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La Cancillería calificó de "falsedades" y
"expresiones agraviantes" dichos del canciller cubano
Se agrava la crisis diplomática con Cuba: Uruguay llamó en consulta a su embajador
El gobierno uruguayo llamó ayer en consulta al embajador en Cuba, Enrique Estrázulas, tras declaraciones del canciller cubano que la administración consideró "agraviantes" contra Uruguay, anunció ayer el ministro de Relaciones Exteriores.
Tensión. Opertti volvió a advertir ayer que Uruguay no excluye una ruptura de las relaciones diplomáticas con Cuba.
El canciller cubano, Felipe Pérez Roque, acusó el viernes a los gobiernos de Uruguay, Argentina y Costa Rica de "serviles" y "genuflexos" ante Estados Unidos, en referencia a la intención de votar contra Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.
La crisis diplomática entre ambos países se precipitó en la mañana de ayer cuando Valles recibió en su despacho al embajador de Cuba en Uruguay, José Joaquín Alvarez, quien ratificó las declaraciones del canciller cubano.
"El embajador cubano reconoció la autenticidad del texto de esas declaraciones", reveló Opertti, quien añadió que "a partir de allí el gobierno uruguayo en consulta con el presidente de la República (Jorge Batlle) ha considerado indispensable llamar en consulta de modo inmediato a nuestro embajador en La Habana".
La Cancillería uruguaya, en un breve comunicado, explicó que la medida obedece a las "falsedades y expresiones agraviantes dirigidas por el canciller cubano, Felipe Pérez Roque, al señor presidente de la República, doctor Jorge Batlle Ibañez, y al propio gobierno uruguayo" y "sin perjuicio de la adopción de otras medidas diplomáticas que al caso correspondan".
En conferencia de prensa, a la cual fueron invitados sólo algunos medios --ni LA REPUBLICA, ni varias agencias internacionales, entre ellas la norteamericana AP, fueron convocados--, junto al vicecanciller Guillermo Valles, el jefe de la diplomacia uruguaya indicó que "es la segunda vez que nos agravia" Pérez Roque "diciendo que cambiamos carne (a EEUU) por conciencia". "Frente al agravio, frente a la deformación, frente a la mentira hay que reaccionar, porque si no reaccionamos frente a la mentira, la estamos convalidando", enfatizó Opertti, según la agencia de noticias AFP.
Afirmó que este paso, que lo calificó de "inicial y no necesariamente final" se debe interpretar como "una señal clara de nuestro disgusto, de nuestro rechazo a estas expresiones".
Uruguay, agregó Opertti, seguirá examinando el problema y a "la luz de las posibles ampliaciones que el gobierno cubano nos proporcione, punto sobre el cual el vicecanciller le pidió expresamente al embajador cubano que formulara las rectificaciones del caso (y) si esas rectificaciones no se produjeran el gobierno uruguayo verá (...) las medidas a adoptar".
Ante una consulta expresa sobre una eventual ruptura de relaciones diplomáticas, Opertti precisó que "ese es el último escalón y antes de llegar a él hay otros. El primero es el que estamos recorriendo; el segundo será el retiro del embajador; el tercero es la suspensión de relaciones y el cuarto la ruptura".
Dijo a continuación que no estaba adelantando de manera precisa ninguno de esos escalones, pero puntualizó "no estamos excluyéndolos". Al referirse al aspecto político del diferendo con La Habana, Opertti señaló que se trata de "la necesidad y conveniencia de que Cuba reciba un observador de Naciones Unidas, para verificar in situ cuál es la situación de los derechos humanos en ese país".
Puntualizó que "no estamos enarbolando una bandera contraria a Cuba ni buscando penalizar internacionalmente a Cuba, ni buscando sentarla en el banquillo de los acusados a Cuba. Lo que estamos buscando sí es que haya transparencia y que la negativa desde el año 1991 para que ingrese un relator de Naciones Unidas sea levantada".Opertti insistió en que su gobierno "no está prohijando una condena a Cuba, Uruguay no está presentando una moción en Ginebra dirigida a repudiar, a rechazar a condenar al régimen de (Fidel) Castro. Lo que está pidiéndole a la organización internacional es que envíe un relator y Cuba le abra las puertas".
Tras conocerse que la República Checa no presentará en Ginebra una moción de censura a Cuba por la violación a los derechos humanos, Uruguay comenzó a explorar en otros países latinoamericanos cuál es el espíritu de los países de la región para presentar una propuesta que recoja la visión del continente sobre el tema. El texto de un "nom paper" que se encuentra en consulta de varios gobiernos será examinado la próxima semana en Costa Rica durante la reunión del Grupo de Río.
El canciller uruguayo se preocupó en la conferencia de prensa por deslindar este hecho político de una negociación en curso con La Habana para el suministro de vacunas contra la meningitis, que Cuba quiere donarlas mientras que el gobierno de Uruguay aspira a que su costo sea deducido de una deuda que mantiene firmas de la isla con exportadores uruguayos.
El año pasado Uruguay votó a favor de la moción de condena a Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, manteniendo la posición que tuvo en 1999, bajo el gobierno de Julio María Sanguinetti, del mismo partido político de Batlle.
En abril de 2000 Uruguay no integró la Comisión que trató este tema en Ginebra. El presidente uruguayo Jorge Batlle ironizó la semana pasada sobre la posición sostenida por su colega cubano, Fidel Castro, en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Financiamiento al Desarrollo, en Monterrey, México.
"La palabra del presidente cubano fue la de siempre. Hace 44 años que está en el gobierno, ha tenido la fortuna que lo reelijan durante 44 años, y hace 44 años que viene sosteniendo las mismas teorías económicas con las que notoriamente a Cuba le va horrible", dijo Batlle.
El jefe de Estado de Uruguay añadió que "nuestra posición (respecto a Cuba) va a ser la misma, no va a cambiar.
No creemos que exista un sistema democrático abierto en Cuba y no tenemos ninguna razón para cambiar nuestra manera de pensar". *