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Latinoamérica

27 de agosto del 2002

¡Quiero y truco!


Fonda Alcohol y Humo

"Tendría que ver cómo sus ojos se agrandaban con la posibilidad de recibir comisiones por la reducción de algunos millones en el precio de venta"
J. Stiglitz
Sin alardes ni levantar la voz La fonda Alcohol y humo responde
¡Quiero y truco!
"Uruguay también ha hecho que el buen gobierno y la reforma económica lo transformen en una isla de estabilidad en medio de un mar de incertidumbre política y económica. Los uruguayos disfrutan de la distribución más equitativa del ingreso de toda Latinoamérica. Tienen confianza en sus instituciones políticas. En Uruguay la corrupción es delito, no un aspecto aceptado por la actividad económica. Con estos cimientos de buen gobierno y democracia, Uruguay ha podido hasta ahora resistir los poderosos choques económicos que habrían paralizado a países y sociedades más frágiles".(1)
El truco, decía Juan Carlos Guarnieri, "es el juego de naipes típico del Uruguay; alegre y animado siempre, da ocasión a toda suerte de bromas y a improvisaciones".(2) Quizás sea Powell un estadounidense aficionado a este juego, pero más allá de que en Uruguay se acepta que el truco implica cierto número de mentiras y bravuconadas, aclaramos que los parroquianos de Alcohol y Humo no somos afectos a irnos al mazo por más que los teros griten. También expresaba Guarnieri que el tero posee plumaje "negro azulado en las alas y blanco en el pecho. Valiente y alerta día y noche, no teme al peligro y defiende a sus congéneres, con potentes aletazos, dando furiosos gritos".(3) Como Powell no tiene que aguantar a Batlle de presidente, sugiere que los uruguayos están en una situación aceptable, destacando la distribución de ingresos. Entonces debe ser un gesto de excentricidad uruguaya que en la ciudad de Canelones (capital del departamento del mismo nombre y que cuenta a lo sumo con 20.000 habitantes) existan unas 12 ollas populares y unos 6 merenderos, a los cuales acuden aproximadamente 1.800 personas diariamente a comer la única comida de la jornada. El municipio del departamento mencionado no ha terminado de pagar a sus empleados el salario correspondiente a junio, no hay ni olor a aguinaldo y su intendente anuncia que no rebajará los sueldos de los directores de su confianza, aunque casi haya triplicado el déficit comunal.
Por su parte, Eduardo Aninat comunicaba a principios de agosto: "Las autoridades se enfrentan en el futuro a problemas difíciles e importantes para restaurar la estabilidad financiera, recuperar el acceso a los mercados y volver al crecimiento económico. Este osado programa ofrece a las autoridades la oportunidad de lograr tales objetivos, pero su aplicación completa, incluso una reforma estructural sostenida para reactivar la economía por medio de la privatización y la liberalización de normas, será clave en los meses venideros y a plazo mediano".(4) "¡Ahí está la güeva!"(5), dijo un parroquiano desde un rincón de la fonda, posando su copita con caña en la mesita de lata. Funden los bancos, no hay créditos, se terminan de fundir los productores rurales y las industrias, la miseria aumenta y entramos a vender lo único que puede importarle al FMI: las empresas públicas superavitarias. Recordemos que el gobierno uruguayo firmó en su última (esperemos) carta de intención la apertura al capital privado de sectores antes reservados al sector público. Privatizaciones es más adecuado o "chanchullo", es decir, "componenda turbia de la que algunos pocos salen beneficiados, en detrimento de la justicia y con perjuicio general. Componenda política".(6)
Sin embargo, nuestros gobernantes han recibido las felicitaciones de parte del fondo: "El directorio ejecutivo felicitó a las autoridades uruguayas por su resuelta actuación en materia de políticas, su compromiso de mantener un sistema que fomentará la actividad del sector privado y su continua y estrecha colaboración con el fondo".(7)
Mientras tanto, más impuestos para los uruguayos y nuevo aumento de los combustibles: en lo que va del año aumentaron más de un 40 %, con la consiguiente suba de los demás precios. Paralelamente, mayor devaluación de la moneda nacional: en el 2002, el peso uruguayo cayó un 40 %, frente a un 27 % del real brasileño, un 15 % del peso colombiano y un 6 % del peso mexicano. Endeudado en dólares y recaudando en pesos devaluados, el gobierno de Uruguay se apresta a dar un nuevo mazazo a la población.
Por su parte, miles de uruguayos continúan emigrando de un país cuyas autoridades niegan soluciones: el diario El País, de España, anunciaba que "El número de extranjeros que han adquirido la nacionalidad española se ha cuadruplicado en los últimos 10 años /.../ Por continentes, el que se lleva la palma de nacionalizados es Latinoamérica. Por países, además de Argentina, Perú y Cuba y República Dominicana, destacan Colombia, Chile, Uruguay y Venezuela".(8) Décadas de políticas imperialistas sólo han generado fuga masiva de ciudadanos, aumento de la pobreza, enriquecimiento de unos pocos oligarcas, endeudamiento externo de los países latinoamericanos al límite del default, despidos masivos, pantomimas de sistemas de salud y educación, sistematización de los seguros de desempleo, disminución acelerada de la calidad de vida de la mayoría de la población, aumento inusitado de suicidios y enfermedades originadas a partir del desconcierto, la frustración y la falta de esperanzas... Estos son los logros que elogian Powell y Aninat, desde las sedes del imperialismo; estas son las políticas que aplauden y apoyan, inyectando miles de millones de dólares para sostener un sistema absolutamente gangrenoso y prepotente, desconocedor de los reclamos urgentes de la larga y dolida Latinoamérica; estas son las directivas y los mensajes que reciben los habitantes de un pueblo desangrado en su gente, su economía y, si esto no cambia prontamente, sus más altos valores éticos. Ya no sólo oleoductos o gasoductos, también sangreductos y plataductos. Estas son las líneas que los legisladores de la coalición de gobierno de Uruguay votan apuraditos un fin de semana, aunque algunos de ellos hubieran hecho gárgaras diciendo que a este gobierno no le votaban una ley más: no ha habido una fractura en esta coalición, le han votado todo al gobierno (al de acá y al de los Estados Unidos), no le han dado una sola tregua a la gente en estos años, mientras ellos cobran suculentos 5.000 dólares por mes en un país que tiene como salario mínimo menos de 50 dólares. Así las cosas. Ahora, el bocado de cardenal son las empresas públicas que generan inmensas ganancias. Pero antes, más miseria. Tanta que en la fonda hemos agudizado la memoria porque ni porotos nos quedan para apuntar cómo va el truco.
Notas
1- Colin Powell, secretario de estado de los estados unidos, en la conferencia anual del consejo de las américas, 6 de mayo de 2002.
2- Juan Carlos Guarnieri, Diccionario del lenguaje rioplatense.
3- Ídem.
4- Eduardo Aninat, subdirector y gerente del directorio ejecutivo del FMI, 8 de agosto de 2002.
5- Güeva: "lugar donde se esconde el dinero u objetos de valor". Guarnieri, ídem.
6- Guarnieri, ídem.
7- Aninat, ídem.
8- El País, 19 de agosto de 2002.