|
El ex militar favorito tiene como lema "no más
de lo mismo"
Bolivia: los desafíos
que enfrentará el próximo presidente
Una economía estancada desde hace tres años, que elevó el desempleo y subempleo al 40 por ciento, y cada vez más beligerantes movimientos indígenas y campesinos con demandas que el Estado no logra satisfacer, son los dos temas principales que tendrá como desafío el presidente que surja de las urnas el próximo domingo en Bolivia.
En las elecciones se presenta como favorito el ex capitán de Ejército Manfred Reyes Villa, fundador de Nueva Fuerza Republicana (NFR), pero deberá negociar complicados acuerdos para formar el futuro gobierno.
El malestar social nacional se expresa en constantes manifestaciones y protestas, que fueron especialmente duras en abril y setiembre en 2000 y en junio y julio de 2001, cuando bloqueos carreteros paralizaron el país durante semanas, perjudicando las exportaciones y el tránsito de personas de manera inédita.
Decenas de empresas quebraron durante esos episodios.
Los movimientos campesinos e indígenas, que en el pasado habían tenido más bien un perfil bajo, pese a la mayoritaria presencia indígena en Bolivia --estimada del 60 por ciento--, desde el año 2000 han provocado las más grandes protestas desde la recuperación de la democracia, hace 20 años.
Los indígenas demandan ahora que no sólo la tierra esté en sus manos (en Bolivia los campesinos son dueños de pequeñas parcelas desde la revolución del año 1952), sino el territorio, lo que implicaría otorgarles regalías por los recursos naturales del subsuelo, pensando especialmente en las exportaciones de gas.
La exigencia fue descartada de plano por las autoridades porque significaría una disminución en los ingresos que recibe el fisco.
Dos partidos indígenas podrían obtener en conjunto el 15 por ciento de los votos y lograr una bancada de 20 diputados, sobre 130 del total.
El movimiento campesino tiene ahora dos brazos: uno en el Congreso y otro en las carreteras, dijo Felipe Quispe, que preside los sindicatos campesinos y es candidato del Movimiento Indio Pachacuti (MIP).
El otro candidato es el dirigente cocalero Evo Morales, que está sorprendentemente cuarto en las encuestas de opinión y que podría lograr un 12 por ciento de los votos e, incluso, presencia en el Senado.
En caso de recibir un alto porcentaje de votos, ello dificultará aún más la fase final de la erradicación de plantas de coca que causó 40 muertos en los últimos cinco años.
Ante esa tendencia, el embajador estadounidense en Bolivia, Manuel Rocha, dijo que su país retirará su ayuda económica y cerrará sus mercados a productos bolivianos si el apoyo a Evo Morales es elevado.
Después de tres años de crecimiento cercano a cero, en el primer trimestre de este año el gobierno anunció un crecimiento del 2,8 por ciento, pero los recientes acontecimientos en las economías regionales hacen temer que ese leve despegue se anule en el segundo semestre.
Reyes Villa, de tendencia conservadora, señalado como populista por su críticos, se presenta como el favorito de las elecciones del próximo domingo, con entre el 25 y el 30 por ciento de los votos.
Detrás aparecen los ex presidentes Gonzalo Sánchez de Lozada (1993-97) y Jaime Paz Zamora (1989-93), con el 18 y 15 por ciento, respectivamente.
Según las estimaciones, ningún candidato obtendrá el 51 por ciento de los sufragios, por lo que tocará al Congreso elegir al presidente en una sesión prevista para el 4 de agosto entre los dos más votados. Los analistas estiman que Reyes Villa, que tiene como lema "no más de lo mismo", estará en mejores condiciones (gracias a una presencia mayor en el Congreso) de negociar la conformación del futuro gobierno.