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Evo Morales
Una lucha insobornable
Marina Menéndez Quintero
Por primera vez en la historia antigua y reciente de
América Latina, un luchador social, un auténtico líder
campesino como él, se halla a un paso de la presidencia. Nunca ha estado
tan cerca de ser mandatario un hombre tan humilde...
Modestísima en recursos, coartada en la televisión y en los grandes
medios, su campaña electoral fue, sin embargo, la más convincente,
extensa y enjundiosa. Le dieron el voto en las urnas los mismos que representó
durante más de una década de lucha por sus derechos.
En opinión de algunos, el escalón que le separa de la primera
magistratura en Bolivia podría resultar aún demasiado alto: su
elección depende ahora del voto de un Congreso fragmentado en diversas
fuerzas políticas.
Llegará o no. Pero rechaza las alianzas, porque de algo está seguro
Evo Morales: El voto digno del pueblo no se negocia.
En los tiempos que corren, no deja de sorprender la verticalidad de una actitud
que cualquier analista podría interpretar como atinada estrategia: evitar
componendas o compromisos con fuerzas distintas que le maniaten o le impongan,
si llega a gobernar.
Pero la reacción del denominado "líder cocalero" tiene que ver,
esencialmente, con convicciones propias que enuncia con la sencillez y la sabiduría
de sus ancestros: "Esta lucha permanente la hemos llevado adelante bajo la cultura
de ser insobornables, inclaudicables".
Es persona que sabe del sufrimiento de su mayoritario y relegado pueblo indígena.
Cuatro de los siete niños que parió su madre murieron antes de
cumplir el primer año de vida. "Solo sobrevivimos tres. Ester, mi mayor,
y mi hermano Hugo Morales."
Los observadores que hoy hacen noticia de su figura, le describen como un hombre
que desdeña los conciliábulos tras bambalinas y los espacios cerrados;
prefiere, dicen, dar la pelea en las calles.
Y parecen tener razón. Casi al tiempo que la Corte Suprema Electoral
confirmaba, este viernes, su segundo lugar en los comicios presidenciales de
hace dos semanas en Bolivia, JR le "halló" al frente de una multitud,
en una céntrica avenida de La Paz.
"Estamos en una marcha contra la venta del gas a Estados Unidos y contra las
transnacionales que se adueñan de nuestros recursos", se escuchó
la voz de Zoraya, una de las dirigentes del Movimiento al Socialismo (MAS).
"Llámelo en dos horas".
Es gente de palabra. Dos horas después, Evo Morales esperaba junto al
teléfono.
PERDER EL MIEDO
—¿A qué atribuye la amplia votación que obtuvo, contra todos los
pronósticos?
—El pueblo boliviano, especialmente las víctimas del neoliberalismo y
quienes tienen sentimientos revolucionarios, se sumaron al Movimiento al Socialismo
(MAS), para sorprender en estas elecciones nacionales. Aquí ha sido muy
importante la honestidad, la humildad. El respeto al pueblo boliviano. Y, sobre
todo, ser consecuente con la lucha antiimperialista.
—¿Qué dice la gente?
—Hay una gran satisfacción dentro de todos los bolivianos y fundamentalmente,
en el movimiento popular. En especial, las bases campesinas. De tres o cuatro
diputados que teníamos ahora sumarán cerca de 40, y somos la segunda
fuerza política en el Senado, en la Cámara de Diputados y segunda
fuerza política, por los votos.
"Una campaña dirigida y manipulada desde la Embajada de Estados Unidos,
hizo creer que la Nueva Fuerza Republicana era la primera fuerza política.
Sin embargo, quedó en tercer lugar por los votos y, en cuanto a asientos
parlamentarios, en el cuarto puesto.
"Imagínese que en las encuestas nunca nos tomaron en cuenta ni para un
tercer lugar. Nos ubicaban apenas con el diez por ciento y en el cuarto o quinto
escaño. Por eso ahora ha sido una gran sorpresa que el MAS haya terminado
segundo.
—¿Cómo usted calificaría al MAS: un movimiento social o político?
—¿El MAS?, como un movimiento social. Un movimiento donde hay participantes
de muchas luchas sociales volcados a las elecciones nacionales. Por eso, uno
de nuestros slogans fue "De las protestas a las propuestas". El MAS, representa
hoy a todos los movimientos sociales que luchan contra el neoliberalismo.
—¿Qué será lo primero que haga usted si es presidente?
—Convocar a una Asamblea Popular Constituyente para refundar el país.
Las organizaciones sociales, legítimas, las fuerzas vivas de Bolivia
deben implantar una Asamblea Nacional Constituyente para acabar con la mafia
política.
—Usted fue el primero en afirmar que no aceptaría alianzas a pesar
de que en ello le va la posibilidad misma de llegar a la presidencia. ¿Por qué
lo ha hecho?
—Los votos del MAS son por "Evo presidente". Ese voto digno no se negocia. Y
si no se da esa figura, con toda seguridad vamos a gobernar desde el Parlamento
nacional.
