23 de agosto del 2002
El Hombre más poderoso de Colombia
Hernando Calvo Ospina.
Todo indica que Colombia es una neocolonia. Puede ser un poco más
o menos que las otras naciones de América Latina -a excepción
de Cuba, bastión de dignidad en el Continente- pero Colombia se asemeja
demasiado a una neocolonia.
No es un intento personal de blasfemia. No. Lo ha dicho, sin mencionar la palabra,
Semana, la revista más vendida del país y portavoz de poderosos
sectores de la oligarquía.
"Los 40 más poderosos de Colombia.. Quienes son las personas que más
influencia ejercen sobre la vida de los colombianos", es el título
de portada y del artículo central en una edición de octubre del
2001, que apenas descubrí en estos días. Hasta donde sé,
el extenso artículo no tuvo repercusiones a pesar de dejar clarito que
Colombia está convertida en una especie de moderna neocolonia estadounidense.
O sea que para todos se ha vuelto normal que el "hombre más poderoso
de Colombia" no sea uno de esos multimillonarios de nuestra rancia aristocrácia,
cuya cédula de identidad certifica como nacido en Mi país. No.
Semana, sin asomos de verguenza y como si fuera normal, reconoce que
es George W. Bush, un texano presidente de Estados Unidos de Norteamérica.
De forma curiosa, o realista, el segundo lugar se lo adjudica al comandante
de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) el legendario guerrillero
Manuel Marulanda Velez. En el tercer puesto ya aparece el presidente de aquel
entonces, Andres Pastrana. Como cuarto poderoso está el comandante del
ejército colombiano; el quinto lugar se le asigna al jefe de los grupos
paraestatales, también conocidos como autodefensas o paramilitares, el
narcotraficante y terrorista Carlos Castaño. Ahora, no sólo Bush
es el mandamás en Colombia, título que se lo ha ratificado y con
aplausos el nuevo presidente Alvaro Uribe Vélez, Semana también
deja saber que existen otros estadounidenses con mucho poder sobre el destino
de Colombia y los colombianos. Estos son: El subsecretario de Estado para asuntos
políticos, el subsecretario de Estado para Asuntos antinarcóticos,
la embajadora en Bogotá, el jefe de Misión del Fondo Monetario
Internacional, el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (aunque
español, la institución la maneja Washington), el jefe de la Reserva
Federal, el presidente del Subcomité de Operaciones Internacionales del
Senado, y el presidente de la Cámara de Representantes. Casi nada. Y
para cerrar con el broche dorado de la ignominia, Semana asume que la
segunda "institución" más "poderosa", después
de la presidencia colombiana, es "El gobierno de Estados Unidos".
Dice textualmente la publicación: "En la Colombia de hoy el personaje
mas influyente no es un colombiano. El gobierno de EEUU, que sigue la línea
del jefe de la Casa Blanca, determina la estrategia de conducción de
la guerra en este país a través del Plan Colombia. No sólo
aporta gran parte de la artillería militar (helicopteros, armas, etc…)
sino la asesoría técnica y logística. Tanto el Pentágono
como el Congreso de EEUU influyen sobre las decisiones que tienen que ver con
las personas que conducirán la guerra, con los sectores bélicos
que se fortalecerán […] Su influencia se extiende a multiples
áreas como la justicia, el tema penitenciario, las aduanas y el área
comercial…".
Si usted busca en cualquier diccionario la palabra "neocolonia", encontrará
que lo fundamental para que una nación sea definida como tal, acaba de
ser citado.
Y si nos descuidamos con Uribe Vélez, la mayoría de colombianos
terminaremos teniendo el nombre y los apellidos como única propiedad
a llevar con soberanía y dignidad.
© Hernando Calvo Ospina.
Periodista y escritor colombiano residencia en Europa.
Agosto 2002
hcalvospina@hotmail.com