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Latinoamérica

Guatemala: Conexiones narco

El dedo acusador del norte señala a la manita, símbolo del partido en el gobierno en Guatemala.
Ileana Alamilla ALAI-AMLATINA

Guatemala.- Entre las muchas turbulencias que hay en Guatemala, hubo una que preocupó a algunos altos funcionarios, especialmente a los ligados a la política exterior ya que representa una critica severa al gobierno en temas tan sensibles como el narcotráfico, la corrupción y las violaciones a los derechos humanos. El presidente Alfonso Portillo, como de costumbre, prefirió poner tierra de por medio con lo que evadió abordar directamente tan desagradables comentarios.
John Hamilton, recién nombrado Embajador de Estados Unidos para Guatemala, en una presentación ante el Congreso de su país dijo que en este país centroamericano la corrupción ha empeorado y la implementación de los Acuerdos de Paz ha sido sumamente inadecuada.
Hamilton, un oficial de carrera del servicio diplomático con 32 años de experiencia, estuvo vinculado al proceso de paz, ya que representó a su gobierno ante el grupo de países amigos que apoyó este proceso y se desempeñó como Embajador en Perú durante el gobierno de Fujimori.
Lo acompañó en su crítica el senador Demócrata Chistopher Dodd, que preside el subcomité para asuntos interamericanos, quien se refirió al deterioro sufrido durante los últimos años, en el tema de los derechos humanos.
Otto Reich, Subsecretario de Estado para Asuntos Hemisféricos, en una comparecencia ante el Congreso de Estados Unidos, en el marco de las audiencias para ratificar al nuevo embajador en Guatemala, señaló al gobierno de Alfonso Portillo de estar influenciado por el narcotráfico indicando que algunos de los líderes de esta mafia, tienen vínculos muy cercanos con el gobierno e incluso influyen en las decisiones oficiales.
Otros críticos fueron el subsecretario de Estado para asuntos de narcotráfico Paul Simons y Rogelio Guevera Jefe de operaciones de la Agencia Antinarcóticas de Estados Unidos, quienes aseguraron que los criminales con conexiones políticas operan en varios departamentos del gobierno, incluyendo las cortes y la policía, y que la corrupción ha impactado todas las áreas, incluyendo el combate al narcotráfico.
Los norteamericanos recordaron que han revocado la visa a varias personas influyentes del gobierno de Portillo por estar involucradas en tráfico de ilegales y narcóticos, así como en el lavado de dinero. Aseguran que grandes cantidades de cocaína son transportadas a través de Guatemala, con casi total impunidad.
Un aspecto calificado de perturbador por los críticos del gobierno conducido por el Frente Republicano Guatemalteco, es la evidencia del involucramiento de ex militares en el tráfico de drogas, y que los líderes de esas actividades ilícitas tienen vínculos cercanos en los más altos niveles de gobierno.
Los funcionarios estadounidenses aprovecharon para hacer explícita la recomendaciones hechas al gobierno guatemalteco en reuniones privadas en relación con la necesidad combatir estos delitos, y calificaron de "palabrerías" los ofrecimientos oficiales hechos al respecto.
Es tanta la desconfianza hacia Guatemala que la DEA reconoce que ha tenido que ser muy cauta al compartir su inteligencia y sus pistas operativas con sus contrapartes guatemaltecas por temor a comprometer la información.
Hace algunos meses se hizo público un escándalo del desaparecimiento de mas de 1600 kilos de cocaína de las bodegas del Departamento de Operaciones Antinarcóticas (Doan), delito que no fue investigado debidamente y por lo tanto los responsables no fueron enjuiciados. Debido a los señalamientos hechos, esta semana se decidió la disolución de este cuerpo policial.
Al conocer estas declaraciones algunos funcionarios guatemaltecos fueron de rechazo y calificaron el señalamiento como interferencia en los asuntos internos del país, otros se sintieron ofendidos, el Presidente del Congreso, Efrain Rios Mont aseguró que había una intención de "perjudicarlos" y el vocero presidencial amenazó con presentar una protesta ante la Organización de Estados Americanos.
El gobierno intentó manipular diciendo que no era una posición oficial pero, el Encargado de Negocios de la Embajada en Guatemala Stephen McFarland, se apresuró a sacarlo de su error e hizo ver al canciller guatemalteco Gabriel Orellana, que Reich habló a nombre de Estados Unidos y no a título personal.
Entonces, no les quedó mas remedio que suavizar el discurso y dócilmente aceptar lo que calificaron de "recomendaciones". A estas criticas se sumaron los europeos, aunque en términos mas diplomáticos, pero también exteriorizando la preocupación por estas ilegalidades en el gobierno.
Para los guatemaltecos, desde hace ya muchos meses que las evidencias de corrupción y demás ilícitos, cometidos por altos funcionarios, son una realidad constatada a diario a través de las múltiples denuncias, publicaciones y declaraciones hechas al respecto. El problema es que cualquier denuncia, pasado el escándalo, queda en el olvido, sobre todo después de conocer una nueva, que la hace palidecer.
Muchos articulistas y comentaristas han alertado sobre la participación del crimen organizado en las estructuras de gobierno. Se sabe que las fuerzas ocultas o poderes paralelos son los que manejan los temas estratégicos en el país, sin embargo, como el sistema de justicia es inoperante, la impunidad continúa reinando.
Por otro lado, es evidente que el discurso oficial de combatir a la oligarquía no es mas que un ropaje para encubrir los intereses esos capitales emergentes de dudosa procedencia que se han construido y se incrementan descomunalmente gracias a esas influencias en las altas esferas gubernamentales.
Por eso, no podemos aceptar que, en aras de una supuesta defensa de nuestra soberanía, se pretenda desmentir esa realidad denunciada por los norteamericanos y que conocemos los guatemaltecos. Ese es el retrato de este gobierno, realizado por los que alguna vez fueron sus aliados. El gobierno eferregista fue electo por muchos guatemaltecos; es el resultado del ejercicio de la democracia como derecho del pueblo a equivocarse. Ojalá no suceda lo mismo en las próximas elecciones