Los poemas de los hermanos Cerezo
Paco Ignacio Taibo II / MEXICO
Hace trece meses, en agosto del año pasado, una de las poco apacibles noches del Distrito Federal fue sacudida por el estallido de una serie de petardos, no se le podía llamar bombas a las superpalomas caseras, en sucursales de Banamex. .
Algunos vidrios rotos y el llamado de atención sobre la venta en condiciones muy poco claras del banco a un grupo trasnacional. .
Cinco días más tarde la policía anunciaba la detención de los responsables de los hechos. Entre ellos, se encontraban tres jóvenes estudiantes, los hermanos Cerezo. .
Las informaciones que llegaban al exterior eran en el mejor de los casos contradictorias. Algo apestaba en el proceso policiaco. Primero, las policías no podían vincular a los detenidos a la organización que se había hecho responsable de los petardos; segundo, al poco tiempo se abandonaba la acusación y se transformaba en otra: terrorismo, asociación delictuosa, acopio de armas; tercero, las historias personales de los tres hermanos cuadraban poco con la imagen de guerrilleros profesionales que las fuerzas policiales querían transmitir. .
Un alud de cartas, reconocimientos académicos, mensajes de maestros y compañeros fueron enviados a los medios de comunicación y formaban una imagen muy diferente, profundamente alejada de los comunicados de la Procuraduría General de la República (PGR). .
Alejandro Cerezo tenía 19 años en el momento de la detención, era estudiante de Economía en la UNAM y de Sociología en la UAM; dedicaba una buena parte de su tiempo al deporte, escalaba en roca y había sido campeón de lucha olímpica, y de pilón, los sábados, estaba haciendo el servicio militar. .
Héctor Cerezo tenía 22 años en el momento de la detención, era estudiante de filosofía en la UNAM y participaba en una ONG que colabora con campesinos de Puebla en la distribución de café. .
Antonio Cerezo tenía 24 años en el momento de la detención, estudiaba filosofía en la UNAM y taekwondo, trabajaba en el Instituto Nacional para la Educación de Adultos alfabetizando niños menores de 12 años y tocaba la mandolina. .
Sin duda los tres hermanos formaban parte de la amplia y variada izquierda estudiantil, participaban en revistas político-culturales y en grupos de esa fragmentada izquierda surgida en la universidad tras el pasado movimiento estudiantil. .
Pero sus historias personales no cuadraban con la imagen de militante profesional de una organización armada que las autoridades intentaban transmitir. El tiempo completo en la lucha armada no permite estudiar dos carreras con 8.18 de promedio o escalar roca. .
¿Si el Ministerio Público ha desistido de vincularlos a los petardos, por qué los mantiene detenidos después de un año? .
Parece ser que la causa del encarcelamiento es que sus padres militan en una organización armada. Si el gobierno federal ha incluido un nuevo delito, el de ''parentesco indeseable", debería informarnos a los mexicanos. .
Toda la historia está agravada con la evidente existencia de torturas perpetradas contra los tres jóvenes en el momento de la detención. No quiero entrar en el catálogo de salvajadas que la prepotencia y el abuso del poder realizó contra los jóvenes, pero los que duden pueden acceder a los expedientes de la Liga por la Defensa de los Derechos Humanos o los informes de los comités de defensa de los Cerezo (