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Internacional

10 de abril del 2002

Barcelona, Rosa de foc (1)

Ángeles Maestro
La movilización contra la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la UE celebrada en Barcelona ha sido la primera gran cita internacional del movimiento antiglobalización después de Génova, del comienzo de la guerra infinita, de la entrada en vigor de las leyes europeas antiterroristas y de la celebración del 2º Foro Social Mundial en Porto Alegre. Basta la simple enumeración de acontecimientos para advertir en enorme reto que Barcelona entrañaba.  
Frente la multitud de plumíferos del pensamiento único, que daban por liquidado el movimiento antiglobalización tras el 11 de septiembre – dejando así al descubierto, como los deseos mal reprimidos, cual era uno de los objetivos más importantes de la cruzada antiterrorista – la realidad fue contundente.  
Los acuerdos de la Cumbre de Barcelona estaban cargados de contenido social: retraso de 5 años en la edad media de jubilación efectiva de l@s trabajador@s europe@s y nuevos avances en los procesos de privatización de los sectores eléctrico y energético. La respuesta popular se inició el 10 de marzo con una gran manifestación contra el Plan Hidrológico que reunió a 250.000 personas y continuó el día 14 con la manifestación de los sindicatos europeos que congregó a 100.000 trabajador@s.  
Un buen comienzo que, no obstante, dejaba abierto el interrogante acerca del alcance y la efectividad de las amenazas y el amedrentamiento dirigido al movimiento y realizado por Aznar en primera persona. Parecía un reto casi personal el no dejarse emular por su admirado Berlusconi. Barcelona iba a ser ocupada por gentes de Batasuna y otros de su calaña que como es bien sabido no saben hacer más que "kaleborrocas" por donde pasan; las "fuerzas del orden" iban a cumplir con contundencia su misión de proteger la "seguridad" de las gentes de bien, sin que se pudiera descartar que en su celo confundieran a antiglobalizadores con "terroristas".  
Los preparativos ocuparon ampliamente la primera plana de los medios de comunicación los días previos: el blindaje de la Cumbre, el cierre de la Universidad, los controles y las redadas contra "sospechosos" – sobre todo jóvenes y emigrantes - , la movilización de 9.000 policías, fragatas, misiles, aviones de combate y hasta el avión AWACS de la OTAN. Los registros y las retenciones de autobuses procedentes de diferentes partes del Estado, culminaron con la ya tradicional, y no por ello menos vergonzosa, suspensión del derecho a la libre circulación de personas en la UE con el objetivo manifiesto de impedir el derecho de manifestación. Los más de 4.000 manifestantes retenidos en la frontera francesa se convirtieron en el ejemplo del intento patético de debilitar la clamorosa movilización popular.  
La Campaña contra la Europa del Capital y la Guerra (plataforma que agrupa a más de 300 organizaciones) tuvo la fuerza y la sabiduría de canalizar el potente rechazo social que se alza contundente y radical contra una UE que, rotas las quimeras de antaño, desvela su realidad antidemocrática, militarista y sometida a los intereses de EE.UU., represora y liquidadora de derechos sociales y laborales que, se suponía, conformaban su identidad.  
Sus actividades comenzaron el día 15 con una jornada de lucha social en la que los paros en telefónica y RENFE, se combinaron con acciones de solidaridad internacionalista con Palestina, el pueblo argentino, contra el Plan Colombia y con actos contra la acción depredadora de las multinacionales contra los seres humanos y el medio ambiente. El día 16 por la mañana los debates congregaron a más 6.000 personas. Merece la pena destacar la numerosa e importante presencia del sindicalismo combativo, incluyendo al sector crítico de CC.OO., CGT, SOC, STES, y diversas organizaciones y coordinadoras sindicales de todo el Estado que culminó su trabajo con la aprobación de una propuesta de Carta de Derechos Sociales que deberá ser nuestra herramienta de trabajo en los próximos meses, para que pueda culminar en una Constitución Social Europea Alternativa.  
