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31 aniversario del Frente
Amplio
Ofensiva cautelosa
En un marco nacional y regional de alta incertidumbre, el líder encuentrista
buscó alianzas sociales muy amplias contra el gobierno.
Marcelo Pereira
Tabaré Vázquez reclamó la sustitución del ministro
de Economía y Finanzas, Alberto Bensión, y acusó a ambos
lemas tradicionales de causar a sabiendas una gravísima crisis social,
pero lo hizo en Agraciada y San Quintín, durante la conmemoración
de los 31 años de la fundación del Frente Amplio el martes 5,
sin armar la de dicho santo, por extraño que eso parezca.
El discurso de Vázquez fue muy distinto de los pronunciados en los
otros dos aniversarios posteriores a la elección del actual presidente
de la República. En 2000, después de la durísima confrontación
del balotaje y antes de la asunción de Jorge Batlle, éste fue
elogiado por su flamante actitud de diálogo con la izquierda. El 5
de febrero del año pasado, el presidente del Encuentro Progresista-Frente
Amplio (EP-FA) rescató de la gestión gubernamental la lucha
contra el contrabando y la creación de la Comisión para la Paz,
pese a destacar su oposición frontal a la "política económica
neoliberal".
Lo del martes fue mucho más "clásico", por el énfasis
casi exclusivo en la condena de esa política económica y el
tiempo empleado en sostener que blancos y colorados la han aplicado en forma
"obcecada y obsecuente", sin solución de continuidad y con consecuencias
que Vázquez consideró tan desastrosas como premeditadas, porque
buscan que "muchos pierdan mucho, para que pocos ganen muchísimo más
de lo que ganan", y destacó que ganaron quienes arriesgaron menos y
en especial el sistema financiero.
Sin embargo, fue muy poco "clásico" en varios aspectos. No por las
citas de la Biblia que ya se han hecho costumbre, sino porque las frases del
párrafo anterior, y algunas otras destacadas en estos días por
los medios de comunicación, fueron breves excepciones en un discurrir
moroso y a menudo muy prudente, más semejante al de una ponencia académica
que al de un discurso de barricada. La gran contradicción destacada
entre el gobierno y la oposición, más allá de la genérica
entre el "neoliberalismo" y el "desarrollo humano", fue que las autoridades
nacionales priorizan el recorte de gastos y el aumento de la presión
tributaria, mientras el EP-FA insiste en la necesidad de aplicar estímulos
para reactivar la producción y el consumo. Se señaló
en forma breve que los frenteamplistas impulsan el referendo contra la asociación
de Antel con empresas privadas y que harán "lo que tengan que hacer
para que ancap siga siendo de los uruguayos, mejor pero nuestra", sin más
referencias a esas iniciativas de confrontación con el gobierno, quizá
para no echar sal en las heridas abiertas durante la discusión interna
sobre el caso de ancap.
Seis puntos. El discurso estuvo dividido de modo explícito en media
docena de capítulos anunciados al comienzo. En el primero, Vázquez
describió la situación actual del país con destaque de
la pobreza, en especial infantil, el desmantelamiento del aparato productivo
y el desempleo. En el segundo y el tercero, sostuvo que esos males se deben
a una continuada política de apertura indiscriminada al exterior, desregulación
financiera, privatizaciones, achicamiento del Estado y apuesta exclusiva al
libre mercado para la asignación de recursos, aplicada por gobiernos
colorados y blancos que "sabían muy bien lo que estaban haciendo y
sabían muy bien lo que iba a pasar". En el cuarto, reivindicó
la oposición del Frente Amplio a "este modelo de país que hace
agua por todos lados y está ahogando a los uruguayos", pero enfatizó
que también ha realizado reiterados aportes constructivos, y que ha
demostrado su capacidad de aplicar otro proyecto en el gobierno departamental
de Montevideo, al cual pidió que se comparase con el de Canelones para
notar las diferencias. En el quinto, cedió la palabra a una representante
de los jóvenes frenteamplistas, quien afirmó entre otras cosas
que "los gurises van al liceo y es poco lo que aprenden porque es poco lo
que al gobierno le conviene que aprendan. Le alcanza con darles un oficio
con el cual no piensen". En el sexto, explicó propuestas del EP-FA
ante la crisis.
Esas propuestas se basan en la premisa de que "el modelo neoliberal que inspiró
la política económica de los gobiernos anteriores y el actual
está agotado", porque es "contrario a los intereses nacionales", porque
concentra la riqueza y produce exclusión social, porque "ya no hay
dinero para financiarlo" salvo con creciente endeudamiento, que todos deberemos
pagar luego, y porque su aplicación "ha generado nefastas consecuencias
en otros países", entre ellos Argentina.
Sobre esa base, abogó por una nueva estrategia "cuyo eje sea la reactivación
económica de la producción para generar empleos productivos
y permanentes, y de esa forma recuperar y elevar los niveles de vida de la
gente". Los instrumentos de tal estrategia serían una política
cambiaria que dé "mayor certidumbre a los exportadores sobre un tipo
de cambio realista, lo que no se logra con una banda del 12 por ciento, ni
con flotación, ni con dolarización"; una "política agresiva
de apoyo al sector privado en la apertura de nuevos mercados"; más
inversión pública y un programa de subsidio al empleo para revitalizar
la demanda interna; un "proceso evolutivo y gradual" que jerarquice el uso
de nuestra moneda en vez del dólar (descartó en forma expresa
el pasaje forzoso de las deudas en dólares a pesos, que consideró
perjudicial porque encarecería el crédito); y una reforma del
Estado que no implique desmantelarlo ni "venderlo al mejor postor".
