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Latinoamérica

"Un país no puede separarse de su historia": Fidel Castro

Entrevista concedida por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz a la prensa nacional y extranjera en la inauguración de la XI Feria Internacional del Libro de La Habana, efectuada en la Fortaleza de La Cabaña, el 7 de febrero del 2002, "Año de los héroes prisioneros del imperio".
(Versiones Taquigráficas - Consejo de Estado) Periodista.- Comandante, debe sentirse feliz, porque esto de que la Feria llegue a todo el país este año es un sueño hecho realidad.
Fidel Castro.- ¡Ah!, bueno, era un sueño el año pasado, y es realidad este año. Sí, de veras que eso nos satisface mucho; hay más cosas, hay muchos conferencistas, muchas personalidades aquí, está Heyerdahl, Ramonet y están otros muchos.
¿Ustedes estaban por ahí? Periodista.- Esperando, teníamos esperanzas de que se hubiera acabado la huelga.
Fidel Castro.- Estoy en huelga de lengua caída (Risas).
Periodista.- ¿Cuándo la va a levantar? Periodista.- Comandante, ¿habló con Heyerdahl? Fidel Castro.- Sí, bastante. Está muy entusiasmado con su trabajo, sus libros. Ramonet también, vino de Porto Alegre. Dice que aquello es una cosa inusitada, increíble. Claro, eso debe decirlo él (Risas). Estoy contando lo que me dijeron a mí.
Periodista.- Pero sigue siendo su gran amigo de siempre Heyerdahl, ¿verdad? Fidel Castro.- Sí, desde mucho antes de que lo conociera, cuando leí sus libros, todos los he leído.
¿Ustedes tienen tiempo para leer? Periodista.- Sí.
Fidel Castro.- ¿Cómo se las arreglan? Periodista.- Comandante, ¿se decidió a escribir el libro de su vida? Fidel Castro.- ¿Cuánto me pagan? (Risas.) Si me decido y tengo tiempo.
Periodista.- Usted no tiene precio.
Fidel Castro.- Muchas gracias. Si lo dice en el sentido más positivo (Risas).
Periodista.- Comandante, ¿la situación internacional cómo la ve hoy en América Latina? Fidel Castro.- ¿En América Latina? Superinteresante.
Periodista.- Después de las declaraciones de Powell sobre Venezuela, Colombia.
Fidel Castro.- ¡Superinteresante! Periodista.- ¿Y se ha enterado de los últimos eventos en Venezuela? Fidel Castro.- ¿Cuáles? Periodista.- Las declaraciones de un coronel activo.
Fidel Castro.- ¡Ah!, no, sé que hay muchos coroneles activos y algunos retirados también.
Periodista.- Este es un coronel activo que ha dicho que el presidente Chávez no puede destruir con sus acciones y con lo que está haciendo 44 años de democracia, y que no está solo en las fuerzas armadas en esa posición, muy cómoda.
Fidel Castro.- ¿Y el despilfarro de 400 000 millones de dólares, una buena parte de ellos robados, es democracia? Yo pensaba que ese concepto de democracia era más elevado.
Chávez es el más grande demócrata de toda Suramérica, esa es la verdad; tiene un talento, una capacidad de comunicación extraordinaria, y siente lo que dice con mucha fuerza. Tengo una extraordinaria opinión de Chávez, pero no lo digo así porque lo conozca o sea amigo de Chávez, es que lo pienso y lo admiro.
Periodista.- El Secretario de Estado dijo que no iba a cambiar la política de Estados Unidos hacia Cuba.
Fidel Castro.- Pero eso no es nuevo, hace 43 años que están diciendo lo mismo. Eso no es más que repetición de una vieja política.
Periodista.- ¿Pero usted no esperaría que, por lo menos, el verbo hubiera cambiado? Fidel Castro.- Lo más sabio, lo más aconsejable es no esperar nunca nada y adaptarse siempre a las peores variantes, esa ha sido toda mi vida mi mentalidad, la adaptación a las realidades; por tanto, nosotros no hemos andado rogándole a nadie cambio de ninguna cosa. Estamos muy bien, muy saludables.
Periodista.- Pero parecían más amables las relaciones de los últimos tiempos, después del 11 de septiembre.
Fidel Castro.- ¿Más amables cuáles? Periodista.- No sé, lo dijeron ustedes en el comunicado oficial: a un comunicado amable de Estados Unidos, una respuesta amable de Cuba.
Fidel Castro.- Pero en verdad eso estaba referido a la cosa concreta de los dos mensajes que recibimos allá y aquí. También hubo unas declaraciones por la noche. Me parece que a un gesto amable, otro gesto compensatorio. Es lo que puedo decir. Hemos dicho que a cada gesto amable responderemos con un gesto amable.