La manifestación del sábado día 16 por la tarde, superó los sueños más optimistas. Fue convocada por la Campaña contra la Europa del Capital y la Guerra, a la que posteriormente se adhirieron el bloque nacionalista – del que formaba parte Batasuna – y el llamado Foro Social de Barcelona (FSB)(2). Este último organismo nació tras varios meses de funcionamiento unitario y abierto de la Campaña Contra el Banco Mundial, primera experiencia plural organizada en Cataluña y en el resto del Estado, del movimiento antiglobalización. El FSB está integrado por el PSC, IC. Ezquerra Republicana de Cataluña, CCOO, UGT, y la Coordinadora de ONG,s – ATTAC y EuiA(3) forman parte de ambos –. Surgió con los inocultables objetivos de domesticar e institucionalizar el movimiento, de autoatribuirse el papel de referente político y sobre todo de conseguir réditos electorales. Sus esforzadas contorsiones políticas les llevan a definirse como movimiento "por otra globalización" y a declarar a su portavoz informal Maragall que tratan de "establecer una dialéctica entre Davos y Porto Alegre" y que sin cuestionar el actual modelo de construcción europea, desean "una Europa más social". Todo ello sin que les duelan prendas en defender y participar – eso sí con los gobiernos "progresistas" de Blair, Schröeder y Jospin – en la guerra de la OTAN contra Afganistán, en la coalición de la guerra permanente de Bush, en las medidas "antiterroristas" de excepción de la UE, en la larga cadena de privatizaciones de empresas, recursos y servicios públicos, de contrarreformas laborales, de leyes contra los derechos de l@s emigrantes, ..etc. Más en concreto, con respecto a los resultados de la Cumbre, Maragall afirmaba "haber visto cosas positivas en el campo de los mercados, de la protección social, de las guarderías, del alejamiento de la edad de jubilación, de la electricidad, de la energía, de las telecomunicaciones y de los transportes ferroviarios"(4).  
Los titulares de los periódicos, por una vez, fueron expresivos. Las indiscutibles primeras planas decían: "Empate en la Cumbre. Victoria en las calles", El Periódico de Cataluña, o "Manifestación histórica en Barcelona", La Vanguardia. Todos coincidieron en que para encontrar algo parecido había que retroceder a la Transición; algún comentarista se refería para describirla al "espíritu del PSUC". Más de medio millón de personas de todas las edades, con muchísimos jóvenes y mujeres, alegres, radicales y combativos, inundamos las calles de Barcelona. Much@s más que en Seattle, el doble que en Génova, sin duda el nivel más alto alcanzado en muchos años por la movilización popular en el Estado español. El 90% nutrimos el variopinto cortejo que se constituyó tras la pancarta de la Plataforma contra la Europa del Capital y la Guerra. No hubo reparos ante la radicalidad de la consigna. Al contrario, como está demostrando el "movimiento de movimientos", sólo en el cuestionamiento radical del capitalismo neoliberal y de la guerra como su expresión más salvaje, se da el caldo de cultivo necesario para construir nuevas formas de unidad que se forjan en la lucha y en la movilización social. Pero eso debe ser materia de más extensos análisis que no caben aquí. L@s integrantes del FSB, tras pasar dos horas y media contemplando como la manifestación discurría ante sus ojos sin que ell@s pudieran congregar a más de 5.000 personas tras su pancarta, leyeron su manifiesto y la plegaron, sin llegar a desfilar. Sin comentarios.  
La represión rabiosa, desproporcionada y absurda, tan sólo consiguió hostigar la clamorosa marcha. Ciento dos detenidos y sesenta y ocho heridos fueron en su mayoría el resultado de cargas indiscriminadas contra grupos de jóvenes tras finalizar la manifestación. Histérica respuesta a la bunkerización de una reunión de gobernantes, definitivamente identificada y deslegitimada como Cumbre del Capital y la Guerra y que la masiva respuesta popular ha dejado en ridículo.  
El Manifiesto leído en catalán, árabe y castellano señalaba, jubiloso, el ritmo de los tiempos: "Barcelona es una ciudad ocupada por las sonrisas postizas de la alta política. Amparados en sus fortalezas de cristal y de acero, la impunidad está asegurada. Miles de seres fabricados en los laboratorios de la represión aseguran que nuestros gritos no lleguen a sus oídos. Pero el planeta se les ha quedado pequeño, la historia ha ido de parto y ha dicho que las cosas cambiarán".  
Madrid 1 de abril de 2002  
Notas  
1- Con ese nombre, rosa de fuego, se describió la Barcelona de las luchas obreras y populares de las primeras décadas del siglo XX. Ese símbolo ha sido también adoptado por el movimiento antiglobalización en Cataluña.  
2- Merece la pena destacar que también en Madrid se ha creado recientemente un Foro Social con contenidos y composición semejantes, del que forma parte IU-CM.  
3- En ambas fuerzas se han producido divisiones entre quienes han optado por uno u otro espacio político. En el caso de EuiA, la corriente Roj@s y los jóvenes del PSUC viu son militantes activos del movimiento antiglobalización, mientras la mayoría de la dirección prefiere encuadrarse en el Foro Social de Barcelona en coherencia con su objetivo de alianza electoral con IC y su presencia en un futuro gobierno presidido por Maragall.  
4- Publicado el El País, edición de Cataluña, del día 18 de marzo de 2002