CRÓNICA DE UN ROBO ANUNCIADO
La banda Peirano: de tal palo tal astilla
Por Carlos Peláez /SURMEDIA.COM
No son ladrones comunes, se nota en la elegante campera de gamuza o en el sobretodo
de cashmere que lucen con distinción a pesar de que viajan apretados
en una camioneta policial y no en una 4 x 4 japonesa como estaban acostumbrados.
Tampoco iban a una reunión de "negocios" o a una fiesta de
sociedad dónde todos querían aparecer con ellos en las páginas
de El País. Dante y Jorge Peirano Basso debieron responder por primera
vez ante la Justicia por un fraude reiterado contra quienes les confiaron sus
dineros. Ahora la gente que los espera en la calle no quería saludarlos
sino gritarles ..."ladrones, hijos de puta, devuelvan la plata"...
Hace dos meses ser un Peirano era un símbolo de estatus; hoy es un estigma.
En el siguiente informe sepa por qué nada debería sorprendernos.
En realidad, de tal palo, tal astilla.
Los hermanos Jorge, Dante y José Peirano Basso están en prisión
desde el miércoles pasado. Fueron procesados por administración
fraudulenta de una sociedad anónima y en el caso de José, se incorporó
además el delito de "asociación para delinquir". Son
los presos más "paquetes" de la Cárcel Central. Pero
todavía falta Juan, el hermano mayor, y el padre de todos, Jorge Peirano
Facio, acusado en Paraguay como "cabeza" de los banqueros estafadores.
En 1971, el profesor Vivian Trías publicó su libro "Imperialismo
y rosca bancaria en Uruguay", en el que examinaba los vínculos entre
banqueros, dueños de la tierra y el poder político.
Los cuadros de relaciones que revela el autor Trías muestran nombres
conocidos, entonces y ahora, estrechamente asociados al poder, además
de los parentescos entre sí, que permitirían entender mucho de
lo que ha ocurrido por estos días. Ahora, como hace 31 años, el
apellido Peirano era símbolo de poder y también de escándalo
financiero.
En 1971, los hermanos Juan y Jorge Peirano Facio, vaciaron al Banco Mercantil,
el más importante de la época, con un procedimiento similar al
que luego emplearan los hijos del segundo para vaciar a los Bancos Montevideo
y Caja Obrera.
Sobre estos, la abogada Hebe Martínez Burlé, defensora de ahorristas
paraguayos y uruguayos perjudicados por el Banco Montevideo, dijo que "se
han robado la credibilidad del sistema financiero con la ayuda de las autoridades".
Casi lo mismo que sostenía en 1971, el Senador y caudillo nacionalista,
Wilson Ferreira Aldunate.
Aquellas lluvias
A fines de 1967 asumió el gobierno Jorge Pacheco Areco, elegido como
vicepresidente para el gobierno del general (r ) Oscar Gestido, quién
había asumido el 1º de marzo de ese año. Todos sus ministros o
subsecretarios eran dueños o accionistas de Bancos. Peirano Facio, vinculado
al Mercantil, fue nombrado subsecretario del Ministerio de Industria y Comercio
que estaba a cargo de Horacio Abaddie Santos, vinculado al Banco de Crédito.
Pero en Trabajo y Seguridad Social se desempeñaba el abogado Enrique
Véscobi, vinculado a la Caja Obrera y al Mercantil, quién a mediados
de los 90 como presidente del Grupo Bosque de Punta del Este denunció
que la construcción del nuevo aeropuerto del balneario, cuyo concesionario
principal es el Grupo Peirano, afectaba al medio ambiente, hasta que Peirano
lo contrató como asesor legal de sus empresas.
En el mismo tiempo los Peirano, Jorge y Juan, eran poseedores de 38.000 acciones
del Banco Comercial. Por allí se vinculaban al grupo Braga Salvañac,
uno de cuyos más conspicuos integrantes era Enrique Braga, ex Ministro
de Economía durante el gobierno de Luis Alberto Lacalle.
En el Mercantil, Peirano era socio del denominado Grupo Sanguinetti, cuyas cabezas
principales eran Carlos y Jorge Sanguinetti. Jorge vinculado a la lista 15 de
Jorge Batlle y Carlos, Presidente entonces, del Banco Central del Uruguay. No
se cuidaban mucho las formas.