Periodista.- Comandante, ¿qué opinión le merece el presidente Fox, ahora que concluyó su visita aquí, después de que conversó con algunos activistas? Fidel Castro.- ¿No habíamos quedado en que no íbamos a hablar de política? (Risas.) Periodista.- Es que ya rompió la huelga, Comandante, ahorita hablando.
Fidel Castro.- No, fuiste tú el que rompió la huelga (Risas).
Periodista.- ¿Cambió su opinión, Comandante, en torno al Presidente, a su figura? Fidel Castro.- No, no la he cambiado.
Periodista.- ¿Hubo algún desagrado, Comandante, por ese encuentro? Fidel Castro.- No, fue muy normal durante el viaje; pero de esos temas conversamos mucho, de muy diversos temas, él mismo los ha mencionado. Tuvimos una buena reunión y me acuerdo de todos y cada uno de los temas enfocados en nuestras conversaciones.
Yo no he hablado todavía con la prensa, no quiero estar improvisando; no me gusta improvisar, confío en mi retentiva en cada uno de los temas. Pero puedo decir que fue todo el tiempo muy amable.
Periodista.- ¿Satisfecho con la visita y con todo lo que conversó con él, Comandante? Fidel Castro.- Sí, satisfecho con la visita. Han quedado en el aire algunas ideas, algunas cosas, algunos temas, sobre los cuales nosotros no hemos dado opiniones; ya más en detalle, tendrá que ser en ocasión ulterior.
Para citar un ejemplo nada más, él menciona que hablamos sobre Venezuela, que hablamos sobre Colombia y que hablamos sobre Argentina. Es cierto eso totalmente; pero yo he hablado de cada uno de esos temas en virtud de preguntas que él me hizo, no me considero con derecho a estar hablando a un visitante sobre cualquier otro país.
Desde luego, al presidente Chávez lo llamé para felicitarlo por el día 4 y tuve ocasión de explicarle, porque no me considero con derecho a estar abordando temas relativos a otros países con ningún visitante. Me limité a responder preguntas que él me hizo. Es conveniente que yo lo aclare, para que nadie crea que estoy dando opiniones a diestro y siniestro sobre la situación de otros países. Lo que he hecho con relación a esto es responder a preguntas que él me hizo, a opiniones que él me pidió y que yo gustosamente respondí.
Por ejemplo, un puntico. Estas cosas son muy delicadas y cualquier país se puede disgustar de que, incluso, se convierta en tema de conversaciones con algún visitante. Detallitos de esos, simplemente que habría que explicar, y aprovecho que ustedes me preguntan para esclarecerlos, si no los países van a decir que yo convierto la situación de ellos, los temas de ellos en tema de conversación con cuanta persona visita a Cuba. Efectivamente, di opiniones, a instancias de él, que me preguntó sobre eso.
Hay algunos detallitos que han dado lugar, tal vez, a ciertas confusiones, porque él no me habló en absoluto de presos contrarrevolucionarios, ni una sola vez, ni me entregó ninguna lista de presos. Ese es un método que nosotros lo hemos dejado atrás hace mucho rato, la práctica de los visitantes que traían una lista. Él fue muy respetuoso, muy cuidadoso, solo que cuando nuestro canciller Felipe Pérez lo despidió, lo acompañó hasta el aeropuerto, por el camino el presidente Fox le entregó una lista que yo no he visto; pero, realmente, compañeros, él no habló de presos en absoluto, ni me entregó ninguna lista. Es verdad que en cierto momento uno de los cables dice que le entregó la lista al gobierno y otros dicen que me la entregó a mí; pero lo dice muy pegado a la mención de la entrevista. Él no me abordó en absoluto ese tema.
Periodista.- ¿Y de la reunión con los grupos opositores le habló algo? Fidel Castro.- De la reunión con grupos de opositores el último día, por la noche, cuando tuvimos una reunión privada, a última hora conversó sobre ese tema; mas no me dijo que se iba a reunir con ellos.
Periodista.- Sí se lo dijo.
Fidel Castro.- No me dijo que se iba a reunir, me dijo que su Canciller se iba a reunir por la mañana con ellos en la embajada de México y que él se limitaría solo a saludarlos. Eso no fue motivo de problema, y tengo entendido que más o menos ocurrió así. Creo que ha habido mucha publicidad en torno a eso. Pero, realmente, me lo dijo por la noche en la reunión mencionada; después de la recepción y antes de la cena. Ya había transcurrido toda la visita, y la visita había transcurrido muy bien. Fue de esa forma que él habló, que el Canciller se reuniría por la mañana y que él desayunaría en la embajada y posiblemente los saludaría. Eso fue todo, fue por la noche que me lo informó.
