12 de septiembre del 2002
Documento base para la discusión
Movimiento V República: Consolidando la revolución
1. Trascendencia y logros de la Revolución Bolivariana.
El proceso constituyente que se activo el 27 de febrero de 1989, tiene antecedentes históricos profundos: la traición al proyecto de Nación de Simón Bolívar y de la generación que fundó la Republica, así como la conformación histórica de una estructura social injusta por parte de una minoría privilegiada y la expoliación de nuestros recursos naturales por parte de las trasnacionales de la miseria. Sus causas más cercanas: la traición al proyecto popular democrático, que el pueblo intentó iniciar el 23 de enero de 1958. Aquel triunfo popular fue usurpado por una élite corrupta y antinacional que durante cuarenta años, a la sombra del Pacto de Punto Fijo, despilfarró y malversó los inmensos recursos que obtuvo la Nación, secuestró la institucionalidad democrática, violentó sistemáticamente todos los derechos humanos de los ciudadanos y ciudadanas, excluyó de las mínimas condiciones de vida al 80 % de la población y en sus estertores intentó institucionalizar la exclusión, mediante la imposición del neoliberalismo como modelo societal.
La Revolución Bolivariana, liderizada por el Presidente Chávez, ha significado para el pueblo venezolano la recuperación del protagonismo político y social, dentro de una propuesta de sociedad inclusiva que rescata sus identidades culturales y la historia como fuentes para emprender su transformación democrática; ha impulsado la unidad cívico-militar como expresión de una noción democrática de la seguridad de la Nación, ha permitido el ejercicio pleno de nuestra soberanía nacional al establecer un esquema de relaciones internacionales con eje en el pluripolarismo y en la integración solidaria.
La Revolución Bolivariana, ha recuperado el papel del Estado al preservar nuestra industria estratégica, PDVSA, como propiedad de todos los venezolanos, así como el desarrollo de la inversión mixta en otras importantes áreas de la producción nacional, vitales para el desarrollo económico y social; ha reivindicado los derechos sociales del pueblo al garantizar constitucionalmente la gratuidad de la educación y la salud para esta y las futuras generaciones, así como la corresponsabilidad estado-ciudadanía en el ejercicio integral de todos los derechos sociales.
De igual manera, en el marco de las leyes habilitadas y con políticas concretas, ha impulsado formas de producción complementarias a la gran propiedad privada, como lo son la cogestión, el cooperativismo, la mediana y la pequeña empresa.
Así como, el decidido proceso de democratización de la tenencia de la tierra, rural y urbana, indispensable para el logro de una sociedad sustentable generadora de bienestar.
2.- Nuestra Estrategia.
Desarrollo de la Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela y de las nuevas instituciones. Las fuentes ideológicas de nuestra revolución, las ideas de Bolívar, Zamora y Rodríguez, se expresan de manera concreta en la doctrina humanista, revolucionaria y de nacionalismo democrático que anima nuestro movimiento. Esta concepción ideológica y doctrinaria, se nutrió de todos los anhelos y propuestas de justicia social de la inmensa mayoría de los sectores sociales y se concretó en el texto de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, aprobada por el pueblo que acudió al referéndum aprobatoria del 15 de diciembre de 1999.
La Constitución contiene el modelo de sociedad que estamos construyendo. Es una tarea estratégica para el MVR, el desarrollo pleno de la misma. Es por ella que nuestros parlamentarios, legisladores y concejales deben con premura desarrollar los cuerpos legislativos y reglamentarios necesarios para implementar y equilibrar las nuevas instituciones, así como aquellos que permitan el desarrollo pleno del modelo social, político y económico.
De manera particular, el MVR, a través del Bloque de Opinión Parlamentaria, debe adoptar una posición definitiva con respecta a la Ley de Seguridad Social, instrumento indispensable para consolidar el equilibrio social.
De igual manera, en el orden político institucional son primordiales las leyes de Seguridad de la Nación, Policía Nacional, Participación Ciudadana, Hacienda Pública Estadal y Municipal, Régimen Municipal y las que regulan a los Poderes del Estado.
