25 de agosto del 2002
El Ejército colombiano asesina a sangre fría
a cinco campesinos y afirma que eran guerrilleros
Sincelejo (Del corresponsal de Voz)
El 30 de julio del 2.002 cinco campesinos se encontraban caminando normalmente
cuando fueron detenidos por el Ejército, llevándoselos para el
matadero. Luego, el Ejército llamó a la policía del municipio
quienes se trasladaron al lugar y de repente se escuchó una balacera.
Entre el Ejército y la policía asesinaron a los retenidos. Los
trasladaron luego a Corozal, a pesar de la oposición de los familiares
y la comunidad de Ovejas. En la morgue los vistieron como guerrilleros.
El 31 de julio en la prensa hablada y escrita a nivel nacional se difundió
la noticia: En el municipio de Ovejas, en el sitio conocido como Platanalcito,
fueron dados de baja cinco guerrilleros del Frente 35 de las FARC, en momentos
en que pretendían montar un retén ilegal.
Efectivamente, fueron asesinadas cinco personas: Adán Segundo Márquez
Medina, de 17 años; Jair José Rojas Ferreira de 20 años;
Guido Antonio Rivera Vital, de 14 años; Mauricio Rafael Márquez
Contreras, de 18 años y Fray José González Cárdenas,
de 20 años.
El 30 de julio del 2.002, las personas citadas se encontraban a las 6:30 p.m.,
en Ovejas, en la bomba ubicada en la salida hacia el Carmen de Bolívar.
Estaban caminando normalmente cuando fueron detenidos por el Ejército,
llevándoselos para el matadero, lugar que se encuentra al lado de la
bomba. Luego, el Ejército llamó a la policía del municipio
quienes se trasladaron al lugar y de repente se escuchó una balacera.
Entre el Ejército y la policía asesinaron a los retenidos. Los
trasladaron luego a Corozal, a pesar de la oposición de los familiares
y la comunidad de Ovejas. En la morgue los vistieron como guerrilleros. Se pudo
comprobar que los disparos se los hicieron por la espalda. Las víctimas
eran personas de bien nativas de Ovejas y algunos estaban estudiando. Los familiares
de las víctimas y la comunidad local han condenado estos asesinatos y
señalan de los crímenes al Comandante de la Unidad Militar de
la Primera Brigada de Infantería de Marina, con sede en Corozal.
En Ariari, Puerto Rico y Yondó
También denunciaron los habitantes del Alto Ariari en el departamento
del Meta y del municipio de Puerto Rico (Caquetá), que los paramilitares
han venido amenazando y cometiendo actos de hostilidad contra los civiles, sin
que se presente la menor reacción de la Fuerza Pública para protegerlos.
En Puerto Rico, aseguran, los paramilitares se instalaron cerca del comando
de la Policía y de la Base del Ejército, lo cual pone en peligro
a los habitantes en caos de un ataque de la guerrilla.
En el Meta, desde el 2 de agosto pasado, los paramilitares se tomaron el corregimiento
de Puerto Esperanza, obligando a los habitantes al desplazamiento. Igual ocurrió
con los caseríos vecinos. Los helicópteros y aviones militares
sobrevuelan la región pero no combaten a los paramilitares, más
bien los protegen, dicen los vecinos de lugar, porque tan pronto aparece la
guerrilla se produce el ataque aéreo contra esta. Los bombardeos indiscriminados
son contra las posiciones de la guerrilla y ponen en peligro la vida de los
civiles que viven en la región.
Los habitantes del Alto Ariari se quejan "que es inaudito que la tropa no haya
llegado hasta Puerto Esperanza desde el 2 de agosto, siendo que está
bastante cerca, pues se halla instalada en la cabecera del municipio de El Castillo".
También advierten que a pesar que la situación es de extrema peligrosidad
y tensión, como que centenares de personas están en peligro de
ser amenazadas, ningún medio de comunicación ha informado del
drama que padecen. Solicitan la intervención de la Cruz Roja y dela Defensoría
del Pueblo.
En San Francisco (Yondó) los paramilitares provocaron el desplazamiento
de la población, al tiempo que amenazaban a sus habitantes, señalados
de colaborar con las FARC y el ELN. El Alcalde de Yondó, de manera sospechosa,
negó la incursión paramilitar denunciada por los campesinos de
la región.