Tengo entendido que ocurrió así, el Canciller se reunió y él los saludó. Mi preocupación es que tal detalle pudiera servir para que se hablara mucho más de eso que de los temas fundamentales que habíamos estado conversando y del significado de la visita.
Además, te digo que hablé muy libre con él, le expuse muchas cosas y muchas realidades. No quisiera ahora hablar de las opiniones que yo le di a él sobre cada uno de los puntos que abordamos durante la visita. La imagen de que su visita fue buena.
Estuvimos en todas partes, caminamos por todas partes. Él es un hombre que conversa, un hombre que escucha, no altera su carácter, es una persona con la cual puede hablarse con mucha franqueza. En esos términos fue que se desarrollaron nuestras conversaciones, y lo último que hizo fue una decisión de él.
Periodista.- Castañeda decía que hubo un punto y aparte después de esta visita, que se dejó la relación con la Revolución Cubana y se empieza a mantener con Cuba la relación.
Fidel Castro.- Sí, yo he leído algo de eso, pero no le he dado demasiada importancia; porque nosotros tenemos sentimientos a la inversa. Nos interesan más las relaciones con la Revolución Mexicana que las relaciones con la república mexicana. Yo no entiendo qué quiso decir él con eso, como si la República de Cuba pudiera apartarse o separarse de la Revolución. No hay separación posible, como creo que tampoco México y su historia se pueden separar de la revolución. O sea que muchas cosas que hoy tiene México se deben a que hubo una revolución. México tiene hoy cientos de miles de técnicos e ingenieros.
Yo tengo una conciencia muy clara de lo que significó la Revolución Mexicana, fue la primera revolución social en el siglo pasado. La primera de todas fue la haitiana, a principios del siglo XIX, revolución profunda; pero en México hubo una revolución social: se repartieron las tierras, se construyeron decenas de miles de escuelas, universidades y otras muchas cosas. México tiene hoy apenas el 10% de analfabetos, apenas, adelantó muchísimo con relación al resto de los países.
Yo tengo un altísimo concepto de la Revolución Mexicana como acontecimiento histórico y como revolución social, que llevó adelante la educación, el desarrollo cultural, el desarrollo económico y otros grandes avances que no se habrían podido obtener jamás sin la Revolución Mexicana.
Yo no puedo separar el México de hoy de su historia; porque, además, el México de hoy tiene la historia de un pueblo heroico, que fue una vez invadido, al cual arrebataron más de la mitad de su territorio. No puedo separar al México actual de la historia de un país que ha sufrido agresiones, intervenciones; de un país donde mueren cientos de personas todos los años cruzando de un lado a otro de la frontera con Estados Unidos. No puedo separar el México de hoy de los millones de indocumentados mexicanos que están del lado de allá y que no pueden volver, ni ver a los familiares sin riesgo de perder la vida. No puedo separar al México de hoy del México de la tragedia de la emigración. Es decir que México tiene su historia y tú no puedes separar a México de su historia.
A Cuba no la puedes separar de su historia, a la República de Cuba, que es la República socialista de Cuba, la República independiente de Cuba; nadie la puede separar de su historia. Y la república no es un nombre, esta es una república revolucionaria, y sin discusión, la más independiente del mundo hoy día.
Me limito simplemente a decir que este país es el menos dependiente y, por lo tanto, el más independiente entre todos los países del mundo, fíjense bien lo que estoy diciendo. Tú no puedes separar eso de la historia, ni puedes separar eso de la Revolución. Así que puedo decir estas cosas, un país no puede separarse de su historia. Y por eso yo digo que cada vez identifico más a México como un país que es fruto de la revolución, como un país que nacionalizó el petróleo en tiempos muy difíciles.
No puedo olvidar la veneración, cuando yo estaba en México, que todo el mundo experimentaba hacia Lázaro Cárdenas. Era una figura respetada e idolatrada. Fue el México aquel que mantuvo las relaciones con la República Española durante muchos años después que se había acabado la guerra, un país que admiro mucho, un pueblo al que admiro mucho. Leí casi todos los libros de esa Revolución, todas las historias, biografías y autobiografías de sus figuras históricas.
Es un pueblo al que admiro mucho y lo admiro por su historia; es el pueblo donde quisieron establecer un imperio y sacudió el yugo del imperio. Ese pueblo al que le habían arrebatado más de la mitad de su territorio, derrocó al imperio y más tarde hizo una revolución social de las más grandes en el siglo pasado. Antes que la Revolución Rusa fue la Revolución Mexicana, y en 1959 vino la Revolución Cubana en condiciones también sumamente difíciles.