Entre las medidas a aplicar de inmediato, destacó políticas
sociales financiadas con fondos que quedarían disponibles al reducir
gastos de los ministerios de Relaciones Exteriores y de Defensa, de la Presidencia
de la República y del Poder Legislativo; "un plan de obras públicas
en infraestructura utilizando los recursos asignados por la ley de presupuesto
nacional al Ministerio de Transporte y Obras Públicas, y las concesiones
de obra pública"; la construcción de "diez mil viviendas asignadas
al uso de sectores de bajos recursos bajo la responsabilidad del Ministerio
de Vivienda e intendencias municipales, con participación de cooperativas
de ayuda mutua"; la "protección de la producción nacional en
el mercado interno" mediante un impuesto mayor a los productos importados
y la propuesta al Mercosur de elevar al 35 por ciento final su arancel externo
común a los bienes provenientes de extrazona; el aumento de la devolución
de impuestos indirectos a los exportadores; y la implantación de impuestos
a la renta de las personas físicas, "a la concentración de la
riqueza", al patrimonio de las entidades financieras y a las sociedades anónimas
financieras de inversión.
El líder encuentrista previó que le preguntarían cuánto
cuestan esas medidas, y adelantó a modo de respuesta otras interrogantes:
"¿Cuánto le cuesta al pueblo uruguayo no instrumentarlas? ¿Es que acaso
nuestro país y nuestra gente tienen un precio? ¿Acaso la vida de los
uruguayos es una mercancía que se ofrece en el mercado?".
Vázquez pidió a Batlle que sustituya al actual equipo económico,
y en especial a Bensión, para llevar adelante la nueva orientación
y porque el ministro de Economía ha intentado "ningunear", descalificar
y ridiculizar a los encuentristas por sus propuestas. Y que convoque al Consejo
de Economía Nacional (cen), previsto en el artículo 206 de la
Constitución, como "instancia de concertación entre quienes
queremos un país productivo y, además, de asesoramiento al gobierno
en materia económica", para que los actores sociales participen en
la definición de nuevos rumbos.
Por último, y quizá con la previsión de que el cen no
será convocado, llamó a "un diálogo a los distintos sectores
de la sociedad comprometidos con un proyecto de auténtico crecimiento
económico y desarrollo humano en Uruguay" y "en desacuerdo con el actual
modelo económico".
Motivos
No es ocioso preguntarse por qué y para quiénes puede haber
hablado así el presidente del EP-FA. No pareció que fuera para
los asistentes, a los cuales dijo incluso, en más de una ocasión,
que ya sabían lo que iba a decir. Tampoco puede pensarse que la intención
haya sido tonificar al conjunto de los frenteamplistas o ganar nuevas adhesiones
de base con una hora y media de exposición casi para entendidos, sin
consignas fuertes para la movilización política. Y debe descartarse
por completo que los destinatarios hayan sido los conductores de la coalición
de gobierno, para quienes hubo muy escasas novedades.
Cabe suponer que la prioridad fue fortalecer los vínculos con un grupo
muy específico de personas: el formado por los "nuevos opositores"
a la política de colorados y blancos en el sector empresarial, que
se movilizan en forma creciente por reclamos de apoyo gubernamental, y con
los cuales cuenta el EP-FA para formar un amplio "frente social" opositor.
Con esa hipótesis se justifican tanto el énfasis en lo económico
como la insistencia en atribuir los actuales problemas del país a una
orientación compartida desde hace mucho tiempo por los dirigentes de
ambos lemas tradicionales, y también la cautela con que se explicó
el alcance de las alternativas propuestas, como si existiera la intención
de no asustar a nadie que posea ciertos conocimientos sobre economía.
Esa cautela tuvo sin duda otras causas más obvias. El aniversario frenteamplista
se conmemoró antes de que estuvieran despejadas en Argentina variables
de las cuales depende mucho lo que va a ocurrir en Uruguay en los próximos
meses, y antes de que blancos y colorados se pusieran de acuerdo sobre lo
que harán para afrontar las crisis actual y venidera. Es claro que
este año será muy difícil y conflictivo, pero no sabemos
todavía en qué marco, y la oposición espera cuanto pueda
para no dar pasos en falso, tal como lo hace el gobierno. nProblemas de comunicación
En un extremo del estrado, una joven se atareó para brindar una versión
por señas de las palabras de Vázquez. Cabe destacar que los
organizadores del acto hayan querido tener en cuenta a los afectados por problemas
importantes de audición, pero el esfuerzo de la traductora, multiplicado
por la profusión de cifras y términos técnicos de la
cual debió hacerse cargo, fue ante todo testimonial. Los asistentes
que necesitaran de su servicio sólo pueden haberlo aprovechado si estaban
en las primeras filas y la distinguían con claridad entre las banderas.
En otro orden de cosas, un incidente inadvertido por la mayoría mostró
que las dificultades auditivas no sólo podían existir entre
el público.
Al comienzo del discurso, el presidente del EP-FA realizó la tradicional
enumeración de militantes frenteamplistas fallecidos, y alguien reclamó
a gritos, con notoria emoción, que nombrara "al Negro Aramburu". Vázquez
no entendió qué decía, e improvisó una respuesta
que le daba pie para continuar con lo previsto: "Quizá muchos de ustedes
pueden decir con mucha fuerza, como el compañero, (…) que 'no hay laburo'.
Tenés razón, no hay laburo", comentó mientras miraba,
sonriente, hacia quien había gritado. n