Es también, una tarea ingente y permanente para toda la organización la supervisión y regulación necesaria para que los Poderes Públicos correspondan su acción con los postulados de nuestra Carta Magna y no terminen siendo centros de corrupción, de decisiones para los privilegiados y de acciones contra las aspiraciones de la mayoría nacional.
Pero mas allá de la institucionalidad representativa, la esencia de la revolución es el desarrollo de la democracia participativa contenida en la Constitución. De allí, que el MVR debe ser el promotor de la nueva cultura democrática, colocándose a la vanguardia de la promoción y desarrollo de los mecanismos de participación del pueblo en la toma de decisiones. Tales como, la Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas, Cabildos Abiertos, Consejos de Planificación, Consejo de Políticas Publicas, así como de los referendos como forma de control social y político de los representantes.
Las Constituciones tienen vigencia en la medida que son expresión de la mayoría de los ciudadanos y ciudadanas y siempre están sometidas al poder superior y anterior del constituyente originario. Nuestra Constitución permite mecanismos para que el poder constituyente pueda transformar el propio texto en función de adecuarlo a las realidades y necesidades cambiantes de nuestra sociedad.
Nuestra organización, debe ser una instancia permanente de evaluación del desarrollo y vigencia de la Constitución.
El Plan de Desarrollo de la Nación. El modelo societal contenido en la Constitución, tiene su expresión concreta en los cinco equilibrios desarrollados en el Plan de la Nación, presentado por el Presidente Chávez y aprobado en la Asamblea Nacional. El Plan de Desarrollo de la Nación. El MVR, debe contribuir de manera decidida y permanente a divulgar y desarrollar las metas y objetivos previstos en el mismo. Se anexa un disquete contentivo del Plan de Desarrollo de la Nación 2001-2007.
Consolidación de la relación Partido-Gobierno. De manera autocrítica hay que expresar que la ausencia de una visión política por parte de muchos de los participantes de la acción de Gobierno. (Ministros, altos cargos nacionales y representantes del Ejecutivo en las regiones) sumado a la burocracia, altamente vinculada a factores enemigos, ha contribuido en sumo grado a la ausencia de vínculos entre el Gobierno en general y las organizaciones del Proyecto Revolucionario.
Es necesario establecer una noción de relación partido gobierno, superando las viejas practicas del clientelismo pero no incurriendo en el error de excluir al partido del desarrollo de las políticas públicas. En tal sentido, es saludable la incorporación paulatina de hombres y mujeres capaces, honestos y con compromiso político en la estructura de toma de decisiones y ejecución de las políticas públicas, con el fin de poder contar con funcionarios que respondan políticamente por el cumplimiento y eficacia de las mismas.
Es necesario, que la militancia del MVR, deje de ser percibida como unos "buscadores de cargos o contratos", y de manera pedagógica se le involucre en el desarrollo de las políticas públicas, consultándolos, solicitándoles colaboración para la divulgación e implementación de las mismas. Esto es fundamental para que la militancia se apropie de la acción del gobierno, colabore en la mejora de la eficacia y pueda ejercer, con mayor criterio, el control social. Sin duda, que esto requiere también de una madurez política por parte del MVR y de las organizaciones políticas aliadas, una justa inserción en la acción del gobierno no debe ser confundida con un asalto al Estado.
El éxito estratégico de la revolución depende en mucho de la eficacia de las relaciones partido gobierno. Es por ella, que estas relaciones deben estar basadas en los principios de la transparencia, la táctica y el servicio público revolucionario, con el fin de enfrentar y sustituir el paradigma de la corrupción.
Unidad del Movimiento Revolucionario. Una misión trascendente para el MVR, es la contribución que haga para consolidar una unidad político ideológica de todos los actores que impulsan la Revolución Bolivariana. En ese sentido es necesario desarrollar acciones organizativas, doctrinarias y de alianzas políticas con el fin de dar cuerpo a una instancia real de coordinación y toma de decisiones del Movimiento Revolucionario. Es por ello que se debe vigorizar y darle mayor funcionalidad al Comando Político de la Revolución como expresión de todo el conglomerado de fuerzas sociales reunidas en torno al MBR 200, así como de los partidas que apoyan al proceso. De igual manera, la iniciativa del Bloque Patriótico Bolivariano, como instancia de coordinación de las partidas, debe consolidarse en todo el ámbito nacional.