Yo me siento orgulloso de lo que ha hecho nuestro pueblo a lo largo de todos estos años, y siempre veré en México un pueblo hermano.
Conclusión de todo, puedo decir... Bueno, no voy ahora a ponerme a hablar de cada uno de los temas o puntos de vista con relación a la visita; si fuese necesario, lo hago un día. Pero respondo a las preguntas de ustedes, ya que caí en la trampa de tenerme aquí, porque ustedes siempre son gente muy agradable, muy inteligente y muy hábil como periodistas.
Periodista.- A ver si no nos acusa de rompehuelgas.
Fidel Castro.- Sí, ustedes son unos rompehuelgas (Risas). Esa es la verdad, pero yo con mucho gusto, y, dentro de estos términos, respondo a las preguntas de ustedes y los demás temas no.
Mi impresión personal de Fox es buena. Ya él había estado aquí, no es la primera vez, una vez estuvimos conversando siete horas, y me acuerdo uno por uno de todos los temas que hablamos, porque en aquella ocasión todos fueron sobre el estado de Guanajuato donde era gobernador, sobre los problemas ecológicos, sobre los planes que tenía; conservaba intactos todos los recuerdos de lo que conversé con él la otra vez, del mismo modo recuerdo todo lo que conversé con él durante su visita, los distintos temas, en los distintos momentos. Fue una visita, digamos, rica, de mucha actividad, de mucho trabajo. En todo momento reinó un buen ambiente.
Declaraciones más, declaraciones menos, no me voy a dedicar a responder declaraciones más o declaraciones menos; pero a mí me parece de suma importancia la declaración que hizo el Presidente con relación a Ginebra. Fue altamente satisfactoria la declaración de que no apoyaría ni coauspiciaría ni participaría en ninguna conspiración contra Cuba en Ginebra.
A mí me parece que tiene mucha importancia que en esta visita se haya esclarecido ese punto. También el Canciller de México hizo una declaración similar con relación a este tema. Conversó, por supuesto, con nuestro Canciller bastante. El está por ahí, pero creo que muy pronto nuestro Canciller estará un larguísimo período de tiempo ausente, tanto como dos semanas.
Periodista.- Usted dice que se ha esclarecido la posición de México en Ginebra. ¿No estaba clara antes? Fidel Castro.- Bueno, antes iban y venían cables, ustedes lo saben bien, porque ustedes, como yo, leen los cables. Durante ocho días se decía una cosa, un día se decía lo contrario; dos días se decía de nuevo otra cosa, y al día siguiente lo contrario.
El tema Ginebra y el tema contactos con los famosos disidentes eran temas llevados y traídos todos los días en los cables; por tanto, esas eran incógnitas, y nosotros estábamos tranquilos, nada puede ser para nosotros motivo de preocupación, no hay tema que nosotros no podamos abordar, no hay argumentos que nosotros no podamos rebatir, no hay hechos que nosotros no podamos explicar.
Por eso cuando vienen los estudiantes norteamericanos yo me paro ante ellos y les digo: "Ustedes pregunten todo lo que quieran." Yo considero que nosotros podemos responder cualquier pregunta, ya en el terreno público. Ya en entrevistas de prensa siempre es mucho más peligroso, ¿sabe?, porque después vienen ustedes y escriben, y no es que ustedes escriban mal, pero los cables tienen que ser muy cortos y todos los matices no están en los cables.
Yo a veces he visto cables que dicen una cosa en el titular y en el contenido dicen otra. No sé, yo no estudié periodismo, pero debe ser uno de esos métodos que le llaman gancho o no sé qué cosa. Yo no utilizo el gancho, pero sé los riesgos que tienen las entrevistas.
Mira, aquí alguien está grabando y yo la puedo sacar por la televisión, tengo algún recursito para defenderme (Risas).
Periodista.- Comandante, ¿la base de Lourdes se fue ya? Fidel Castro.- Ustedes le preguntaron a Raúl sobre eso hace unos días, y creo que él les dio la respuesta.
Periodista.- Sí.
Fidel Castro.- Yo diría que está medio ida y medio quedada, pero nada, es cuestión de tiempo. Todo muy bien, todo excelentemente bien.
Periodista.- Comandante, según el próximo congreso que va a haber sobre globalización, ¿qué respuesta...? Fidel Castro.- ¿Cuál congreso? Periodista.- La próxima semana el encuentro de economistas...
Fidel Castro.- ¡Ah!, interesantísimo, creo que vienen como cuatro premios Nobel. Yo nunca he visto tantos premios Nobel juntos.
