13 de oktober del 2002
Situación internacional: Crisis de Hegemonía y Retroceso del imperialismo
El caso de Uruguay
AUCA - Socialismo Libertario
El pueblo latinoamericano abre una nueva etapa en su lucha histórica contra el imperialismo y el sistema capitalista. Las expresiones de resistencia al hambre y la entrega de los gobernantes se multiplican y la crisis financiera acelera el final de un modelo.
Luchas por reivindicaciones inmediatas, por trabajo, salud, educación, vivienda, por tierra, en defensa de Derechos Humanos y libertades, contra discriminaciones, contra represiones, por justicia. Se abre, de esta manera, una nueva perspectiva continental, se comienzan a dar los primeros pasos:
Latinoamérica comienza nuevamente a ser la punta de lanza en la lucha anti-imperialista.
El caso de Uruguay
Al igual que la Argentina y Brasil, Uruguay ha sido un país que ha implementado "la timba" liberal a ultranza. Esa que destruyó la capacidad productiva y sumió a millones de personas en el hambre y la falta de trabajo. A pesar de ello, la grave crisis política reabre la puerta a la lucha de gran parte de la población contra el sistema que promete hacerle frente al imperialismo desde todos los países donde, los gobiernos han aplicado toda medida necesaria para ser buenos alumnos del FMI y los Estados Unidos.
Puede decirse que nuestros países se encuentran en peores condiciones que años atrás. Su deuda externa ha crecido, y aunque se halla vendido todo el continente al mejor postor, nada queda de ese dinero (el endeudamiento de la región hasta el 31 de diciembre era de 725.671 millones de dólares y la tabla e posiciones: 1° Brasil: $ 226.036, 2° $ México: 144.534, 3°$ Argentina: 139.783). La voracidad neoliberal con las transnacionales a la cabeza han arrasado. La población pobre ha visto crecer su miseria. La marginación crece en todo el Continente.
Qué pasa en Uruguay
En Uruguay, el colapso financiero lo paga el pueblo. La política del gobierno uruguayo no marcó ninguna diferencia a las de otros países: se inscribió de lleno en la orientación del modelo neoliberal. Por más de dos décadas fue avanzando en un mismo sentido: seguir las indicaciones provenientes de los organismos internacionales como el FMI, Banco Mundial, OMC, BID. El gobierno de Jorge Batlle aceleró la política neoliberal:
privatizó varias empresas, y privilegió el ALCA, al sector financiero y las políticas de las empresas transnacionales. La escasa productividad con la fuerte dependencia de capitales extranjeros dio como resultado una política de hambre para el pueblo y concentración económica mayor para los dueños del país.
Pero la "burbuja" financiera ha explotado y los países han sido vaciados de divisas. Con la devaluación de las monedas locales, las inversiones son cada vez menos redituables, pero a la vez en los países no existe una reactivación de la producción: por el contrario la desocupación aumenta al igual que el hambre, pero también la resistencia.
En estos momentos en Uruguay se desarrolla una huelga estudiantil por tiempo indeterminado contra las políticas económicas y sociales del gobierno, contra el proyecto de ley presupuestaria anual y por más presupuesto. 66 mil estudiantes son los involucrados, a lo que se han sumado los no docentes y en estos días se decidirá la participación de los docentes. A la vez, comienzan a aparecer muestras de acción directa como los piquetes, arrancando en la lucha lo que el poder económico y político nos ha quitado, no sólo por reivindicaciones especificas, sino y, por sobre todas las cosas, por la dignidad.
Por su parte, el presidente uruguayo Batlle, pareciera intentar ser el nuevo Menem de la región, el alumno perfecto pro ALCA, que cumple al pie de la letra las indicaciones del FMI y mantiene al pueblo lo más pasivo posible. Pero la marea de protestas va talando la base del gobierno y no extrañaría que caiga como De la Rua y Cavallo en Argentina.
La situación de Uruguay es la de toda Latinoamérica se fueron cerrando más y más fábricas, disminuyó el dinero para la salud, educación y políticas sociales. La desocupación creció aún más.
Se llegó a cifras alarmantes la mitad de los uruguayos estaban o desempleados o tenían problemas de trabajo; cerca de un tercio del país no tiene acceso a una canasta básica; la mitad de los niños viven en la pobreza. Maestros y familiares denunciaban que había niños que estaban sobreviviendo con pasto, que las sobras que se juntaban para dar de comer a animales estaban siendo limpiadas y constituían la comida de miles de familias.
El hambre, la bronca, la desesperanza son moneda corriente uruguaya, como de toda Latinoamérica, pero también lo son la resistencia y la lucha contra un sistema perverso. Los ejemplos de lucha y entrega revolucionaria en nuestro continente son frondosos por lo que si de algo sabemos es que al imperialismo y sus socios nacionales se les acabó la tregua, las calles han sido retomadas nuevamente por los pueblos oprimidos y se generaliza la resistencia, la hora a llegado para los gobiernos entreguistas y el gran pueblo latinoamericano se hermana nuevamente en la miseria, pero también en la lucha por un cambio revolucionario.
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