Todos estos esfuerzos organizativos, deben confluir en una organización democrática y revolucionaria, que reúna a los partidos políticos, a las redes y movimientos sociales con el fin de dotar al pueblo venezolano de una sólida e indestructible herramienta para la conquista y defensa del derecho de todos a vivir en una sociedad de bienestar. Para esta tarea, se debe dar un salto cualitativo y romper con la vieja cultura del sectarismo y la exclusión. Es necesario que todos los actores políticos de este proceso depongamos actitudes, practiquemos el respeto mutuo y antepongamos los intereses de la Nación y la Revolución a cualquier interés grupal.
3. Caracterización del momento actual.
Unidad del Movimiento Revolucionario. La conspiración que se comenzó a fraguar desde el mismo día en que el pueblo eligió a Hugo Chávez como Presidente de la República, tuvo su primer desenlace el 11 de abril del 2002.
La etapa final del plan conspirativo se inició con el paro del 10 de diciembre del 2001, y tenía como fines el derrocamiento del Presidente, la derogación de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y barrer los anhelos de justicia social del pueblo venezolano expresados en el conjunto de leyes habilitadas que aprobó el gobierno revolucionario. La conciencia política de la mayoría del pueblo civil y militar, convertida en movilización, logró que el 13 de abril, en menos de 48 horas, se restituyera la plena vigencia de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y el gobierno legitimo del Presidente Chávez.
Esta victoria popular, no dio paso a una conducta revanchista de nuestra parte, por el contrario, el Comandante Chávez convocó a todo el país a un proceso de diálogo para lograr la unidad nacional. La tradicional élite económica y política, representada principalmente por AD, COPEI y sus fragmentos (PV, PJ, Convergencia), sectores antinacionales atrincherados en las cúpulas de PDVSA, FEDECAMARAS y CONSECOMERCIO, así como la mafia sindical de la CTV, hizo caso omiso de este llamado y persiste en sus planes estratégicos de retomar violentamente el control del gobierno y truncar una vez más la construcción de una sociedad donde quepamos todos. Incluso hay sectores, en una expresión clara de fascismo, que hablan de la salida de Hugo Chávez como una lección ejemplarizante para que a nadie más se le ocurra intentar desafiar el poder de las élites. El fin último de estos grupos, es anexionar a Venezuela a una globalización neoliberal que destruiría el Estado-Nación y lograr institucionalizar la exclusión de la mayoría de la población, eliminando cualquier rasgo de noción social en la acción del Estado. La estrategia es subastar a Venezuela, especialmente su petróleo, y excluir a la inmensa mayoría de la población de las condiciones mínimas para acceder al bienestar, con el fin de saciar las exageradas metas de acumulación y consumo de riquezas de los privilegiados.
Esta estrategia, tiene su expresión en una táctica criminal destinada a la quiebra económica, la inestabilidad política e incluso a la confrontación violenta entre los venezolanos. En este sentido, el último trimestre de este año será el escenario para el desarrollo pleno de un nuevo plan golpista, que ya está en marcha. Este plan se concreta:
· En lo económico: La situación de déficit económico que ha debido afrontar el gobierno nacional, pretende ser agravada con políticas destinadas a profundizar la crisis mediante el sabotaje industrial, fomento del contrabando, bloqueo financiero y quiebra intencional de empresas.
· En lo social: Promover la protesta social y laboral, que conduzca a un nuevo intento de huelga general, utilizando como pretexto las necesarias medidas que en materia fiscal y monetaria, ha tenido que adoptar el gobierno. Utilización de sectores del clero para manipular a la feligresía. Movilización de sectores de la clase media con el fin de promover la confrontación con los cuerpos de seguridad, con claras intenciones de obtener saldo de victimas. Estimular la criminalidad con el fin de reflejar un clima de ingobernabilidad. Dificultar y entorpecer desde la propia administración pública el desarrollo de las políticas destinadas a generar bienestar o prestar asistencia a la población.
· En lo político institucional: Lograr el control de las instituciones con la finalidad de utilizarlas como trinchera para el ataque al proceso de revolución democrática y pacífica. Para ello desarrollan campañas de desprestigio, chantaje y compra de conciencias.