Periodista.- ¿Cómo se pudiera imbricar el ejemplo de Cuba con la Feria y la globalización? Fidel Castro.- ¿Feria-globalización? Bueno, nosotros estamos globalizando la educación en nuestro país, y también algunas cosas globalizamos, por ejemplo, los servicios de salud. Nosotros participamos en la globalización, pero no saqueando a nadie, ni robándole nada a nadie, sino compartiendo un poquito lo que tenemos, está todo eso combinado.
Creo que va a haber una serie de conferencias muy interesantes.
Hay un libro en el cual yo tengo interés... Me han regalado uno, voy a ver si ustedes me dan tiempo de leerlo, se llama La propaganda silenciosa, de Ramonet. Pienso que va a dar una conferencia sobre eso, porque se ha dedicado mucho a pensar en el tema. Vino de Porto Alegre, muy impresionado de lo que vio allí, a pesar de que todos los eventos fueron golpeados, sin duda, por la tragedia de Nueva York, el acto terrorista le hizo daño a mucha gente y al movimiento político en general.
Nosotros teníamos una reunión contra el ALCA, y se dio la reunión contra el ALCA; tenemos desde el lunes una reunión sobre temas económicos, viene mucha gente, porque ahí se discuten con franqueza distintos puntos de vista. Creo que viene un representante del Banco Mundial, ya habían venido; pero creo que por primera vez viene un representante del Fondo Monetario Internacional. Imagínense lo interesante que estará eso y los temas que se van a discutir ahí.
Periodista.- ¿Van a saltar chispas? Fidel Castro.- No tienen que saltar chispas, ya nada provoca chispas en este mundo (Risas). Este mundo está encendido, no necesita chispas; pero debe ser muy interesante desde el punto de vista teórico. Hoy se caracterizan esas discusiones por la altura, el respeto a las opiniones del adversario.
Tal vez habrían ido 100 000 a Porto Alegre, si no se produce el acto terrorista, que le hizo daño como dije a todo el mundo y, entre otras cosas, le hizo daño al movimiento progresista, a las fuerzas democráticas, a los que tienen opiniones distintas del neoliberalismo, a los antineoliberales, los que tienen opiniones contrarias a la globalización neoliberal. Fue afectado por todo eso, que hizo daño en todos los sentidos.
La economía venía en picada, todo el mundo sabe que la crisis económica era general ya desde antes del 11 de septiembre, y era en picada la caída; pero los hechos del 11 de septiembre agravaron la situación económica internacional, la hizo más complicada.
El turismo ha sufrido un golpe tremendo. Hay decenas de países latinoamericanos, caribeños sobre todo, donde el turismo era el principal ingreso y fue terriblemente golpeado.
Periodista.- ¿Y a Cuba qué tanto le ha golpeado el turismo? Fidel Castro.- Sí, la ha golpeado, y nadie sabe hasta dónde dura el golpe. En realidad, prácticamente, no cayó el turismo con relación al año anterior; pero hay que ver qué ocurre ahora en este año. Enero está golpeado, ya enero del 2002, ha sufrido un descenso. Me imagino cómo estarán los demás; nosotros dependíamos menos del turismo norteamericano que otros muchos países.
México resultó muy golpeado también, según me contó la delegación mexicana, solo que México tiene muchos mexicanos que viven en Estados Unidos y viajan a México, y tiene un turismo interno, en un grado mucho más alto que el nuestro, para nosotros el turismo en lo fundamental es un producto de exportación, como el tabaco y otros productos. México compensó un poco —según me explicaron ellos— por el turismo interno; no obstante, sufrió un golpe fuerte.
Periodista.- ¿Toda esta situación del dengue está afectando también? Fidel Castro.- No creo tanto, porque el dengue está extendido por toda América Latina. Algunos países tienen problemas muy serios, grandes ciudades tienen problemas muy serios, mucho más que nosotros. Solo lo tenemos principalmente en la capital. Y no te ocupes, que aunque sea uno a uno cazamos hasta el último mosquito, no es la primera vez.
Periodista.- ¿Hasta qué punto tienen controlado el problema del dengue? Fidel Castro.- Pienso que no está todavía totalmente controlado; pero el mosquito no tiene escapatoria posible, tenemos toda la fuerza y la organización. Me rompo la cabeza cuando pienso cómo se las van a arreglar los países de América Latina, que no tienen ni sombra de la organización que nosotros tenemos. Tenemos a todo el pueblo ahora luchando contra la epidemia, y la tenemos frenada. Esto no se parece a la epidemia de 1981. Pero ese bicho se vuelve más peligroso, el mosquito Aedes aegypti, porque se conoce bien que son cuatro virus, y cualquier virus que se combine con otro es peligroso. Cada día hay más gente afectada por cualquiera de los cuatro virus. Es, además, el trasmisor de la fiebre amarilla, y en el hemisferio está presente la fiebre amarilla. Lo que estamos es obligados a mantener en un mínimo los niveles del Aedes aegypti.
