Por Vladimir Villegas (Embajador de Venezuela en Brasil).

El acto realizado el pasado sábado 29 de junio en la avenida Bolívar, por los factores sociales y políticos que respaldan al presidente Hugo Chávez y al proceso de cambios, fue una formidable muestra de fuerza, empuje, organización y, sobre todo, de reafirmación de la fe que los sectores más humildes de nuestro país, cerca del ochenta por ciento de la población, tienen en la posibilidad de construir una patria libre de miseria, desempleo, desnutrición e inseguridad, en la cual todos tengamos cabida y la opción de ejercer a cabalidad todos los derechos y prerrogativas que nos otorga la Constitución de 1999, la única que ha sido aprobada por el pueblo en referéndum y luego de un intenso período de discusiones abiertas y democráticas.
Esta inmensa concentración en la avenida Bolívar envía claros mensajes a nuestro país y al mundo. En primer término permite evaluar el elevado nivel de respaldo popular al jefe del Estado, Hugo Chávez Frías, puesto en duda por una oposición que si bien es respetable ha pretendido borrar de un plumazo tan clara realidad. Pese a que pretendan restarle méritos a la concentración chavista del pasado sábado, muy en privado seguramente estarán sopesando lo ocurrido para redefinir sus estrategias, porque saben que no es lo mismo enfrentarse a un gobierno débil que a uno con un importantísimo apoyo en la calle.
Ciertos sectores opositores se repiten a sí mismos, y sin creerlo en verdad, que la avenida Bolívar se llenó a punta de real. Cada ladrón juzga por su condición. Por cierto, me gustaría ver las facturas de los gastos en los cuales incurrieron los líderes opositores para promover en cuñas de radio y televisión sus movilizaciones.
¿O es que acaso no es legítimo sospechar que los alcaldes y gobernadores opositores pudieran estar "pichando" parte de sus presupuestos para financiar sus actividades? Así que, bien bueno que aclaren sus cuentas antes de achacarle a los demás sus posibles propios pecados.
Pero a escala internacional el acto de respaldo al Presidente también ha tenido sus efectos. La comunidad internacional ha podido captar, vía satélite, cómo miles y miles de personas mantienen su postura favorable a los cambios y a la posibilidad de transformación que encarna Hugo Chávez. Lo del pasado sábado es, nada más y nada menos, que una repetición de lo ocurrido en casi todo el país, pero particularmente en Caracas, el día 13 de abril, cuando los venezolanos salieron a la calle a solicitar la reinstalación del gobierno elegido democráticamente.
Creo que esta inmensa concentración es un buen antídoto frente a quienes sueñan con el golpismo y con la violencia A los que promueven una oposición radical, que sólo tiene como programa político la salida de Chávez, les envío una sugerencia, si es que la aceptan, y espero que sí. Está bien que no hayan tenido oídos para escuchar el mensaje del Presidente, pero no se tapen los ojos ante la realidad. Este gobierno y este proceso ahora es que tienen calle. No subestimen la voluntad de un pueblo