VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Internacional

26 de abril del 2002

Greenpeace se "cuela" en la central nuclear de Zorita para pedir su cierre

A las 12,35 de la mañana de ayer jueves, Greenpeace ha decidido poner fin a la acción de protesta desarrollada en la Central Nuclear de Zorita. Tras más de cinco horas en la central los ecologistas consideran cumplido su objetivo, tras la ocupación sin precedentes en España de una Central Nuclear para exigir su cierre. Los seis escaladores que se encaramaron a la cúpula de la central han sido trasladados por la Guardia Civil a la localidad de Bolarque para someterse a un examen radiológico.
A primera hora de la mañana de hoy activistas de la organización ecologista se encaramaban a la cúpula de la central nuclear de Zorita (Guadalajara) para exigir su cierre inmediato y definitivo y para denunciar la permisividad del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) con la compañía propietaria, Unión Fenosa.
La acción ha sido llevada a cabo por activistas de nacionalidad española, italiana, alemana, británica, belga, austriaca, holandesa, neozelandesa y danesa.
Un grupo de 20 activistas ha cortado el acceso principal de la central nuclear encadenándose a las verjas de acceso y cortando el paso a la central formando una cadena con tubos bloqueadores.
Un segundo grupo, con 16 activistas, entre ellos los escaladores encargados de llegar hasta la cúpula y desplegar la pancarta, ha tardado diez minutos en entrar en la central y alcanzar la cúpula.
Cuando los activistas estaban a punto de saltar la valla para acceder a la central, uno de los guardias de seguridad de la central ha efectuado un disparo al aire al grito de "todos al suelo"; los activistas han levantado las manos, explicando que se trataba de una acción pacífica y han mostrado las pancartas de Greenpeace. Mientras tanto, sin detenerse, seis escaladores han entrado en las instalaciones de la central y han escalado hasta la cúpula. Allí han desplegado una gran pancarta con el lema: Zorita cierre ya, y han ondeado otras tres en las que se podía leer: Nuclear No.
Un tercer grupo de seis activistas a bordo de dos canoas ha permanecido como apoyo al norte de la Central, en el Río Tajo, colindante con las instalaciones.
Sobre las diez de la mañana trabajadores de la central nuclear han alertado del posible riesgo de radiación nuclear para los activistas encaramados a la cúpula. A través de un contador Geiger detectaron la presencia de radioactividad en unos niveles de 0,16 microsievert/hora. La central nuclear de Zorita emite rutinariamente radioactividad a través de efluentes líquidos que se vierten en el río Tajo, a su paso por la central, y efluentes gaseosos incoloros que se expulsan a través de la chimenea. Estos niveles detectados son rutinarios y demuestran que los trabajadores de la Central Nuclear están siendo expuestos a unas dosis peligrosas para la salud.
Al mismo tiempo que se desarrollaba la acción responsables de la organización entregaban unas cartas al Ministro de Economía y a la presidenta del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) exigiendo el cierre inmediato y definitivo de la Central de Zorita.
"Hemos podido ver con nuestros propios ojos el decrépito estado de esta vieja central. Hay que cerrar Zorita ANTES de que ocurra un accidente grave por su mal estado. Alargar la vida de las centrales nucleares es la mayor de las irresponsabilidades.", ha declarado Carlos Bravo, responsable de la Campaña Nuclear de Greenpeace.
Greenpeace denuncia el funcionamiento peligroso de la central nuclear de Zorita, que padece graves problemas de seguridad cuya gravedad se oculta a la opinión pública gracias a la permisividad y connivencia del CSN con la compañía propietaria. Zorita es una central nuclear obsoleta, que no cumple con la normativa de seguridad actualmente exigida, ni es posible técnicamente lograr que la cumpla. Hasta el propio Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) reconoce que Zorita está "fuera de normativa".
A su indiscutible obsolescencia se une su funcionamiento peligroso. Zorita presenta múltiples problemas de seguridad (problemas de corrosión en la vasija del reactor, agrietamiento de los tubos de su único generador de vapor, deficiencias en el sistema de refrigeración de emergencia del núcleo, etc.), que demuestran que su vida útil está ya agotada.
Este mismo año se han descubierto nuevos problemas de seguridad, como el del mal funcionamiento del sistema de aspersión de la cúpula y otros sistemas relacionados. Estos problemas no estaban contemplados por el CSN en la Revisión Periódica de Seguridad de la central, a pesar de lo cual el CSN ha permitido que Zorita siga operando sin cumplir las normas de seguridad, en clara permisividad con la compañía propietaria.
Además de su falta de seguridad, y de su incesante producción de residuos radiactivos, hay que destacar que la tasa de incidencia de cánceres de tubo digestivo en el entorno de Zorita es tres veces más alta que la media provincial, autonómica y nacional.