Hemos movilizado fuerzas, y excelentes fuerzas. Hay 11 000 ciudadanos realizando la tarea en la capital. Ahora tenemos adicionalmente dos escuelas completas de trabajadores sociales y una de enfermería, están haciendo un trabajo excelente. Y estamos preocupados no solo por irlo erradicando, sino por la organización ulterior al pase de esto, porque ahora es mucho más peligroso este mosquito que hace 20 años. En América Latina no sé cómo lo van a dominar, porque no existe ni la décima parte de la capacidad de organización y movilización que tiene hoy Cuba. Me preocupa, realmente.
Hay mucho intercambio entre América Latina y Cuba, el nivel del mosquito trasmisor hay que reducirlo casi a cero. Hay que aplicar todos los principios científicos para combatirlo, preparar a la gente. Pero en el futuro pensamos no fumigar, sino controlar los focos. Ahora estamos aislando cualquier sospechoso, lo ingresamos. Antes casi la mitad de los que aislábamos por sospechosos, cuando se comprobaba después, tenía dengue, y en este momento lo tiene solo el 10% de los que ingresan porque tengan alguna fiebre, o porque tengan algún malestar, que sean sospechosos; solo uno de cada 10 ingresados tiene el dengue.
Vamos buscando, adquiriendo una experiencia y evitando que se extienda. En Santiago no se dan casos; los puntos donde se dan algunos casos son Guantánamo, Las Tunas y La Habana, tres lugares. Esa fue una epidemia que la otra vez se extendió a todo el país; murieron más de 100 niños, esta vez no ha muerto un solo niño, porque tú los llevas al hospital —tenemos 8 000 médicos de la familia en la capital—, y el que está ingresado en el domicilio, con mosquitero y todo, recibe tres visitas del médico de la familia diariamente. Tenemos fuerzas tremendas para combatirlo, no nos preocupa. Hay que esperar todavía.
Periodista.- Comandante, cuando vino el gobernador Ryan él afirmaba que en pocos días iban a recibir de Cuba una respuesta de que iba a haber una compra de medicamentos. ¿Ustedes han dado esa respuesta? Fidel Castro.- No, todavía no están las ofertas, que yo sepa, en este momento. Sí vinieron, tuve el gusto de reunirme con el gobernador Ryan. Fueron excelentes las reuniones, los intercambios. Tengo muy buena impresión. A él lo había conocido la otra vez y ahora vino en esta circunstancia. Han venido una serie de delegaciones, de gente seria.
Les puedo decir que tenemos muchas visitas. No puedo decir que todos los obstáculos están resueltos, yo siempre respondo que estamos preparados para 5 y 10 años más de bloqueo. Eso no va a hacerle mella a la Revolución.
Sí puedo decir que los empresarios norteamericanos se han portado con mucha seriedad y mucha eficiencia, han sido recibidos y hemos conversado con ellos.
Medicamentos no se han adquirido porque los precios estaban mucho más altos que los precios mundiales; pero ellos han hablado de analizar bien qué ofertas pueden hacer. Faltan por comprar medicamentos. Quedan algunos obstáculos.
Periodista.- ¿Y qué comprarían, Comandante? Fidel Castro.- Bueno, tenemos que ver cuáles ofrecen, y según los precios.
No se compra por razones políticas; se compra aquellos que resulten más económicos. Hay algunos productos que son más económicos; otros son un poco más caros, en general. Pero, bueno, hemos comprado una cantidad equis. Fue la respuesta nuestra. Faltan medicamentos porque las ofertas no se dieron.
Hay cosas que limitan el comercio, una de ellas es la necesidad de autorización expedita. Nosotros respondimos a las dos notas, que estábamos dispuestos a hacer una compra, por una vez, con pago al contado. Es diferente comprar con autorizaciones expeditas. Expeditas quiere decir, por ejemplo, 10 días. Es un obstáculo si no hay garantía de autorización expedita a las compras. Se convierte en un obstáculo porque usted no puede comprar para el mes de mayo un producto que va a recibir en julio; porque como se ha impuesto esa cosa tan increíble de que cada compra requiere una autorización y cada barco requiere una autorización, si se nos ocurriera comprar... Bueno, no digo alfileres, porque los alfileres están prohibidos, a no ser que los utilice como medicina para la acupuntura o algo de eso; hablo de alimentos y medicinas, y ellos adoptaron unas resoluciones a las cuales los adversarios les añadieron una serie de perchas para dificultar las compras; entre otras, prohibición de toda financiación y, además de eso, permiso para cada compra, situaciones con las cuales no se puede desarrollar el comercio.
