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Latinoamérica

6 de octubre del 2002

"En el levantamiento de enero del 2000 no teníamos la intención de quedarnos en el poder"

Ecuador: Entrevista con el candidato de la izquierda ecuatoriana, coronel Lucio Gutiérrez: "Mi compromiso es con Dios, con mi conciencia y con el pueblo ecuatoriano"

Mónica Almeida, Emilio Palacios, Francisco Febres Codero. El Universo

El coronel que encabezó el levantamiento del 21 de enero del 2000 quiere gobernar con todos los sectores, continuar con la dolarización y buscar un pacto social. El candidato aspira a la presidencia con el Partido Sociedad Patriótica, en alianza con Pachakutik y con el apoyo explícito del Movimiento Popular Democrática. Gutiérrez ha hecho el milagro de unir tras suyo a casi toda la izquierda del Ecuador.
- ¿Un militar de izquierda? ¿Es eso posible?
Yo me siento muy cómodo apoyado por los movimientos de izquierda, pero yo me definiría como un nacionalista que ama profundamente al Ecuador, como un individuo no dogmático sino más bien pragmático, que quiere hacer todos los cambios que beneficien a los ecuatorianos. El enemigo del Ecuador no está en la izquierda o la derecha: es la pobreza, el analfabetismo, la falta de competitividad.
- ¿Qué lo llevó, siendo militar activo, a incursionar en la política?
Es que no incursioné en la política: simplemente fui sincero conmigo mismo. A mí me enseñaron que hay que defender el pueblo, la verdad, y combatir la corrupción; que el militar está al servicio de la sociedad, y eso es lo que yo hice.
- ¿Pero en caso de llegar al poder, no podría ocurrir lo mismo contra usted?
Si yo cometiese los mismos errores por supuesto que no solamente deberían hacerme eso sino que deberían fusilarme.
- Sin embargo, el levantamiento del 21 de enero del 2000 no logró esos objetivos: ¿acaso fue utilizado por otras fuerzas que sacaron provecho?
No es así, no hubo ninguna utilización. Comenzando porque ni siquiera hubo la intención de quedarnos en el poder. Recuerden que el país era un caos, había paros, en algunos editoriales se preguntaba por qué no intervienen los militares, hubo personas que se suicidaron en los bancos porque no les devolvían sus fondos. Cuando el pueblo ingresó al Parlamento Nacional y se eligió una Junta de Salvación Nacional no podíamos echarnos para atrás. Pero no hubo nada preparado, ni siquiera conversamos bien con otros compañeros militares.
- ¿Cómo sería su relación con los militares en caso de llegar al gobierno? ¿No teme la posibilidad de un golpe?
Mis relaciones con las Fuerzas Armadas son excelentes. La cúpula militar podría planificar algo contra mí con algunos círculos de la oligarquía ecuatoriana. Pero no es fácil. Se requiere una persona que tenga un liderazgo ético. Puede ser que tenga el mando legal, pero no el liderazgo moral.
- ¿Con quién piensa gobernar? ¿Cuál va a ser el papel de su vicepresidente?
No quiero gobernar solo con los que me apoyan, es decir, con la izquierda. Voy a tratar de involucrar a todos, que haya un pacto social. Voy a gobernar con los mejores ecuatorianos. Incluso con gente que me cuestione. Debo buscar el equilibrio porque si me voy al extremo y me equivoco, me estoy equivocando al ciento por ciento, en cambio que en el centro, si me equivoco, solo será al cincuenta por ciento.
- ¿Cómo defender el nacionalismo en un mundo que está cada vez más globalizado?
Este no es un nacionalismo enfermizo. Lo que buscamos es fortalecer nuestras costumbres, nuestra identidad nacional. ¿Y cómo vamos a difundir ese nacionalismo? A través de la educación.
- ¿En qué consiste su programa económico?
Primero, una moneda dura, no digo cuál: puede ser el sucre, el dólar o el euro, pero que no permita devaluaciones para favorecer a un grupo exportador y perjudicar a la sociedad. Luego, finanzas públicas sanas. Un presidente de la República no puede ir repartiendo cheques. Y por último, un país competitivo...
- Todo eso le va a caer muy bien al FMI...
Creo que a nivel internacional es posible renegociar la deuda externa. Imagine usted una familia muy trabajadora que sufre un accidente y acude al banco y pide que le den más plazos, y otra familia cuyo padre es un corrupto que se chupa la plata y luego va al banco y dice perdóname la deuda. ¿Qué le va a decir el banquero? Trabaja y paga lo que debes. Más o menos algo así pasa con el Ecuador. ¿Qué dice el FMI? Dejen de ser corruptos y cobren los cinco mil millones que se le entregaron a los bancos, paren la corrupción en las aduanas, no entreguen los pozos petroleros a dedo. Cuando haya un gobierno honesto que pague la deuda social, el FMI va a tener que doblegarse.
- ¿Qué va a hacer con el dólar?
El dólar es una herencia dolorosa que hemos recibido, aunque sigue siendo inconstitucional. Pero no vamos a llorar sobre la leche derramada. Nosotros somos de la firme convicción de fortalecer la dolarización. Según las encuestas, el 57% de la población quiere regresar al sucre. Habrá entonces que hacer un debate con todos los sectores productivos y la sociedad para que en consenso se defina si seguimos con el dólar.
