Parte de guerra del Bloque "José María Córdova"
Octubre 14 de 2002
1)El 10 de octubre, a las 06:30horas, guerrilleros del Bloque José Maria
Córdova de las FARC-EP atacaron una base Paramilitar, en la Esmeralda,
jurisdicción de Taraza, Antioquia. Resultados: 30 paramilitares muertos
y 40 heridos. Material recuperado: 13 fusiles AK calibre 5.56, 1 lanzagranadas
M-79, abundante munición y 30 equipos de campaña. 3 guerrilleros
muertos.
Los paramilitares fueron apoyados con dos helicópteros blackhawk del
ejército.
2)El 14 de octubre, a las 05:00 horas, guerrilleros del Bloque José'
Maria Córdova de las FARC-EP y del ELN atacaron una patrulla del Batallón
San Mateo en Pueblo Rico, Risaralda. Resultados: 6 soldados muertos, varios
heridos y un carro destruido. Material recuperado: 12 fusiles Galil, calibre
5, 56 con toda su dotación y dos radios Motorolas. Propios sin novedad.
A las 06:00 el apoyo cayó en un minado. Resultados: un soldado muerto
y un cantidad indeterminada de heridos.
LA COMUNA 13 NO SE RINDE
Comunicado del Frente Jacobo Arenas, FARC-EP Medellín, 21 de octubre
del 2002 ¡EL PUEBLO DESPIERTA, LA REVOLUCIÓN AVANZA! La guerra que vivimos
no fue pedida por la mayoría de los colombianos. Aún cuando no
existían las actuales organizaciones insurgentes, cuando ni siquiera
había nacido la guerrilla revolucionaria de las FARC –EP, ya nuestro
pueblo era masacrado, expoliado y vivía entre la pobreza y la miseria.
Ya existía el intervensionismo gringo en los destinos de la nación.
De modo que la confrontación armada es producto de la testarudez, avaricia
e intolerancia centenaria de los ricos del país, de los pocos, de la
oligarquía nacional. La guerra no es culpa de las FARC-EP, no es culpa
de la guerrilla.
Todas estas condiciones que fueron impuestas contra nuestra voluntad, pisoteando
la dignidad de los colombianos, generaron una respuesta: la resistencia popular.
¿Acaso no es justo que un pueblo se rebele contra el maltrato y la explotación
descarnada? Como organización revolucionaria de oposición político-militar
al régimen, con profundas raíces en el pueblo, hemos crecido y
nos hemos consolidado a lo largo de la geografía nacional, tanto en el
área rural como urbana. Nunca hemos escondido nuestros propósitos,
todos encaminados a lograr el bienestar popular: igualdad de oportunidades para
los colombianos, trabajo digno, tierra para el campesino que la trabaja, educación
para todos, soberanía y autodeterminación como pueblo, etc..
Hemos insistido a lo largo de nuestra historia, en una salida diferente a la
armada, encontrando SIEMPRE la testarudez de un Estado represor y de una 'clase
política' violenta que ha cerrado cualquier oportunidad de una salida
distinta a la guerra. Y como nosotros somos revolucionarios que de un modo u
otro tenemos que lograr las transformaciones sociales para nuestro pueblo, no
nos hemos detenido un instante en avanzar hacia el poder político por
la vía revolucionaria, que nos permita realizar los cambios sociales
que finalmente traigan paz duradera para todos, fundada en la justicia social.
Eso lo saben todos los colombianos.
Sin embargo, el enemigo del pueblo, la oligarquía nacional, ha continuado
su arremetida contra la población, de forma cada vez más violenta
y descarada.
Es así como ha hecho del fascismo su política oficial: el uso
sistemático del terror, ejecutado por su brazo militar y paramilitar.
Sienten la revolución cerca, sienten la creciente inmensa de la lucha
popular y eso les produce miedo. Miedo de perder lo que siempre han ostentado
y que nunca ha sido suyo.
Lo que sucede en la comuna 13 de Medellín es el ejemplo más fehaciente
de esa política de dominación basada en el terror. Ejército,
Policía, paramilitares, Fiscalía y demás aparatos represivos
del Estado detienen arbitrariamente, allanan y masacran a los habitantes de
estos barrios populares.
Las operaciones del Estado fascista están dirigidas –según dicen
ellos- contra las Milicias y los paramilitares, pero, ¿Por qué en el
desarrollo de las operaciones no ha habido ningún paramilitar detenido,
herido o muerto? Esto demuestra claramente que los paramilitares son un brazo
del Ejército oficial. Y por tanto es una mentira ridícula sostener
que la confrontación es entre la guerrilla y los paramilitares. Son las
fuerzas militares del Estado en su conjunto (militares y paramilitares) las
que están disparando indiscriminadamente contra las humildes viviendas
de la Comuna 13, es el gobierno autoritario del paramilitar Uribe Vélez
el responsable de esta horrible masacre que los medios de comunicación
se han encargado de esconder.
Es claro que no son las Milicias, que resisten allí, el problema fundamental
para el Gobierno, el problema es que ante la situación de injusticia
social, marginalidad y discriminación, las propias comunidades generaron
procesos de organización y unidad popular para luchar por sus derechos,
ganando conciencia y formación frente a lo que realmente representa este
Estado represor, percatándose de que son los ricos del país y
sus injustas políticas, los culpables de su situación.
El PUEBLO ha DESPERTADO y la COMUNA ha RESISTIDO. No son las Milicias solamente
las que resisten en la comuna 13, son las esperanzas de un pueblo dispuesto
a luchar por sus justos derechos. Son esos esfuerzos y esperanzas los que alimentan
el valor de cada miliciano, de cada compatriota, de cada habitante que se levanta
contra el tirano burgués.
Hacemos un reconocimiento especial a nuestros combatientes de las Milicias Bolivarianas,
por su valor, fortaleza y lucha irreductible contra la tiranía. Igualmente
a los compañeros combatientes de los Comandos Armados del Pueblo (CAP)
y del Ejército de Liberación Nacional (ELN), quienes junto a nosotros
han combatido, siguen y –estamos seguros- seguirán combatiendo con todo
por la liberación nacional y el socialismo. Pero sobre todo reconocemos
la lucha y la valentía de los habitantes de la Comuna, de nuestro pueblo,
que ha padecido la represión y la barbarie de los sicarios del Estado
y aún continúa y continuará enfrentándolos con valentía.
Estamos ante un Estado violento e ilegítimo, que representa los intereses
de la injusticia social y la violencia contra el pueblo. El gobierno del jefe
paramilitar Álvaro Uribe está masacrando a la población
con el fin de consolidar el posicionamiento paramilitar en Medellín.
Pero se equivoca nuevamente la oligarquía: no logrará detener
la insurrección popular, el pueblo resiste y seguirá resistiendo.
¡CONSTRUIMOS ESPERANZA, COMBATIMOS POR LA VIDA¡ PARTIDO COMUNISTA CLANDESTINO
COLOMBIANO FRENTE JACOBO ARENAS FARC-EP