El Real cae en lo real Frei Betto
Servicio Informativo "alai-amlatina
ALAI-AMLATINA, 19/08/02, Sao Paulo. Después de ocho años de gobierno
de Fernando Henrique Cardoso (FHC), yo esperaba que Brasil llegaría sin
turbulencias al puerto de las próximas elecciones presidenciales. No
obstante, hay nubes cargadas en el horizonte del país. El dólar
se disparó, amenazando con el retorno de la inflación y revelando
la fragilidad del Plan Real. Se comprueba, así, que la divulgada estabilidad
de la moneda es más un artificio político que fruto de una eficiente
ingeniería económica. El Real cae en lo real: felizmente, para
el futuro presidente, la cuerda se rompió en el actual gobierno.
No bastó que la casa quedara destejada por los vientos especulativos,
vino el Tío Sam y escupió a la familia: Paul O´Neill, secretario
del Tesoro de Estados Unidos, tildó a nuestro gobierno de corrupto, acusándolo
de desviar inversiones extranjeras hacia cuentas bancarias en Suiza.
Aunque se haya retractado, O´Neill demuestra que el gobierno de Bush alimenta
solemne desprecio por Brasil y América Latina. Y, miope, no percibe que
está hablando de cuerda en casa de ahorcado. En los últimos meses,
grandes empresas estadounidenses vieron reveladas al público sus operaciones
fraudulentas. Ni las actividades empresariales del presidente y vicepresidente
escapan de la sospecha de haber utilizado artificios sospechosos para valorizar
sus acciones en la Bolsa de Valores.
El gobierno de FHC optó por mantener a Brasil en la Unidad de Terapia
Intensiva (UTI) del sistema financiero internacional, sometido a constantes
transfusiones de capital especulativo. Solo que el enfermo da más sangre
de lo que recibe: en 2001, Brasil exportó 55 mil millones de dólares.
Hasta diciembre, debe pagar, solo por concepto de intereses, 13,109 mil millones
de dólares.
El médico, el doctor Malan, quiere más transfusiones, como si
durante todo el período electoral el enfermo sufriese de anemia crónica.
En 1998, vinieron 41 mil millones de dólares para asegurar la reelección
de FHC. Pero después de cada transfusión el enfermo queda más
debilitado, pues nada es gratis, cuesta caro y deberá ser cancelado,
como predice Tancredo Neves, con la sangre de los brasileños.
O´Neill, con su desatino verbal, solo agravó el nerviosismo del mercado,
que ya andaba irritado con las declaraciones piromaniacas de Ciro Gomes de que,
si es electo, pondrá fin a la farra de las cuentas CC-5, que facilitan
el envío de dólares al exterior. Por esas cuentas, solo en junio
hubo una evasión de 605 millones de dólares. Del 1 al 22 de julio,
la fuga llegó a 1,078 mil millones.
En medio de la tempestad, el ministro Malan insiste en recurrir al socorro rápido
del FMI para obtener más inyecciones de capital, ya que la salud electoral
de José Serra, candidato del gobierno está de tal modo deteriorada
que no inspira confianza en los inversionistas. Pero el socorro rápido
exige un cheque-garantía: las reservas monetarias del país, reducidas
a 27,290 mil millones de dólares en junio. Con menos de 15 mil millones
en caja, el paciente se queda en la calle. Afligido, el doctor Malan pide clemencia,
quiere el piso reducido a 11 mil millones, pues solo así dará
paso a la ronda financiera, y continuará jugando 50 millones de dólares
por día en el mercado para regular el tipo de cambio.
Sucede que el hospital no trata a sus pacientes con imparcialidad. Estados Unidos
es su principal accionista. Controla el 17,11% del capital del FMI, lo suficiente
como para hablar más alto que todos los otros accionistas. Incluso así,
Malan tiene fe en el carácter multilateral de la institución.
Pues sabe que si el paciente Brasil no resiste el permanente rastrillaje en
el surco de su deuda e(x)terna, el problema no será de este gobierno,
sino del próximo. Como en la Argentina, donde De la Rúa enterró
lo que el gobierno de Menem estranguló.
El secretario del Tesoro de Estados Unidos puede ser un desastre, pero está
bien informado. Gracias a la Ley Anti- bureau, conoce todos los movimientos
de capital en el mundo. Y debe estar preguntándose ¿por qué Brasil
pide auxilio al FMI, si hay tanto dinero saliendo de aquí para el exterior?
Al recurrir una vez más al FMI, nuestro país seca el suelo, mientras
la lluvia se escurre por el techo agujereado.
En otro tiempo consideré a la economía una ciencia. Después,
descubrí que es una ideología dotada de un fuerte fetiche religioso.
¿Por qué Brasil no puede levantarse de la cama, dejar la UTI y caminar
con sus propias piernas? ¿Por qué esa dependencia crónica el capital
especulativo? El país no cree en sus propios recursos y, por eso, no
invierte en ellos. Sobre todo en los recursos humanos. Basta verificar la mala
calidad de nuestra educación, en particular la que es ofrecida por el
poder público.
El miedo del actual equipo económico, que mantiene los intereses al 18%,
es que Serra no sea electo, y que el próximo gobierno demuestre que Brasil
es capaz de caminar, y mucho mejor, con sus propias piernas. En octubre 2001,
Malan previó que en este año, Brasil crecería al menos
un 4%. La proyección media es ahora de 1,93%. Pero, mejor administrado,
tiene potencial para crecer al menos en un 5% anual, sin romper acuerdos internacionales
o faltar al pago de deudas, pero revisando las privatizaciones irresponsables,
como la del sector energético; aumentando las inversiones productivas;
reduciendo el desempleo y expandiendo las exportaciones hacia nuevos mercados.
Y fortaleciendo nuestra soberanía, impidiendo el control de la Base de
Alcántara por Estados Unidos y la entrada de nuestro país en el
ALCA que significa la libre injerencia de la Casa Blanca en los negocios internos
de los países de América Latina.
Anne Krueger, directora del FMI, estuvo hace días en Brasil y exigió
a los candidatos presidenciales un compromiso anticipado con el Fondo. Quien
no se hace respetar escucha desafueros como este. Felizmente la urna no muere
de amor por el mercado.
(Traducción libre de ALAI, del original portugués)