Estimular contradicciones en el seno de la F. A. Provocarlas con manifestaciones en torno a los cuarteles. Lograr la cohesión entre los distintos actores que se disputan el liderazgo del golpismo, elemento este que constituye una debilidad estructural en estos sectores.
· En lo internacional y comunicacional: Presentar al gobierno venezolano como responsable de políticas de violación de derechos civiles, políticos y sociales, además de difundir la idea de un gobierno que se desploma con el fin de lograr el aislamiento internacional e internamente intentar provocar un efecto de desmoralización en nuestra base social.
El objetivo final de este movimiento táctico es forzar la salida del Presidente, por la vía del recorte de mandato, la renuncia, el enjuiciamiento o la destitución violenta.
Así como, la derogación de la Constitución para abrir paso a un modelo de sociedad antidemocrático, antipopular y neocolonial.
Nuestras principales fortalezas para enfrentar la conspiración.
· El liderazgo indiscutible del Comandante Chávez, pocas veces los pueblos cuentan con una figura que los exprese en sus anhelos históricos de manera íntegra y firme.
· Un proyecto nacionalista, democrático y popular, expresado en una Carta Magna aprobada por la mayoría de los venezolanos y venezolanas.
· La voluntad de la mayoría del pueblo para impulsar y defender este proyecto, indicador de una cada vez más sólida conciencia política.
· El desarrollo de un liderazgo revolucionario, en el ámbito local, regional y nacional, con inserción social y comprometido con la transformación.
· Una nueva concepción de las relaciones civiles militares, donde estos dos estamentos ya no son antagónicos sino que actúan en unidad para transformar democráticamente al país.
· Una creciente, aunque dispersa, organización popular, como lo demuestra el acelerado desarrollo de los Círculos Bolivarianos, la existencia de una estructura nacional, regional y municipal del MVR. Así como, la consolidación de redes sociales en todos los sectores de la vida nacional.
· Un creciente liderazgo internacional, que nos ha permitido ser escuchados con menos prejuicios en los distintos foros internacionales, en función de condenar y aislar las intenciones del sector golpista.
· La acertada política de diálogo, ha permitido que los sectores democráticos de la oposición hayan logrado espacios importantes en función de neutralizar la virulencia de los sectores golpistas.
Nuestras principales debilidades.
Para enfrentar esta conspiración el proyecto revolucionario se encuentra limitado institucionalmente para el ejercicio de mecanismos legales. La estructura adeco- copeyana instalada en el sistema judicial y en el Ministerio Público, hace prácticamente nula toda acción legal en contra del golpismo. La fragilidad institucional de los servicios de seguridad e inteligencia del Estado, es otro aspecto vulnerable para el proceso revolucionario.
Otra debilidad importante para nosotros, es la carencia de un aparato comunicacional que nos permita equilibrar el descarado y parcializado uso que la conspiración hace de los medios de comunicación, aprovechándose de un bien publico como lo es el espacio radioeléctrico, para subvertir el orden democrático, además de utilizar el chantaje internacional para impedir cualquier acción legal en su contra.
En el ámbito político, es claro que la dispersión de fuerzas y esfuerzos del movimiento popular, es una importante traba en función de lograr una línea coherente de acción frente a la conspiración. La poca madurez institucional de la mayoría de las organizaciones, hace que éstas se debiliten en conflictos internos, que aunado a la cultura sectaria que arrastramos, hace más compleja la unidad del movimiento popular.
La ausencia de una coherente relación entre los partidos y movimientos que apoyan el proceso y la acción del gobierno, en todos los niveles, limita la participación del pueblo en la toma de decisiones y en el control social, la cual en muchos casos no permite una mayor eficacia en el desarrollo de las políticas publicas, indispensables para fortalecer nuestra base social de apoyo.
4. Nuestra Táctica.
Impulsar y fortalecer el dialogo. La única posibilidad de que la revolución pueda cumplir sus objetivos de bienestar, es en un clima de estabilidad política. Es por ello, que el diálogo no puede ser visto como una muestra de debilidad, por el contrario es expresión de responsabilidad política frente a un pueblo, es una manera efectiva de truncar las aspiraciones de quienes quisieran ver a Venezuela envuelta en una guerra civil. En definitiva, es una política para aislar y derrotar a los golpistas y expresión de una nueva cultura democrática.
