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Entrevista
con el ex Ministro alemán Andreas von Bülow
"Dejaron más huellas que un tropel de elefantes"
Stephan Lebert/Norbert
Thomma, Tagesspiegel
Traducido para Rebelión por Germán Leyens
La primera sospecha la tuvo cuando era miembro del Parlamento
alemán. Los servicios secretos se convirtieron en su tema. Andreas
von Bülow cree que son capaces de lo peor: que tengan que ver con los
atentados de Nueva York
Fue Ministro de Investigación y Tecnología en el gabinete
de Helmut Schmidt y parlamentario por el Partido Socialdemócrata [SPD]
durante 25 años. En el comité de investigación del caso
Schalck-Golodkowski, Andreas Bülow, de 64 años, conoció
el trabajo de los servicios secretos. Como consecuencia, escribió el
libro "En nombre del Estado". Von Bülow ejerce como abogado en Bonn.
Pareciera que está encolerizado, furioso de verdad.
Les puedo explicar los que me pone nervioso. ¡Veo que después
de los horrendos atentados del 11 de septiembre, se empuja a toda la opinión
pública política en una dirección que considero errónea!
¿Qué quiere decir?
Me sorprende que haya tantas preguntas que no se formulan. Normalmente
lo que sucede con una historia tan horrible es que aparecen diferentes huellas
y pruebas, que después son comentadas por los investigadores, por los
medios de comunicación, por el gobierno: ¿Tienen algún sentido
o no? ¿Son plausibles las explicaciones? Esta vez no sucede nada de esto.
El asunto ya comenzó unas pocas horas después de los atentados
en Nueva York y Washington y...
…en esas horas lo que había era horror y pena.
Cierto, ¡pero igual fue sorprendente! Hay 26 servicios secretos en
EE.UU. con un presupuesto de 30.000 millones de dólares...
Más que todo el presupuesto de defensa alemán...
que no pudieron impedir los atentados. Sí, ni siquiera tenían
la menor idea. Durante 60 minutos decisivos los militares y los servicios
secretos dejaron los aviones caza en tierra. Sin embargo, 48 horas más
tarde el FBI ya presentó una lista de los atacantes suicidas. Dentro
de diez días se probó que siete de ellos seguían en vida.
¿Cómo dice?
Sí, sí, ¿y por qué el jefe del FBI no reaccionó
ante ninguna de las inexactitudes? ¿De dónde salió la lista,
por qué era errónea? Si yo fuera el fiscal a cargo de una investigación,
me presentaría regularmente ante la opinión pública e
informaría sobre qué pista se ha abandonado y cuál no.
El Gobierno de EE.UU. habló después de los atentados de
una situación de emergencia: que se estaba en guerra. ¿No es comprensible,
que no se comunique al enemigo lo que se sabe a su respecto?
Naturalmente, Pero un Gobierno, que se decide a comenzar una guerra,
tiene que tener un procedimiento para establecer quién es el agresor,
el enemigo. Tiene el deber de presentar pruebas. Pero según su propia
confesión hasta hoy no ha podido presentar pruebas que valgan ante
un tribunal.
Algunas informaciones sobre los atacantes han sido probadas por investigaciones.
Por ejemplo el presunto jefe, Mohammed Atta, voló en la mañana
misma del 11 de septiembre de Portland a Boston, para tomar allí el
avión que se estrelló contra el World Trade Center.
Si ese Atta fue el hombre determinante en esa acción, parece
extraño que haya tomado el riesgo de volar tan poco tiempo antes en
otro avión hacia Boston. Si ese aparato se hubiera retrasado unos minutos,
no habría subido al avión secuestrado. ¿Por qué iba a
hacer algo así un atacante astuto? Además se puede ver en CNN
que ninguno de esos nombres se encontraba en la lista oficial de pasajeros.
Ninguno pasó por los cuatro procesos de facturación. ¿Y por
qué ninguno de los pilotos amenazados dieron la señal Código
7700 a través de la palanca de mando a las estaciones en tierra? Además,
las cajas negras a prueba de fuego y de choque y los aparatos de registro
de voces del cockpit no contienen ningún tipo de datos utilizables.
Eso sucede...
¿Cómo autores de atentados dejan pruebas de sus preparativos
como lo haría una manada de elefantes? Pagan con tarjetas de crédito
a su nombre, se matriculan en las escuelas de vuelo con sus nombres auténticos.
Dejan instrucciones en árabe sobre cómo volar en jets Jumbo
en sus coches de alquiler. Se llevan al suicidio testamentos y cartas de adiós,
que caen en las manos del FBI porque estaban mal guardadas o dirigidas. ¡Dejaron
huellas como en un juego de escondites, para que las sigan! También
está la teoría de un ingeniero de aviación británico:
Según esa teoría es posible que a los pilotos se les haya arrebatado
el control de los aviones desde afuera. Los estadounidenses desarrollaron
en los años 70 un método, para salvar aviones secuestrados mediante
una intervención en el manejo de los ordenadores. Esa técnica
habría sido explotada en este caso. Es una teoría...
…que suena bastante aventurada y de la que hasta ahora no se había
hablado.
¡Ya lo ven! No me adhiero a esa teoría, pero la encuentro
interesante. ¿Y qué me dicen de los tenebrosos negocios con acciones?
En la semana antes del atentado las cifras de negocio del comercio con acciones
de las líneas aéreas American Airlines, United Airlines
y de compañías de seguro aumentaron en un 1200 por ciento.
Se trataba de unos 15.000 millones de dólares. Algunos deben haber
sabido algo. ¿Quiénes?
Especule un poco.