—¿Cómo cree que se moverán las cosas en el Congreso? Paz Zamora,
líder del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), había
ofrecido al MAS sus votos, pero ahora dice que no...
—Con esa posición, el MIR solo está permitiendo que los representantes
del neoliberalismo, como el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) de
Gonzalo Sánchez de Lozada, tengan campo abierto para ser llegar a la
presidencia a partir del seis de agosto.
"De todas formas, yo quiero decir que el MIR está dividido. He recibido
informaciones de que hay quienes quieren apoyar al MAS."
—¿Qué cambios buscaría en las leyes bolivianas con esa Constituyente?
—Los que permitan verdaderas reformas económicas. A estas alturas, se
ha visto y hemos visto que el neoliberalismo no es ninguna solución.
Ahora nos toca a los pueblos poner en práctica empresas autogestionarias,
colectivas; asociaciones para resolver nuestros propios problemas, y garantizar
la producción agropecuaria, que es fundamental en Bolivia. Este es un
trabajo de cambio total, y estamos abocados a organizarnos ya para poder asumir
la conducción del país. Tenemos grandes posibilidades de tomar
el gobierno.
—No será, desde luego, empresa fácil...
—Es importante la participación de analistas y técnicos si llegamos
a la presidencia. Pero desde ese marco, no hay miedo. He conversado con la Central
Obrera Boliviana, con la Confederación Sindical, con los Jubilados y
Rentistas de Bolivia, y han decidido y han asegurado que no van a permitir a
un vendepatria como Gonzalo Sánchez de Lozada, que subastó al
país, acceda al gobierno. He visto de cerca a la derecha, sobre todo
la empresa privada; mafiosa, diría yo de muchos de ellos: están
recusados moralmente."
—¿Contaría un eventual gobierno del MAS con el apoyo de los sectores
sociales?
—Sí, tenemos su total respaldo.
—De no llegar a la presidencia, ¿cuál será la postura que mantendrá
el MAS desde el Parlamento?
—Como somos parlamentarios del pueblo, desde el Congreso seguiremos defendiendo
a ese pueblo, presentando proyectos de leyes e interpelaciones al poder ejecutivo.
Le reitero que si no somos gobierno, gobernaremos desde el Parlamento nacional.
—¿Se mantiene en las prioridades la defensa de la hoja de coca?
—Desde luego. Hay que industrializarla con fines benéficos para la humanidad,
exportarla. Tenemos algunos países europeos dispuestos a comprar la coca
industrializada.
—A usted se le ha presentado a la opinión pública como un soliviantador,
un defensor de la droga, y por eso se le quitó de su fuero parlamentario...
¿Quién es, en verdad, Evo Morales?
—Vengo de una comunidad campesina, del ayllú aymará, y lucho por
el Chapare desde 1979-1980. En el 88 fui nombrado como ejecutivo de una de las
confederaciones del Trópico de Cochabamba. He sido ratificado permanentemente
como dirigente principal de su Federación. En 1997 fui nombrado diputado
nacional. Ahora, mi zona me eligió para candidato a presidente con un
87 por ciento, y para diputado, con 83 por ciento.
"Evidentemente, fui expulsado del Parlamento por defender los derechos humanos;
por defender los recursos naturales, como la hoja de coca. Pero eso ha dado
este resultado, que demuestra una derrota de las políticas antidrogas
de EE.UU. Este resultado electoral es parte también del poder de la la
hoja de coca y del poder de los quechuas y aymarás en Bolivia."
—El Embajador norteamericano Manuel Rocha, amenazó a la población
boliviana para que no votara por usted en estos comicios generales. Dijo que
si el MAS llegaba al gobierno, cortaría la "ayuda" a Bolivia...
—La información que tenemos es que la Embajada de EE.UU sabía,
según sus propias encuestas, que el MAS era la segunda fuerza política.
Y por eso mismo demostró su preocupación. Ahora andan buscando
que el Parlamento no vote por el MAS.
"Pero el resultado en las urnas demostró que el pueblo boliviano ha perdido
el miedo a la Embajada de EE.UU., y a esa clase de amenazas y chantajes.
—Hoy, ¿qué tendría usted que decirle a Manuel Rocha?
(Evo Morales, ríe).
—¡Gracias!
Estos fueron los principales resultados confirmados el sábado: Gonzalo Sánchez de Lozada (MNR), 22,46 por ciento; Evo Morales (MAS), 20,94; Manfred Reyes Villa (NFR), 20,914; Jaime Paz Zamora (MIR) 16,31.
REPRESENTACIÓN EN EL CONGRESO
Senado: MNR: 11; MAS, ocho.
Cámara: MNR: 25; MAS: 28
La Constitución boliviana no estipula segunda vuelta cuando ninguno de los candidatos obtiene más del 50 por ciento de los votos. En tal caso, decide el Congreso Nacional entre los dos aspirantes más votados. Si ninguno obtiene allí dos tercios de los votos parlamentarios, se otorga la presidencia al aspirante que más votos obtuvo en los comicios generales