14 de septiembre del 2002
Atribuyen las protestas más a la marginación que a los 29 años del golpe de Pinochet
Más de 500 detenidos por disturbios en Chile
Enrique Gutiérrez, La Jornada
Santiago, 12 de septiembre. Más de 500 detenidos y policías heridos fue el saldo de violentos disturbios que estallaron anoche en Chile al culminar las ceremonias por el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, que fueron atribuidas más a la marginación social que a protestas por los 29 años del derrocamiento de Salvador Allende.
Pese a los intensos tiroteos en la periferia de esta ciudad, no hubo muertos, aunque 14 carabineros resultaron heridos, cuatro por impactos de bala, mientras 505 personas fueron detenidas durante los desordenes.
La Pincoya, Villa Francia, La Victoria y sectores de Ñuñoa, Macul y Peñalolen fueron algunos de los lugares donde se produjeron los enfrentamientos entre manifestantes y la policía militarizada. El general director de Carabineros, Alberto Cienfuegos, dijo que las detenciones fueron por alteración del orden, robo y daños a la propiedad pública y privada. Aprovechó la ocasión para manifestar su preocupación por el uso de armas de fuego en las protestas.
Entre los detenidos, destacó la prensa, figura Marcos Riquelme, procesado por pertenecer al grupo armado Frente Patriótico Manuel Rodríguez, quien en 1990 participó en una fuga masiva de la cárcel pública de esta capital. Además, siete comunas de Santiago sufrieron problemas esta madrugada con el servicio eléctrico, por ataques contra el sistema de distribución.
Pese a estos incidentes, el ministro del Interior, José Miguel Insulza, consideró que "hubo alguna agitación, como ocurre todos los años, pero fue comparativamente menor que en años anteriores". El ministro atribuyó los incidentes a una "actividad de lumpen, no es una actividad política", aunque precisó que en el futuro no se autorizarán manifestaciones cuyos organizadores no respondan por hechos de violencia o destrozos en las mismas. Insulza reprochó en este sentido el comportamiento de los militantes comunistas, quienes la víspera se trenzaron a golpes con los socialistas frente al monumento a Salvador Allende, lo que obligó a estos últimos a suspender el acto que había organizado el Partido Socialista en el lugar.
Al respecto, tras participar en el acto de desagravio organizado por el Partido Socialista (PS) en el mismo lugar, la vicepresidenta de la Agrupacion de Familiares de Detenidos Desaparecidos, Mireya García, sostuvo que las peleas protagonizadas por ambos bandos fueron en contra de la esencia de la jornada, que recordó la muerte del ex mandatario socialista en el bombardeo del palacio de La Moneda por las fuerzas golpistas, y a todas las víctimas del régimen instaurado por Augusto Pinochet.
Regocijo derechista
De su lado, la prensa escrita de orientación derechista reaccionó con poco disimulado regocijo por lo ocurrido. "Estoy profundamente dolida por lo que sucedió ayer, creo que definitivamente se perdió la brújula; nosotros veníamos a rendir homenaje a nuestro presidente Salvador Allende, a nuestras víctimas. El 11 de septiembre tiene que ser un día de recogimiento, de reflexión, de respeto, y se transformó en un día de grescas partidarias que realmente son lamentables y vergonzosas", sentenció García, quien añadió que "nadie tiene derecho a tratar a otro de inconsecuente, de inmoral, de vendido".
El presidente del PS (en el poder), diputado Camilo Escalona, acusó a los comunistas -que apoyaron al gobierno de Allende- de preparar con anticipacion el "boicot" al homenaje preparado por su formación.
Sobre la cancelación del acto de homenaje, sostuvo que "pasando por nuestros propios sentimientos preferimos ayer no arriesgar la dignidad de Hortensia Bussi (viuda de Allende) ni de su familia, ni prestarnos para un pugilato cobarde que se había preparado en este lugar". Añadió:
"Nunca desde 1973 nos habíamos encontrado con una situación tan amarga de que un grupo de personas nos impidiera homenajear a nuestro presidente".
En tanto, quienes protagonizaron un encuentro inédito fueron los nietos de Salvador Allende y del ex dictador Augusto Pinochet, quienes en una entrevista conjunta televisiva hablaron anoche sobre los gobiernos de sus abuelos. María José Martínez Pinochet estimó que su abuelo pudo haber sido responsable "políticamente" de las violaciones a los derechos humanos durante los 17 años de dictadura, pero justificó que por falta de tiempo quizá "se le pasaron algunas cosas".
En este contexto, fuentes judiciales dijeron hoy que el juez Raúl Rocha comenzó el estudio de una demanda contra Pinochet, querella que presentó la familia de un preso político detenido en 1973 y luego ejecutado por la llamada caravana de la muerte.
Mientras, el presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados anunció que el jefe de la fuerza aérea, Patricio Ríos, será citado a declarar por esa comisión, en el contexto de una investigación sobre las denuncias de la reaparición del grupo paramilitar Comando Conjunto, que ahora intentaría obstaculizar la acción de la justicia en procesos relacionados con violaciones a los derechos humanos durante la dictadura, reportó Dpa.