Periodista.- Pero los empresarios norteamericanos hablaban de que era posible resolver el problema del financiamiento.
Fidel Castro.- Por ahora no es lo urgente, ya que nosotros tenemos adquiridos casi todos los alimentos de este año, quedan algunas cantidades. Nosotros todavía podríamos adquirir al contado una cantidad similar a la que hemos adquirido.
Periodista.- ¿De alimentos o de medicina? Fidel Castro.- De alimentos, no incluyo la medicina porque todavía lo de medicina está pendiente de las ofertas.
Periodista.- ¿O sea, otros 35 millones? Fidel Castro.- Puede ser alrededor de esa cifra, un poco menos o un poco más, pero ya no serían cantidades muy grandes. Nosotros importamos casi 1 000 millones de dólares cada año en alimentos; no somos un gran mercado, pero en algunos renglones lo somos.
Nosotros importamos cantidades grandes de trigo, cantidades grandes de arroz. De modo que todos los empresarios conocen que si, por ejemplo, la autorización se prolonga en las mismas condiciones —con garantía de que no se dejará para las calendas griegas la respuesta— en que se dio respuesta a estas primeras compras, si tales garantías se prolongaran por un año nosotros podríamos adquirir una cantidad más o menos igual, porque hay que ver las cantidades si se miden por valores o se miden por toneladas. Nosotros hemos comprado alrededor del 4% de nuestras importaciones en valores; alrededor de esa cifra pudiéramos hacer algunas compras, porque casi todo está comprado ya de los alimentos que necesitamos.
Si los exportadores obtienen la seguridad de que se autorizará dentro del plazo razonable, como ha sido hasta ahora, podríamos adquirir una cantidad más o menos similar; puede estar alrededor de esa cifra, añádele transporte, en el que no están excluidos los barcos norteamericanos. Así que el costo hasta este momento, cuando haya llegado todo, será alrededor de 40 millones al contado, sin contar medicamentos. Este año, si se mantienen las condiciones esas —porque unos cuantos de los empresarios han dicho que tienen el permiso por un año—, nosotros lo entenderíamos como un hecho positivo y podríamos adquirir una cantidad más o menos similar en torno a eso, pues quedan algunos renglones alimenticios por adquirir.
Casi todo el trigo está adquirido, pueden quedar algunas cantidades; todo el maíz está adquirido, aunque pueden quedar algunas cantidades; hay algunos productos agrícolas, más o menos alrededor de la cifra, pueden quedar algunas cantidades de soya o productos de soya en general, este año.
El año que viene ya dependería de que haya financiación o no. El año que viene se puede duplicar o triplicar lo que adquirimos este año, y no dejaría de ser, más o menos, entre el 20% y el 25% de nuestras importaciones de alimentos; queda un 75% que nosotros adquirimos en otros mercados.
Así que dos límites: primero, los requisitos estos del permiso expedito; segundo, la prohibición de la financiación, financiación privada o pública; el tercer gran limitante es el bloqueo. Si no se puede exportar nada, si no se puede comerciar, el país está limitado en su capacidad de compra; pero es fuerte el potencial de compra de nuestro país.
El fin del bloqueo puede conducir, más o menos, dentro de la competencia internacional, a que más del 50% de las importaciones de alimentos del país pudieran adquirirse en Estados Unidos, y sin contar otras muchas cosas que pudieran importarse. La cuestión es que nosotros nos hemos arreglado para soportar el bloqueo. De todas estas cosas es, más o menos, lo que les puedo decir.
Si los empresarios tienen la garantía de que no vamos a comprar algo para mayo que va a venir en septiembre, no sería posible comprar; de todas formas ya este año no sería posible comprar mucho más.
Ya nosotros tenemos adquirido muchos alimentos hasta febrero del año que viene —ahí o en otros mercados—, están garantizados todos los alimentos de todo el año y parte de los de enero y febrero del año que viene, porque lo que no esté en diciembre aquí tú no lo puedes repartir en enero y en febrero. Eso lo tienes que comprar dos meses antes. Todo eso está garantizado.
Ahora mismo ha tenido lugar una baja grande de precio en un producto importante: la leche en polvo —muchísimo, por algún fenómeno extraño—, y es que hay crisis internacional, la gente no tiene capacidad de compra, y otros productos en diversos mercados, y nosotros conocemos todo eso y está asegurada toda la alimentación; incluso, hay mejoría en algunas cosas.
