29 de agosto del 2002
Otro indígena zapatista fue asesinado a tiros por paramilitares
Hermann Bellinghausen
La Jornada
San Cristobal de las Casas, Chis., 27 de agosto. Otro indígena
zapatista, esta vez perteneciente al municipio autónomo Olga Isabel,
fue asesinado a tiros por un conocido grupo paramilitar. La víctima ya
había recibido amenazas de muerte por parte de priístas armados
miembros de la banda Los Aguilares, comandada por el ex militar Sebastián
Aguilar.
Las autoridades autónomas de Olga Isabel denunciaron hoy la muerte de
Antonio Mejía en las afueras de la comunidad K´an Akil, a manos de Los
Aguilares, que operan impunemente en la región (dentro del municipio
constitucional de Chilón) desde 1994.
Aunque los hechos ocurrieron el domingo 25, hasta hoy los indígenas pudieron
hacer pública la denuncia. "No hemos podido recoger el cuerpo del compañero,
porque los paramilitares han dicho que si llegamos ahí nos volverán
a disparar. Buscan que les respondamos, porque han dicho que eso es lo que quieren
que hagamos."
Esta es la cuarta muerte de un miembro de las bases de apoyo del EZLN en días
recientes, en lo que cada día se revela más como una acción
concertada de las diversas agrupaciones paramilitares que operan en la selva
y la zona norte, para hostigar y provocar a las comunidades en resistencia.
Los recientes movimientos del Ejército hacia el interior de las cañadas
y el norte, lejos de detener la violencia paramilitar, parecen haberla estimulado.
La agudización de la violencia este fin de semana, en el norte de Ocosingo
y de Chilón, coincide con el extraordinario despliegue de tropas efectuado
entre el domingo y el lunes en dicha región.
Eso sí, con gran despliegue del oficialista Diario de Chiapas, el ex
presidente municipal panista de Tuxtla Gutiérrez Francisco Rojas clamaba
hoy por la intervención del Ejército contra los zapatistas. Bajo
el titular "Alto al desorden del EZLN", el delegado estatal del PAN, Francisco
Rojas Toledo, instó al gobierno federal "a poner un alto a las acciones
que viene realizando el EZLN en la zona de su influencia", y se manifestó
por "el regreso del Ejército a algunos lugares estratégicos de
esa región, a fin de poner orden". (Cabe recordar que Francisco Rojas
es hijo del diputado panista Valdemar Rojas, quien el pasado día 13 se
mofó en inglés de un diputado indígena que habló
en tzotzil desde la tribuna del Congreso chiapaneco).
Así, mientras la derecha racista tiende la cama para una escalada represiva,
las autoridades de Olga Isabel describen a los autores de la nueva provocación:
"Los Aguilares son temidos por mucha gente. Los encabeza el señor Sebastián
Aguilar, quien ha sido miembro del Ejército y tiene parientes que son
soldados. De ellos reciben armas los paramilitares".
Y relatan que días antes del asesinato de Antonio Mejía, los priístas
secuestraron a un miembro del municipio autónomo, "quien fue interrogado
y obligado a pagar una cantidad de dinero. Lo soltaron con el compromiso de
ya no pertenecer a nuestro municipio autónomo. Le preguntaron por Antonio
Mejía, y le dijeron que a ése lo iban a desaparecer.
"Cuando Antonio fue baleado estaba con su esposa, quien lo vio caer. Ella escapó
en medio de los disparos. El compañero quedó tirado a 300 metros
de su pueblo K´an Akil, cerca del lugar llamado Reforma K´an Akil, donde viven
los paramilitares."
El concejo autónomo agrega que la noche del día 26 se volvieron
a escuchar disparos de armas de alto poder en las cercanías de las comunidades
en resistencia. "Dicen que nos van a acabar matando uno por uno". Una vez más
parece evidente la intención concertada de crear temor, desestabilización
e incertidumbre por parte de los paramilitares. Para ello cuentan con un buen
caldo de cultivo a base de rumores amenazantes y movilizaciones castrenses de
considerable envergadura.
"Nuestra preocupación es grande, porque los paramilitares no nos permiten
entrar a recoger el cuerpo del compañero", expresan los representantes
autónomos.
"Además, han dicho que si no abandonamos el municipio autónomo
nos van a secuestrar y a obligar a entregarles una gran cantidad de dinero.
Sabemos que esta gente es pagada para hacer todo esto y han empezado con asesinatos.
A este grupo paramilitar ya lo hemos denunciado, porque nos han perseguido,
amenazado y ahora han llegado a la balacera y buscan que así les respondamos,
porque han dicho que eso es lo que quieren que hagamos."
Las autoridades de Olga Isabel declaran: "Responsabilizamos a este grupo paramilitar
del asesinato de nuestro compañero Antonio Mejía, pero también
a los gobiernos federal y estatal. Ya en ocasiones pasadas hemos denunciado
el hostigamiento de los paramilitares, y saben de la existencia de este grupo
y de sus acciones".