En tal sentido, el Partido debe convertirse en un facilitador del dialogo. La organización debe establecer conversaciones y llegar a acuerdos para el desarrollo económico y social, con los sectores que sean leales con la democracia, diferenciando claramente lo que es la oposición democrática y quienes representan al golpismo. Las direcciones nacional, regionales y municipales deben promover reuniones con partidos políticos, movimientos sociales, empresarios y comerciantes, sectores religiosos, sectores vecinales y culturales, entre otros. De manera especial, el MVR debe realizar un esfuerzo para que, en torno a esta política, retomemos nuestra inserción en los sectores medios de profesionales y técnicos, convocándolos a aportar soluciones en temas específicos como seguridad social, reforma y adecentamiento de la administración publica y del sistema judicial, plan de empleo, seguridad ciudadana, desarrollo del turismo, entre otros.
Impulso de políticas publicas. Muchas de las Políticas públicas destinadas a superar los problemas mas urgentes de la población, han tenido limitaciones en la información y propaganda oficiales. Estas limitaciones vienen dada en parte por la carencia de medios de comunicación social eficientes y dinámicos por parte del Estado, pero fundamentalmente por la ausencia de vinculación efectiva entre Gobierno y la representación social y política; si esta vinculación existiese, las redes organizativas de los partidos y los movimientos sociales actuarían como perfectos órganos de divulgación de las referidas políticas.
El MVR debe involucrarse, con facilitación del gobierno, de manera efectiva, en el desarrollo de las políticas públicas, en su divulgación y en su defensa. El movimiento debe generar propuestas destinadas a resolver los problemas cotidianos de la gente, como lo son empleo, seguridad, salud, acceso al sistema de justicia, entre muchos otros.
En este momento, el MVR debe avocarse a diseñar y ejecutar un plan de empleo, mediante la disposición de todos nuestros cuadros que tengan cargos en el gobierno, en sus distintos ámbitos, a lograr la concertación de recursos materiales y humanos con el fin de incrementar efectivamente la tasa de empleo.
Esta tarea es fundamental, por lo sentido de esta problemática en la población. De igual manera, el MVR debe participar activamente en los programas de recuperación y atención a los barrios con la finalidad de consolidar la base social de apoyo del proceso revolucionario.
Referendos revocatorios. Nuestra principal táctica ofensiva en estos momentos, es el desarrollo del referéndum revocatorio previsto en el articulo 72 de la Constitución. Esta táctica, no debe ser asumida ni percibida como un instrumento de revancha, sino como un ejercicio pedagógico de un derecho constitucional, que le permitirá al pueblo despojar del mandato a aquellas autoridades ejecutivas o legislativas, en todo el ámbito político territorial, que traicionaron el juramento de defender los principios constitucionales, siendo actores protagónicos o sumándose a la acción golpista de 11-A. De igual manera, es un instrumento para evaluar la honestidad y eficiencia de los gobernantes.
Como fuerza política impulsaremos referendos revocatorios a quienes hayan incurrido en las faltas señaladas y previa una evaluación política, determinemos la viabilidad de despojarlos del mandato. Sin menoscabo, del derecho que tiene cualquier ciudadano o grupo de ciudadanos de utilizar este instrumento contra cualquier autoridad que considere.
Nosotros no expresaremos solidaridades automáticas, pero tampoco permitiremos que gobernantes que sean militantes del MVR, se les intente revocar simplemente por apetencia o revanchismo político. De manera particular, no toleraremos que este instrumento democrático se convierta en un mecanismo de resolución de conflictos internos de la organización. Los objetivos y tareas que se desprenden de esta táctica, se encuentran en un documento anexo de la DINAPE.
Reestructuración del Poder Judicial. Un eje fundamental de los planes del golpismo, es lograr que el TSJ, mediante un proceso amañado, adelante el enjuiciamiento del Presidente. De igual manera, pretenden seguir utilizando el sistema judicial como instrumento de persecución política a los dirigentes y militantes revolucionarios, así como de escudo de protección a los golpistas y a la corrupción.
