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Latinoamérica

La obra de Omar Torrijos

Octavio Ochoa Guillén

Con motivo de cumplirse hoy, 31 de julio, 21 años de la muerte del general Torrijos, queremos recordar su vida y sus obras. Sin lugar a dudas Omar Torrijos Herrera será recordado para siempre, porque su nombre está grabado en los tratados del Canal. Desde que asumió el poder en febrero de 1969, demostró que su intención era dejarnos una patria libre, sin tropas extranjeras, sin gobernador en la Zona, con "una sola bandera y un solo territorio". Sus adversarios políticos tratan de ocultar la inmensa obra realizada por este hijo humilde de Veraguas, sin apellido oligarca, ni de abolengo, porque no pertenecía a la gran alcurnia y alta prosapia, pero sí está grabado en el alma de la Nación panameña.
Consolidó un liderazgo personal que lo llevó a presentar nuestra lucha de reivindicación soberana en los países del Tercer Mundo, en los países no alineados en SriLanka, en Europa. Omar Torrijos se reunió con todos los líderes mundiales: Yossi Bross Tito, en Yugoslavia; Omar Kadafi, en Libia; Yaser Arafat, en Palestina; Felipe González, en España; François Mitterrand, en Francia. Logró convocar al Consejo de Seguridad en nuestro país en 1973.
Todos sus miembros, a excepción de EU e Israel, nos apoyaron. Los tratados Torrijos-Carter nos devuelven un territorio que nos había sido arrebatado por EU, aprovechándose de la necesidad que tenía nuestro país de separarse de Colombia, y de nuestra condición indefensa militarmente hablando. No niego que debemos agradecer que el Canal fuera construido en nuestro suelo, y que EU jugó en esto un papel importante, pero también es cierto que nunca nos trató como a un socio o aliado de confianza. No le dio a los panameños un trato justo como seres iguales, si no acuérdense del Silver Roll y el Gold Roll. Si el Canal se hubiera construido por Nicaragua, de seguro nosotros no hubiésemos alcanzado el desarrollo y progreso que tenemos hoy en día. A lo mejor hubiésemos seguido bajo el dominio colombiano que tanto nos arruinó.
El logro de Omar Torrijos reside en su personalidad como dirigente, en su habilidad negociadora. García Márquez lo bautizó como un híbrido, un hijo de tigre con mula. Astuto como un tigre y terco como una mula.
También es cierto que la lucha por el Canal fue generacional, pero Torrijos fue el único mandatario que logró lo que no pudieron otros presidentes: panameñizar el Canal.
Muchos panameños que no han hecho nada por este país critican la obra de Torrijos. Dicen que endeudó al país en 6 mil millones de dólares, pero no dicen que recuperó más de 30 mil millones que vale el Canal con las áreas revertidas y 200 millones anuales que recibe el país por el uso del Canal. Torrijos, con becas del IFARHU, graduó a muchos maestros para erradicar el analfabetismo; abrió caminos de penetración por todos los campos del interior, donde inclusive hizo desaparecer las carretas. Su liderazgo y poder de convicción consistía en su manera de hablar, sencillo, pero directo.
Con el dinero de los préstamos, Torrijos construyó el Gimnasio Nuevo Panamá, el Estadio Revolución, el Aeropuerto de Tocumen, Atlapa, el edificio de La Lotería, la autopista de Panamá-La Chorrera; creó el Puerto Pesquero de Vacamonte, el oleoducto en Chiriquí, el Centro Bancario Nacional; construyó Cemento Bayano, el Ingenio La Victoria; estatizó lo que era la Compañía Fuerza y Luz, creando el IRHE y el INTEL; creó el Banco de Desarrollo Agropecuario, el MIDA, el Ministerio de Planificación y Política Económica, el Instituto de Mercadeo Agropecuario; hizo el Ingenio Felipillo, las hidroeléctricas de La Yeguada y Bayano, la DIGEDECOM; amplió la Zona Libre de Colón, el IFARHU, el INDE, la piscina Patria, etc. Torrijos se merece una estatua en el cerro Ancón, porque fue diseñador de un moderno Estado nacional.
Dedicó tanto tiempo al servicio nacional que desatendió a su familia, con quienes no pasaba el tiempo libre, hasta conseguir erradicar lo que llamó la Quinta Frontera. Omar Torrijos se convirtió en un símbolo de una lucha e hizo que a Panamá se la conociera en todo el mundo, porque muchos en el extranjero ni siquiera sabían quién era el verdadero propietario del Canal. Torrijos llegó al poder para dejar un gran legado a su pueblo y por eso la mayoría de los panameños lo escogió recientemente como el líder del siglo XX.
Para mí fue un gran estadista, con el orgullo en su pecho y la dignidad en la frente; con una voluntad de hacer, más grande que su silueta, por eso, con la frente en alto bajó tranquilamente al sepulcro.
La historia es testigo de que entre más avanza el tiempo, más se agiganta su obra. Dedicó su vida a la lucha por la soberanía nacional, por el rescate del orgullo y la dignidad de los panameños, precisamente contra el poder imperial de Estados Unidos.
Los que publican infamias contra Omar lo hacen para dañar la figura cada vez más popular de su hijo Martín Torrijos, quien no pretende llegar a la Presidencia basado en los méritos de su padre, sino por sus propios méritos como un gran dirigente.
Ya Omar escribió su historia con la tinta imborrable del patriotismo y la dignidad; sin duda Martín escribirá la suya, en otra época y en otras condiciones históricas.
Omar logró un tratado basado en pura negociación, sin exponer ni una sola vida panameña en una guerra con Estados Unidos. El mismo lo dijo: si vamos a una guerra "nosotros ponemos los muertos y ellos ponen las balas". Ojalá algún día se aclare su muerte y que los responsables paguen por este magnicidio, porque su muerte no fue un accidente.
Quiero en esta fecha, como panameño agradecido, hacerle un homenaje de reconocimiento a este ilustre ciudadano, a quien además considero mi guía espiritual, por lo que hizo por el país.

El autor es ciudadano panameño