La producción de vegetales debe llegar este año a 3 millones de toneladas; el año pasado fue 2 millones, este año debe rebasar los 3. Estamos promoviendo eso, la alimentación de los estudiantes va a mejorar, las cuotas para la población están aseguradas y no se dividirá ninguna cuota, las ventas del Ministerio de Comercio Interior continuarán creciendo —es decir, aquellos productos que no se venden como productos racionados, sino como ventas libres—, se mantienen los mercados agropecuarios.
El balance peso-dólar se mantiene bastante bien, hay una situación controlada.
Cuando hablé por televisión había una ambición de compra de dólares, y, a partir de ese momento, se han invertido los papeles, la gente confió. Se aseguró lo que no tienen asegurado en Argentina, que las cuentas eran intocables; se aseguró que los precios de las mercancías no variarían, y no se han tocado ni siquiera los de los mercados paralelos, se han mantenido por seis meses los precios en los mercados paralelos, porque esos están en dependencia de los precios en los agropecuarios. Así cuando se ha estado vendiendo a 8 pesos la libra de frijol negro o colorado, en los agropecuarios se ha estado vendiendo a 4 o cuatro y tanto, si es que no es a 3,50. El arroz está manteniendo su precio a 3,50, por debajo, aunque no mucho, porque nosotros no queremos desalentar a los agricultores. Estas ventas sirven para que no se disparen los precios; no queremos desalentarlos, pero deben seguirlos.
Nosotros no hemos establecido fijo los precios de los mercados paralelos; y un restaurante de vegetales —no sé si ustedes han ido— está lleno, hay que hacer una cola de una hora. Está creándose el hábito.
Periodista.- En 12 y 23.
Fidel Castro.- Sí, ahora se va a hacer un número, ocho más. El propósito no es comercial, es crear el hábito.
Se han hecho pruebas con los muchachos. Los vegetales, si se preparan bien, gustan. Así que mejora la alimentación, incluso, más o menos, de un millón de niños, adolescentes y jóvenes por esa vía; no es una gran mejoría, pero en cantidad de proteínas... Los muchachos de 7 a 15 años estarán recibiendo en sus hogares el doble de lo que están recibiendo hoy de yogur de soya, que resulta un alimento excelente; están recibiendo dos ahora. Con cuatro tendrán 18 gramos de proteínas diarias. Van a estar recibiendo los muchachos a fines de año unos 20 gramos de proteínas, como mínimo, por encima de lo que han estado recibiendo el año pasado, porque ahora en el primer trimestre entra el tercer litro de yogur de soya y en el segundo semestre entra el cuarto litro, que son 18 gramos de una proteína buena, excelente. Claro, ya había dos litros semanal. Ahora van a estar mejor envasados; antes se distribuía a granel en muchas provincias, ahora se distribuirá envasado en toda la isla.
Los otros reciben el litro de leche diario hasta siete años; pero la soya es un gran alimento, bastante económico, que mejora la alimentación de los niños de siete en adelante.
Se aseguran todas las cuotas a la población, se incrementan las ventas de los mercados agropecuarios y de los mercados paralelos, y, además de todo eso, se dispondrá, como mínimo, de un millón más de toneladas de vegetales.
Se está luchando contra las consecuencias del ciclón y en un período menor de un año estarán reconstruidas todas las viviendas, reparadas todas las viviendas y habrán desaparecido todas las secuelas.
Pronto empieza la producción de papa, que son algunos millones de quintales, viene bien la cosecha de papa; pero hasta abril las zonas afectadas por el ciclón estarán recibiendo una cuota extra de granos y se le entrega gratuitamente a la población.
Es lo que le puedo informar, y esperamos derrotar la epidemia esa. Así que ciclón, epidemia, crisis económica, todo se ha juntado y lo hemos resistido. Es lo que les puedo decir. Si ustedes tienen la amabilidad de trasmitirlo, entonces se lo agradezco mucho. Traten de ser lo más exactos posible, porque todos estos temas son delicados, y yo puedo sacar por televisión todo lo que he hablado con ustedes hoy aquí.
¿Correcto? ¿Estarían de acuerdo? Periodista.- De todas formas, la próxima huelga que haga nos avisa.
Fidel Castro.- Está bien, pero yo no puedo hacer huelga frente a ustedes, ustedes son unos seductores (Risas).
Periodista.- Comandante, usted habló de los lazos históricos con Francia. ¿Cómo andan esos lazos ahora? Fidel Castro.- Muy bien, muy bien. Es todo lo que puedo decirte por el tiempo que dispongo.
Periodista.- Gracias.


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