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Latinoamérica

Lula está a un punto de ganar las elecciones en primera vuelta

Arrasando en encuestas (y en mercados) Con un 49 por ciento de intención de voto según la última encuesta, Lula está a un paso de ganar en primera vuelta las elecciones del próximo domingo. La campaña oficialista está en pánico, mientras el Fondo Monetario Internacional procura tranquilizar a los mercados.
Luiz Inácio "Lula" da Silva saluda a sus partidarios en uno de sus últimos mitines.

A una semana de los comicios presidenciales del 6 de octubre en Brasil, el favorito absoluto, Luiz Inácio "Lula" da Silva, del Partido de los Trabajadores (PT) al que todos los sondeos le otorgan un cómodo primer lugar en intención de voto, es más favorito que nunca. El último de esos sondeos, realizado el jueves y viernes por Datafolha y divulgado ayer, le otorga un 49 por ciento de intención de voto, lo que lo sitúa a un paso de su victoria en primera vuelta. En el segundo lugar se ubica el oficialista José Serra que subió un punto y cuenta con 21 por ciento; Anthony Garotinho, por el Partido Socialista Brasileño (PSB), no varió del 16 por ciento anterior y Ciro Gomes por el Frente Laborista cayó del 15 al 12 por ciento. También ayer, en otro signo de la crisis de campaña de Serra, el candidato salió a desmentir que el presidente Fernando Henrique Cardoso hubiera pronosticado la victoria del candidato petista en primera ronda, calificando la noticia –publicada en el diario Clarín– de "un chisme argentino". La campaña es seguida con atención desde Washington, donde los hombres del FMI se pronunciaron ayer confiados que tras las elecciones el ritmo económico volverá a su curso y que no habrá necesidad de una reestructuración de la deuda externa.
Es la cuarta vez que se postula a presidente, pero esta vez el propio "Lula" percibe su proximidad a la jefatura de Brasil: "Nadie vence nada la víspera, pero creo que estamos bien cerca de elegir a un hombre, salido del suelo de la fábrica", dijo en uno de los actos del último tramo de la campaña frente a los comicios del próximo domingo. "Lula" señaló que su gobierno impulsará una política de comercio exterior abierta a todos los países, inclusive a Estados Unidos, aunque afirmó que "Brasil tendrá una posición propia. Brasil debe hacerse respetar en la política internacional". En este sentido, volvió a defender la tesis de que para ser un país respetado Brasil deberá ser fuerte desde el punto de vista tecnológico, económico y militar. "El proyecto del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) es más una anexión a Estados Unidos que una iniciativa de integración –afirmó el ex metalúrgico en declaraciones que publicó ayer el semanario IstoÉ–. El ALCA, tal como está propuesto, no es una política de integración, sino de anexión". Y manifestó que "nosotros no seremos anexados. Vamos a participar de las conversaciones, sí, pero haremos valer los intereses de nuestra industria y de nuestra agricultura". Además, "Lula" recordó que recientemente Estados Unidos "elevó a más de 400 los llamados productos considerados sensibles, es decir, productos con los cuales Brasil podría disputar el mercado".
Serra, principal opositor al candidato petista, pero que se ubica a más de 20 puntos por debajo en las predilecciones, se mostró ayer irritado por la versión de que Cardoso habría vaticinado que "Lula" gana el próximo domingo en primera vuelta. "Hasta qué punto llegó la Argentina. Eso no tiene sentido. Es obvio que el presidente Cardoso no dijo eso. Ahora sólo falta que yo tenga que ir a pedir votos al Palacio de Planalto (sede del gobierno). Eso es una tontería", dijo en la misma línea con la que denostó reimpulsar el Mercosur con la Argentina, en declaraciones de esta semana. Y agregó su desinterés en hablar de ello con el presidente Eduardo Duhalde, al afirmar que "a esta altura del campeonato, no voy a tocar un tango argentino". La versión también fue desmentida por el Palacio del Planalto, pero no sería la primera vez que Cardoso emplea un medio indirecto para decir algo de lo que luego se retracta públicamente.
La expectativa del recambio político es mayor teniendo en cuenta las fluctuaciones de la economía de Brasil, que esta semana precipitaron una caída record del real y un desplome igualmente sin precedentes en la Bolsa de San Pablo. Esto es así pese a que "Lula" mismo ha manifestado su compromiso con los acuerdos con el FMI, organismo que adelantó un préstamo por 30.400 millones, pero el 80 por ciento de los cuales sólo será entregado en tramos sucesivos si el futuro presidente cumple con las políticas del Fondo. Ayer, Horst Köhler, director gerente del FMI, Horst Köhler, descartó los temores de que Brasil pueda verse forzado a suspenderlos pagos de servicio de su deuda de 265.000 millones de dólares, y atribuyó el desplome de precios de los bonos brasileños al nerviosismo de los mercados. "Brasil saldrá de esta situación sin necesidad de una moratoria’", afirmó.
Otro hombre del FMI, el director del Departamento para América latina Anoop Singh, señaló ayer que "los mercados financieros han sido muy volátiles en las días y semanas recientes", pero consideró que no es sorprendente, dada la proximidad de las elecciones. "Esperamos una rápida vuelta a las condiciones de normalidad, una vez que la transición se complete". Además, Singh explicó que la meta de superávit primario del 3,75 por ciento del PBI incluida en el programa con Brasil será suficiente para hacer la deuda "sostenible" y reducirla. "Brasil tiene un marco creíble para luchar contra la inflación, con una tasa de cambio flotante y una fuerte política fiscal a medio plazo, con el objetivo de mantener la sostenibilidad de la deuda", aseguró.
Los analistas coinciden en atribuir el nerviosismo de los mercados brasileños a la perspectiva de que, una vez llegado al poder, "Lula" olvide su moderación de campaña. Y que entonces se vea tentado a declarar una moratoria en el pago de la deuda, de unos 250.000 millones de dólares, lo que supone más del 60 por ciento del PBI brasileño (ver suplemento Cash, pág. 7). En este sentido, el presidente del Banco Central de Brasil, Arminio Fraga, se esforzó también por reasegurar a los principales banqueros del mundo de que el próximo gobierno brasileño mantendrá el rumbo económico seguido por el gobierno de Cardoso, simplemente porque "no saltará por la ventana"’."Desde julio, Brasil ha visto a todos los candidatos presidenciales comprometerse con la responsabilidad fiscal y monetaria, con el respeto al gobierno de la ley, incluida la santidad de los contratos, los acuerdos internacionales", enfatizó Fraga.