3 de septiembre del 2002
Costa Rica
Ecologistas opuestos a proyectos hidroeléctricos
Karina Garay G. El Heraldo.
Los ecologistas del país se oponen al desarrollo de varios proyectos hidroeléctricos en la zona sur, los cuales según ellos, responden a intereses vinculados con el Plan Puebla Panamá.
Dentro de los proyectos hidroeléctricos a los que los ecologistas se oponen, figuran los del Río Sarapiquí, donde existen ocho represas hidroeléctricas y se proyectan ocho más; el del Río Pacuare, donde operan seis represas hidroeléctricas y el plan para desarrollar el megaproyecto Boruca, que pretende instalarse en la zona sur.
Según informó Osvaldo Durán, directivo de la Federación Costarricense para la Conservación del Ambiente (FECON), el potencial con los nuevos proyectos es de 7.333,2 megavatios, "cifra que excede las necesidades del país, por lo que creemos que esos proyectos hidroeléctricos están más bien ligados a los tratados del Sistema de Interconexión Eléctrica Centroamericana (SIEPAC)".
Agregó que si llegan a ejecutarse los proyectos anteriores, implicaría convertir todos los ríos de nuestro país en represas, situación por la que se oponen firmemente.
Durán indicó que el Plan Puebla Panamá, "busca apoderarse de los recursos naturales que quedan en Centroamérica. Es una estrategia de acaparamiento directo de las fuentes materiales de riqueza como petróleo, gas natural, bosques y agua para su control y explotación".
Por su parte, los representantes de la comunidad indígena de Curré, destacaron estar en desacuerdo con el proyecto hidroeléctrico de Boruca, en el cual la represa tendría una capacidad de generación de entre 832 y 942 mw.
Los habitantes de Rey Curré consideran que el proyecto viola sus derechos culturales e históricos porque el área donde se encuentra su comunidad desde épocas muy remotas quedaría totalmente sumergida por las aguas del embalse y ellos serían trasladados a otro sitio.
"No queremos la represa, no creemos que sea sinónimo de desarrollo para Costa Rica, porque el daño para nuestro pueblo sería irreparable. Separarnos de nuestra tierra sería un genocidio", manifestó Enid Rojas, dirigente indígena de Rey Curré.
Los ambientalistas afirman que el ICE no toma en cuenta el daño ambiental que causaría el proyecto hidroeléctrico Boruca, y que además Costa Rica no necesita verdaderamente de más represas para abastecerse de energía.
Hay que señalar que funcionarios del ICE y dirigentes de Rey Curré iniciaron desde hace varios meses un proceso de diálogo, pero los resultados no han sido los esperados pues ambas partes se mantienen firmes en su posición.
Los ecologistas consideran como una alternativa al desarrollo de las represas hidroeléctricas, un plan de diálogo para proponer "un modelo energético que explore alternativas innovadoras más allá del petróleo y la hidroelectrica.