Mientras tanto, la dolarización hay que fortalecerla, porque regresar al sucre sería terrible. Para eso hacen falta reformas profundas, por ejemplo con una reforma tributaria que aumente la masa de contribuyentes y no los impuestos. Hay que eliminar los monopolios, la corrupción, hay que reducir aranceles, hay que modernizar el Estado.
- ¿Eso quiere decir privatizaciones, concesiones?
Las concesiones pueden ser una alternativa. Modernizar el Estado quiere decir que nuestras empresas tienen que ser eficientes. Si están politizadas en su administración, hay que despolitizarlas.
- Usted mencionó en alguna ocasión a Taiwán, que ha sido puesta como ejemplo del modelo neoliberal...
El desarrollo de Taiwán se cimentó en la agricultura y la educación, y eso no creo que sea necesariamente neoliberal. Pensar que vamos a ser industriales si no tenemos la base de la agricultura, es un error.
A algunos les puede parecer raro: ¿cómo es que este está por acá y quiere irse por allá? Pero yo soy muy amigo del señor Lien Chan, el presidente del Kuomintang, el partido que gobernó cincuenta años en Taiwán, que es de centroizquierda, y ellos están dispuestos a invertir en el Ecuador, así que mi gobierno abriría una oficina comercial en Taiwán, aunque sin pelearnos con China.
- ¿Y cómo se va a manejar frente a los sindicatos públicos que lo apoyan?
Todos tenemos que sacrificarnos, las Fuerzas Armadas, los sindicatos, los empresarios. Los sindicatos en el sentido de que al trabajador se lo tiene como un problema para la producción, y no es así, el trabajador tiene que ser parte sustancial de la producción. Si se requiere que el trabajador tenga conciencia para que las empresas del Estado no hagan paros, habrá que hablar con ellos. En este momento Lucio Gutiérrez tiene una situación históricamente ventajosa para el país, porque a mí me apoya toda esa masa excluida y por ser marginados son los que hacen los levantamientos, entonces se podría aprovechar este apoyo.
- ¿Qué va a pasar con la educación, que está controlada por un partido político que lo respalda?
Mi compromiso es con Dios, con mi conciencia y con el pueblo ecuatoriano. Ni siquiera es con la Sociedad Patriótica 21 de Enero. La educación es una de las actividades estratégicas. En la Constitución está que es una actividad indelegable. Lo primero es aumentar el presupuesto. Voy a hacer todo un esfuerzo para que ojalá llegue al 30%, como consta en la Constitución. Hay que pagarles salarios dignos a los profesores. A las madres de familia en la etapa preescolar queremos involucrarlas como profesoras parvularias para acentuar esos valores éticos en los futuros ciudadanos.
Usted también me preguntó por el vicepresidente: él se va a hacer cargo del programa de salud. Allí también vamos a aumentar el presupuesto para aumentar la cobertura. Al ser un ex ministro de Salud, él se va a hacer cargo de la parte social: darle salud al pueblo, nutrir a nuestros escolares y a nuestras madres embarazadas, y tenemos proyectos elaborados por él mismo muy baratos.
- ¿Y de dónde va a sacar los recursos para todo eso?
Por lo menos hay cuatro fuentes. La primera es el combate a la corrupción: calculan en 2.000 millones de dólares lo que se roban. Dos, los banqueros se llevaron como 5.000 millones de dólares; si les cobramos tendríamos el 90% del presupuesto actual. Tres, calculan en 1.700 millones de dólares lo que se evade en impuestos; si aumentamos la masa de contribuyentes y mejoramos los controles tendríamos el 20% del presupuesto. Y también logrando una adecuada renegociación de la deuda externa que es muy difícil pero no imposible.
- ¿Qué va a hacer un militar para darnos seguridad?
La delincuencia es un efecto y no una causa. No se combate la delincuencia con más policías y represión; porque si el guagua llora, no hay que pegarle, sino darle el biberón. Si el pueblo roba, no hay que meterle palo, hay que acabar con la corrupción, hay que despolitizar las cortes de justicia, habrá que revisar las penas. No soy partidario de la pena de muerte ni de la cadena perpetua, pero sí de revisar las penas para endurecer algunas.
- ¿Va a fortalecer a las Fuerzas Armadas para impedir el contagio del conflicto colombiano?
De alguna manera debemos contribuir a que el conflicto colombiano se acabe porque somos uno de los países más afectados. Para eso fortaleceríamos la presencia militar y policial en la frontera, aunque no soy partidario del cierre de la misma. Lo que sí hay que controlar son los pasos clandestinos.
El Ecuador debería liderar un grupo de países facilitadores, con el beneplácito del gobierno colombiano, que garanticen los acuerdos de paz firmados entre el gobierno colombiano y las fuerzas subversivas.
En relación con la base de Manta, mi gobierno será respetuoso de los acuerdos internacionales. Pero si no se cumple el acuerdo tal como fue firmado, es decir, para combatir el narcotráfico, y se va más allá, será suficiente para terminar ese convenio.
Y también habría que conversar con la otra parte -porque nosotros no hemos recibido nada a cambio de ese convenio- para conseguir rebajas en los pagos de nuestra deuda externa.
- Por tanto usted prevé relaciones normales con Estados Unidos...
Pero si yo no me voy a pelear con nadie.