En razón de lo anterior y recogiendo el anhelo de la sociedad de contar con un sistema judicial decente, que combata de manera definitiva el flagelo de la corrupción, es de vital importancia la iniciativa que ha tomado el Bloque de Opinión del Cambio, en el sentido de constituir una comisión especial para revisar todo el sistema de justicia y ponerlo a tono con los postulados de la Carla Magna. El MVR, debe permanecer movilizado en todo el país en función de respaldar esta iniciativa y convertirse en un receptor de las denuncias que en contra de la corrupción y la ineficiencia del sistema judicial realicen todos los ciudadanos y ciudadanas.
Movilización popular. Este proceso nació de la calle y en la calle debe defenderse. La movilización firme y pacifica del pueblo para hacer avanzar o defender la revolución debe ser una táctica permanente del MVR. El movimiento debe estar preparado para actuar en cualquier circunstancia. Es por ello que debe fomentar la organización popular en redes, de manera especial, debe promover los Círculos Bolivarianos como expresión de la organización del pueblo en las comunidades y en los sectores sociales para la divulgación y cooperación con las políticas publicas del gobierno, la defensa política y social del proceso de transformación. En ningún caso el MVR
debe secuestrar la organización de los círculos, pero estos deben evitar ser utilizados como trincheras de paralelismo partidista.
El MVR, a través de las direcciones respectivas, debe coordinar y unificar los criterios de sectores vitales para la Revolución como son las mujeres, los jóvenes, los campesinos, los pescadores y el movimiento sindical, contribuyendo a disminuir la multiplicidad de esfuerzos que hay en estos sectores y lograr presentar de manera coherente la fuerza que efectivamente hemos acumulado en los mismos. De igual manera, el MVR debe dar un tratamiento especial a nuevos actores políticos como los buhoneros, los motorizados, entre otros que apoyan de manera decidida a la Revolución.
De manera particular en el sector sindical, nuestros dirigentes deben realizar campañas informativas, explicando el carácter de la política laboral del gobierno, impulsar la lucha por la modernización del sistema de inspección laboral, denunciar el quiebre intencional de empresas y debatir una política de cogestión responsable para mantener abierta las fuentes de empleo. Impulsar decididamente la conformación de una central de trabajadores, democrática y revolucionaria, expresión de los verdaderos intereses de la clase trabajadora.
Como orientación general y permanente, el MVR debe implementar una política sistemática de asambleas populares, visitas casa por casa, actos político culturales, jornadas deportivas, caminatas y marchas con el fin de contribuir al proceso de maduración política y organizativa de la conciencia colectiva.
El MVR, debe convertir los días 11, 12 y 13, de cada mes en jornadas de repudio contra el golpismo fascista y de reivindicación de la unidad cívico militar que restituyó la democracia. De igual manera, nuestra organización debe mantener viva la memoria de los mártires que con su vida defendieron la revolución democrática y no desmayar en la lucha por la justicia y la condena de los culpables de aquellos hechos.
Política comunicacional y propaganda. Es un lugar común afirmar que esta es nuestra principal debilidad. Es hora de que la superamos. Mas allá de las políticas del gobierno, el MVR debe tener una política complementaria, apoyándose en la libertad que le da ser una organización política para abordar con mayor crudeza los temas de la política diaria, contribuyendo a democratizar el debate comunicacional. En ese sentido, podemos señalar algunas orientaciones básicas para el desarrollo de una política comunicacional.
· La dirigencia del MVR, en todos sus ámbitos, debe contar con una agenda de medios semanal con el fin de posicionar los temas de nuestra agenda política y defender el proceso del ataque adversario. La dirigencia del MVR debe apuntalar los medios y periodistas de mayor objetividad e imparcialidad, sin excluir el debate con los que están abiertamente parcializados con la conspiración.
· El MVR debe de manera definitiva consolidar un impreso y una página electrónica, que sirva de difusión nacional de las políticas, acciones y éxitos de la organización y permita orientar políticamente a nuestra militancia y a los afectos al proceso. Igualmente, el movimiento debe contar con un espacio de radio en todos los Estados y Municipios.
