Argentina alcanza niveles de pobreza inconcebibles en un país con tantos recursos humanos y naturales. La causa es la continuidad de los planes económicos al servicio de otros intereses que no son los del país, acompañados por el robo, la corrupción, la desidia, la ineficacia. Ahora el país está en estado de asamblea: ha puesto en tela de juicio a las instituciones y quienes las han dirigido en las últimas décadas. El país atraviesa una transición, pero no se sabe hacia donde. En los momentos de cambios históricos, siempre existe la resistencia de las fuerzas que temen ser desplazadas de sus privilegios, de sus puestos de poder. No será ésta la excepción. Allí está Ricardo López Murphy, el fugaz ex ministro de economía del último gobierno, que proclama estar dispuesto a defender sus ideas " a bandera desplegada, a tambor batiente y a paso redoblado". El pez por la boca muere. Se le notan mucho los modales castrenses. La Junta de adictos que le promociona se reúne...en el Tiro Federal. Los que le jalean y le animan están entre bambalinas. "Es nuestro hombre", dicen.
El periodista Miguel Bonasso publicaba el pasado domingo en el diario Página 12, que el comandante del Ejército Gral. Brinzoni se reunió el martes pasado en un almuerzo con Adrián Werthein, presidente del Grupo económico que lleva su nombre. Anticipaba que no festejaban ningún cumpleaños. En realidad, el propio Brinzoni quería trasladar a su empresario-comensal que debían estar dispuestos para afrontar una explosión social. En ese caso, adelantaba que el Congreso podría autorizar la intervención del Ejército para imponer orden y control. Los desmentidos intentados por las partes, se parecieron mas a una confirmación que a una negación. Algunos sectores partidarios de políticas más duras, de la dolarización económica, de una complicidad plena con las transnacionales, manejan la frase "si todo falla, hay que estar preparados". Pero estos conspiradores agazapados no tienen hoy condiciones objetivas que favorezcan su presencia. El autoritarismo está muy desprestigiado, y además, muchos de los desastres de hoy, son herencia de ese pasado dictatorial. En esta etapa de recomposición del tejido social, de regeneración de la sociedad viva, del surgimiento de nuevas tramas, líderes naturales, activistas, lo que se necesita es tiempo. Un tiempo irremplazable, el que necesita este proceso. Hay que aprovechar ese tiempo al máximo para organizarse, para buscar formas de converger, de confluír en los mismos grandes objetivos comunes.
Ellos ya están preparando su propia solución. "Si todo falla, hay que estar preparados", van anticipando. Para ellos, el "fallo" sería que este gobierno de Duhalde no fuera suficiente para contener las protestas y las demandas populares. Para los ciudadanos el "fallo" sería no ser capaces de levantar una alternativa que desplace definitivamente a todos los sinverguenzas, ladrones, represores, asesinos, inútiles y aprovechados que han constituído la fauna dominante en estos años. Incluyendo a los que entre plato y plato de un almuerzo compartido, intentan diseñar un nuevo escenario de terror, de división, de muerte y de silencio para el país esperanzado. Sin miedo, pero alertas, hay que seguir construyendo, porque otro país es posible... * Redacción de SERPAL, Servicio de Prensa Alterantiva.