Ministro de Ganadería era Juan María Bordaberry, padre del actual
Ministro de Turismo, Pedro Bordaberry, que luego se convirtió en dictador.
En cambio Pedro llegó a ser abogado del matutino El Observador, propiedad
de un hijo de Juan Peirano Facio, que en principio no se vincula a la estafa
actual.
Por supuesto que ya entonces aparecía el abogado Ramón Díaz,
quién en sucesivos altos cargos oficiales vinculados a la política
económica, también representaba los intereses de la Banca estadounidense.
En el Ministerio de Comunicaciones y Turismo se desempeña el ingeniero
José Serrato, actualmente uno de los más importantes accionistas
y director de la Sociedad Televisora Larrañaga S.A., propietaria de Canal
12.
Estas vinculaciones económicas, políticas y familiares, son un
dato importante para entender como las situaciones pueden reproducirse.
Estos lodos
En aquellos años no existía la banca "offshore", sin
embargo los banqueros habían encontrado en las "financieras"
una forma de evadir impuestos y fugar capitales.
Trías relata que en enero de 1970, el Senador Ferreira Aldunate, denunció
en el Senado al Directorio del Banco Central por la autorización precaria
para el funcionamiento de la Financiera Velox en Punta del Este. Ocurre que
las financieras estaban prohibidas por ley, pero al frente de la Velox figuraba
el hijo del Presidente del BCU, a la sazón, Carlos Sanguinetti y el yerno
de uno de sus vocales, Daniel Rodríguez Larreta, director del diario
El País, hasta su fallecimiento.
En 1965 quebró el Banco Transatlántico y como efecto dominó,
provocó el quiebre de 34 de los 38 Bancos que funcionaban entonces.
El 2 de abril del 71, el Estado intervino al Mercantil. En una memorable jornada
parlamentaria – según Trías – desarrollada entre el 15 y el 16
de abril de ese año, "Wilson puso al desnudo no sólo los
entretelones de una estafa gigantesca y de una inmoralidad impúdica en
la conducción de la cosa pública,
sino también los cimientos carcomidos, putrefactos, caducos de todo el
sistema que asfixia al país".
En el Parlamento se demostró que Jorge Peirano Facio desde el Ministerio
de Industria, apoyó al Banco Mercantil presidido por su hermano Juan,
ya que el 18 por ciento del total de las exportaciones del país pasaron
por ese Banco.
Todos los "malos negocios" de la época estaban en manos de
los Peirano. Trías afirmó que "el Mercantil se movía
monopolizando negocios a la vez que realizaba operaciones especulativas. Por
orden de Carlos Sanguinetti el Banco no fue inspeccionado ni una sola vez desde
el final de la huelga bancaria de 1969 hasta su liquidación en 1971.
En cambio lo asistió con algo más de 2.900 millones de pesos de
la época, cuando el capital y las reservas del Mercantil apenas alcanzaban
los 700 millones de pesos.
Las garantías que presentó eran incobrables. Por ejemplo uno de
los documentos pertenecía a la arrocera Arrozal 33, cuyos propietarios
Carlos y Eduardo Sanguinetti, eran también accionistas del Mercantil.
Cuando lo intervino el Estado la deuda llegaba a 3.176.500.000 pesos de la época
y a sus corresponsales en el exterior les debía 18 millones de dólares,
es decir, el 20 por ciento de la deuda de la banca privada con los no residentes.
Uruguay tenía como reserva un total de 98 millones de dólares.
Hay un increíble paralelismo de hechos y cifras con la estafa cometida
recientemente por el mismo Grupo: ahora también deben – porque fugaron
o desviaron a sus empresas – aproximadamente el 20 por ciento de las reservas
con que contaba el país en diciembre del 2001.
Banqueros y políticos
Las cifras no son el único paralelismo entre aquél y éste
fraude. Entonces gobernaban los colorados, igual que ahora; el poder de decisión
estaba en manos de la 15, igual que ahora; un hombre de ese sector vinculado
a negocios pocos claros presidía el BCU, igual que quién lo presidía
hasta hace dos semanas.
"La culpa no es del chancho, sino de quién le rasca el lomo",
afirma un dicho popular. Aunque en esta historia, aún no se sabe quién
es el chancho y quién el rascador.