· El MVR debe involucrarse de manera activa en la promoción y desarrollo de la democratización de las comunicaciones, mediante el impulso de los medios comunitarios y alternativos, así como de las redes electrónicas.
· El MVR debe recobrar el uso de la propaganda como un instrumento político y creativo. Por lo tanto debe producir permanentemente hojas volantes, trípticos informativos, afiches. De igual forma, debe convertir las jornadas muralísticas en un espacio de creación, organización y conscientización política permanente.
Política Internacional. El MVR debe desarrollar una ofensiva político legal en los organismos y foros político-sociales en el ámbito internacional, donde dejemos constancia de cada acción conspirativa por parte de la oposición fascista y divulguemos con intensidad los logros y trascendencia de la Revolución Bolivariana, particularmente el texto de la Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela. De igual manera, debemos afianzar nuestros lazos con las organizaciones democráticas que impulsan y desarrollan caminos alternativos al neoliberalismo, sin excluir a ninguna fuerza política legal que quiera establecer relaciones respetuosas con nuestra organización.
5. Organización y Democracia Interna.
Es necesario consolidar definitivamente la institucionalidad del MVR, mediante el desarrollo del plan de organización aprobado por el CTN ampliado realizado en Barquisimeto a finales del 2001. Este plan tiene como metas especificas lograr un equilibrio básico en las direcciones políticas regionales y desarrollar un censo de la militancia, con el fin de preparar las condiciones logísticas y políticas para el ejercicio de la metódica desde abajo en la designación de las autoridades, en el momento político en que ésta sea posible. Siempre teniendo en cuenta, que mas allá de la elección de autoridades, la democracia interna supone que existan espacios y mecanismos de discusión de las diferencias y las opiniones sobre el desarrollo del proceso revolucionarlo, así como del papel y funcionamiento de nuestra organización. Para ello, se requiere una cultura de respeto hacia los otros y hacia las instancias de dirección, constituidas de acuerdo a la legalidad interna que todos hemos aceptado.
De igual forma, es necesario que el MVR se dote, en todos los niveles, de una instancia formal, imparcial y técnicamente fiable para procesar los casos disciplinarios que se presentan frecuentemente. Es necesario que estos casos sean procesados de manera trasparente, eficaz y oportuna.
Para el ejercicio pleno de la democracia interna, se requiere información permanente de las decisiones que se adoptan. En ese sentido las direcciones de secretaria son esenciales, las mismas deben estar dotadas de una estructura electrónica de comunicaciones, en redes, en el ámbito nacional, regional, municipal y parroquial que permita que las informaciones sobre nuestra agenda política y nuestras acciones fluyan de manera oportuna y trasparente.
Otro aspecto nodal, para nuestra organización es lograr una estructura financiera que nos permita desarrollar con autonomía las directrices políticas que decidamos.
Es necesario recordar que la Constitución de 1999, por iniciativa nuestra, eliminó el financiamiento de los partidos políticos por parte del Estado. Esta decisión fue éticamente correcta, pero políticamente ingenua. Como ha quedado demostrado, el adversario político en combinación con el sector económico que adversa este proceso, han constituido una plutocracia que les permite obtener inmensas sumas de dinero, tanto internamente como en el extranjero, mientras que nosotros disponemos de los modestos aportes de nuestros dirigentes, militantes y unos pocos colaboradores. En tal sentido, la Dirección Nacional de Finanzas ha comenzado a desarrollar una estructura financiera que nos permita producir recursos de manera legal y transparente para poder consolidar la organización y cumplir con las metas políticas que nos hemos trazado. Finalmente, es necesario recordar la premisa de que la organización sigue a la estrategia. Nuestra estrategia es lograr la victoria de la Revolución, por la tanto el MVR debe consolidarse como una organización revolucionaria en todo su accionar. El MVR tiene que ser el gran articulador de un movimiento revolucionario, que sea un instrumento para las luchas del pueblo Venezolano por lograr una sociedad democrática, con justicia y dignidad.
Tercer Consejo Patriótico Nacional. Ciudad Guayana, 7 y 8 de Septiembre de 2002.