase media y el día que el frente crece… para dónde va a crecer? –Para la oligarquía?… nó crece para el lado del pueblo. Y el pueblo es eso. Al pueblo no lo podés estar controlando. No podés decirle "Tenga conciencia", no tire esta botella de vino". El pueblo por suerte no tira una botella de Coca Cola, toma vino, porque viste, está caliente, viene de un barrio marginado, está amargado, sin laburo, está rodeado de gente y se expresa con violencia. Aunque sea la violencia tonta de romper un vidrio. No hay que asustarse, eso es el pueblo. Y si no permitís que se manifiesten así ahora, mañana se van a manifestar en una forma mucho mas radical. Cuando dentro del Frente Amplio, dentro del Parlamento, se entra en la estupidez de condenar la muerte que hace la ETA en algún lugar. Qué tiene que ver el Parlamento con una muerte que hace ETA?. Entonces habría que condenar todas las muertes, desde los bombardeos que se hicieron en Yugoslavia, a los asesinatos que se hacen en Chiapas, las masacres de Colombia, es decir aprobar declaraciones contra todo tipo de crímenes… Es completamente absurdo. Hay un "flechamiento" que dirige la derecha que dice que hay que condenar porque mataron a alguien en España cuando en Colombia estaban matando a trescientos. La derecha dirige bajo la amenaza del cartel "Estos apoyan el terrorismo". Hay mucho de esto en Uruguay. Hay intereses obscuros porque los que promueven el voto contra ETA son los mismos fascistas de Uruguay.
Hace un año atrás realizamos una fuerte campaña de apoyo a El Sabalero, por aquellas declaraciones que el Sabalero hizo. Explosiones, como las del Sabalero, de decir ciertas cosas por su nombre, llevaron a cierta gente del Frente Amplio a condenarlo. Sin embargo tuvieron un apoyo insospechable entre la comunidad uruguaya residente en Suecia y no sólo entre ellos. También entre el resto de los latinoamericanos.
-Justamente, lo que dijo El Sabalero, es representativo. Sólo en una sociedad, como la uruguaya, puede pasar lo que pasó. La expresión de lo que dijo El Sabalero no puede prescindir de que lo que dijo es, además, cierto. Los militares son unos hijos de puta que enseñan a sus hijos a matar. Y es una situación tan clara, tan concisa y tan real que exige toma de posición. Es ahí que el Frente demuestra su debilidad. Por temor al mote de la derecha se comienza por dividirse internamente y después se vota. No se puede "regalar" lo de ETA, y mañana cualquier otra cosa lo que al final lleva a una situación en la que mañana no se puede abrir la boca porque tres o cuatro señores que son fascistas, que estuvieron con los militares, que están comprometidos con los desaparecidos y los crímenes tienen el poder de veto de tu conciencia. No puede ser que ellos tengan el monopolio de poner los epítetos "Hoy es terrorista, mañana no y… ay!!! que barbaridad". Lo que es la violencia en el mundo, lo que son las desigualdades no puede ser que nos tome como si estuviéramos en la Luna… Eso es también Uruguay, esa realidad contradictoria que es Uruguay.
Los movimientos que organizan políticamente al pueblo y sus representantes y el diálogo, la comunicación con las corrientes populares son imprescindibles porque lo central es que el pueblo organizado y movilizado es el único recurso para mañana, desde el gobierno, enfrentar la presión imperialista para la aceptación de su planteo actual de sumisión neoliberal. Un gobierno débil de apoyo popular, es débil para sostener un programa por el cual se buscó el gobierno. Cómo lo vés?
-Yo creo que el Frente tiene la voluntad de liquidar el neoliberalismo en el Uruguay y de implantar un proyecto alternativo. Creo que se es sincero cuando esto se dice. El asunto está en saber si lo logra. Si lo logra no se va más del gobierno. El problema es que entra al gobierno muy débil. Cualquiera de las políticas del proyecto van a obligar a una negociación. No se entra al gobierno por una ruptura, por una revolución. Implica modificación de a poco (muy al estilo uruguayo, por otra parte), implica el riesgo de que no se van a ver los resultados. Entonces va a ser muy cuestionado el Frente. Por los dos lados. Por la derecha por las reformas y por la izquierda, por la base porque esas reformas no se hacen lo suficientemente rápido. Para mí la forma de preservar el Frente, su proyecto de gobierno y la forma de preservar la voluntad de cambio va a ser que la gente, en la calle, presione al Frente.
Carlo Revello
, profesor de historia en Uruguay, director de Radio Sur de Estocolmo (actualmente en receso) colabora con esta página desde sus orígenes. Estas notas se difunden en radios de cercanía de Gotemburgo y Uppsala.