26 de agosto del 2002
Editorial de Liberación
La crisis uruguaya y el Frente Amplio
Liberación
Latinoamericanos preocupados le preguntan frecuentemente a sus amigos
uruguayos si el pequeño país sudamericano no acabará finalmente
sumido en una crisis política similar a la de Argentina. La mayoría
coincide de que Uruguay está aquejado seriamente del mismo mal y que
éste no se deriva de un contagio trasmitido por su vecino platense, sino
que sí mismo es portador del destructor virus inoculado por el neoliberalismo
capitalista. Pero nadie tampoco se anima a vaticinar a dónde irá
a parar el país, gobernado por una alianza de colorados y blancos presididos
por un Ejecutivo totalmente vendido a Estados Unidos y al Fondo Monetario Internacional.
Para el Frente Amplio, única opción de gobierno diferente que
le queda al pueblo uruguayo, el bloque en el poder "gobierna contra el pueblo
y el interés nacional y vacía alarmantemente la democracia, cuando
lo que tendríamos que tener los uruguayos es un gobierno patriótico,
de mayorías nacionales y reconstrucción del país "como
lo consignaba en una declaración en la que se proponían además
11 medidas para salir de la crisis.
Vale la pena detenerse en algunos aspectos del diagnóstico que hace el
FA uruguayo, como cuando señala que el país ha sufrido un ataque
especulativo y de fuga de capitales que fue favorecido por acciones del mismo
gobierno de Batlle, que trajeron la pérdida y en la confianza y en la
credibilidad del sistema financiero y de sus propios organismos estatales, en
especial el Banco de la República y el Hipotecario, (pilares para un
futuro desarrollo de un programa de gobierno frentista), y favoreciendo en cambio
el desarrollo de la banca privada trasnacional. A lo que se ha unido la entrega
de empresas públicas a la iniciativa privada; el desmantelamiento del
Estado, después de los compromisos que el gobierno firmó con el
FMI.
Señalan los frenteamplistas, que si bien el gobierno cuenta actualmente
con el apoyo de Estados Unidos y de los organismos financieros internacionales,
las encuestas de opinión internas indican que sólo un 16% de los
ciudadanos apoyan la gestión del gobierno colorado-blanco de Jorge Batlle.
Para el FA, (que sigue liderando hoy las preferencias de los ciudadanos en las
encuestas), hay que seguir profundizando la oposición popular a este
gobierno entreguista, pero al mismo tiempo plantearse una salida a la crisis
y ofrecer soluciones urgentes. Para eso presentó esta semana un paquete
de propuestas que abarcan la reactivación económica productiva
y la creación de empleos; creación de créditos y renegociación
de deudas; volver a discutir la política salarial; control de precios
de los productos de la canasta familiar; fiscalizar el sistema financiero; crear
un plan de Emergencia Social; aumentar los recursos de los hospitales públicos
y servicios primarios de salud; defender la banca pública; compensar
a los pequeños ahorristas estafados o endeudados en dólares; desdolarizar
progresivamente la economía nacional; fomentar el ahorro desestimulando
la fuga de capitales y levantar el secreto bancario. Estas, entre otras, serían
las más importantes medidas a tomar.
De lo que se trata es de resistir a este gobierno, y seguir avanzando fortaleciendo
la oposición y un consenso nacional hacia un cambio de situación
en el 2004.
El tiempo dirá si el FA y el pueblo uruguayo pueden alcanzar ese objetivo,
o si al profundizarse la crisis económica, estallará el andamiaje
político, disparándose entonces como la Argentina el caos social.