Con ayuda de los horrendos atentados las masivas democracias de Occidente
fueron sometidas a un lavado de cerebro. Ya no aparece el concepto del enemigo
comunista, hay que reemplazarlo por los pueblos musulmanes. Se les imputa
que engendran el terror suicida.
¿Lavado de cerebro? ¡Es duro de tragar!
¿Es así? Pero la idea del concepto del enemigo no es mía.
Proviene de Zbigniew Brzezinsky y de Samuel Huntington, dos precursores de
la política de inteligencia y de política exterior de EE.UU.
Huntington pensaba ya a mediados de los años 90, que la gente en Europa
y EE.UU. necesitaba a alguien a quien odiar – para fortalecer su identificación
con su propia sociedad. Y Brzezinski, el perro rabioso, ya propugnaba, cuando
era consejero del Presidente Jimmy Carter, que EE.UU. debía tener acceso
exclusivo a todas las materias primas del mundo, sobre todo al petróleo
y al gas.
¿Quiere decir que los acontecimientos del 11 de septiembre…?
...convienen exactamente al concepto de la industria de armamentos,
de los servicios secretos, de todo el complejo militar-industrial-académico.
Llama la atención. Las grandes reservas de materias primas en el territorio
de la antigua Unión Soviética están ahora a disposición,
también los caminos para los oleoductos, y...
Eso lo describió exhaustivamente Erich Follath en Der
Spiegel: "Se trata de bases militares, de drogas, de reservas de petróleo
y gas natural"...
Compruebo que: La planificación de los atentados fue una realización
magistral desde el punto de vista técnico y organizativo. ¡Secuestrar
en cosa de minutos cuatro aviones de gran capacidad y pilotearlos hasta su
objetivo en una hora mediante complicadas maniobras! Es inconcebible sin muchos
años de apoyo por los aparatos secretos del Estado y de la industria.
¡Usted es un teórico de la conspiración!
Sí, sí. Es la burla de los que gustan de seguir las
líneas proclamadas por la administración. También los
periodistas investigativos son alimentados con propaganda y desinformación.
El que lo dude, ¡debe estar mal de la cabeza! Ésa es su objeción.
Su carrera, por otro lado, contradice la suposición de que esté
mal de la cabeza. Usted ya llegó a Secretario de Estado en el Ministerio
de Defensa a mediados de los años 70, en 1993 fue encargado de la prensa
del SPD en el Comité de Investigación sobre Alexander
Schalck-Golodkowski...
¡Y en el fondo con eso comenzó todo! Hasta entonces yo no sabía
gran cosa sobre el trabajo de los servicios secretos. Y tuvimos que comprobar
una gran discrepancia: Investigamos las maquinaciones del Stasi [Servicio
de Seguridad del Estado de la RDA, N.d.T.] y de otros servicios secretos del
Este en el campo de la criminalidad económica, y en cuanto queríamos
saber algo sobre el comportamiento del BND [servicio secreto
alemán], o de la CIA se nos bloqueaba por completo. Ninguna información,
ninguna cooperación, ¡nada! En ese momento comencé a sospechar
por primera vez.
Schalck-Golodkowski inició, entre otras
cosas, varios negocios en el extranjero para la RDA. Cuando usted consideró
su caso en detalle…
...encontramos, por ejemplo, una pista en Rostock, donde Schalck había
organizado su depósito de armas. Bueno, y luego nos encontramos con
una subsidiaria de Schalck en Panamá, y ahí nos encontramos
con Manuel Noriega, el que fue durante años Presidente, traficante
de drogas y lavador de dinero, todo en uno, ¿no es así? Y de repente
ese mismo Noriega aparece en la nómina de la CIA, con 200.000 dólares
por año. Fueron cosas así las que despertaron mi curiosidad.
Usted escribió un libro sobre las maquinaciones de la CIA &
Cía. Ha llegado a convertirse en un experto, en lo que respecta a las
singularidades del trabajo de los servicios secretos.
La palabra "singularidad" es una formulación incorrecta. Lo
que sucedía y sucede en nombre de los servicios secretos, es criminal.
¿Qué, diría usted, determina en primer lugar el trabajo
de los servicios secretos?
Para que no me entienda mal. Pienso que los servicios secretos tienen
ciertamente su sentido y...
¿Usted no está de acuerdo con las antiguas demandas de los Verdes,
de que se eliminen esos servicios?
No. Está bien que se eche una mirada detrás de los bastidores.
Que se consigan informaciones sobre las intenciones de un enemigo, tiene sentido.
Es importante, ponerse en el lugar del antagonista. El que quiere comprender
los métodos de la CIA, tiene que preocuparse de sus tareas principales,
las operaciones clandestinas: Por debajo del nivel de la conducción
de la guerra, fuera de todo derecho internacional, se quiere influenciar a
Estados extranjeros, organizando insurrecciones, o atentados terroristas,
combinados generalmente con el tráfico de drogas y armas y el lavado
de dinero. En el fondo es bastante fácil: se arma a gente violenta.
Pero, como en ningún caso debe llegarse a saber que hay un servicio
secreto detrás del asunto, se borran con gran esfuerzo todas las huellas.
Tengo la impresión de que semejantes servicios secretos pasan un 90
por ciento de su tiempo montando pistas falsas. El objetivo es que cuando
alguien afirma que los servicios son cómplices, puedan decir que el
que lo dice tiene una manía de la conspiración. La verdad recién
sale a la luz decenas de años más tarde. El jefe de la CIA,
Allen Dulles, dijo una vez: ¡Si es necesario le miento hasta al Congreso!
El periodista estadounidense Seymour M. Hersh escribió en New
Yorker, que alguna gente en la CIA y el Gobierno se basan
en que algunas pistas fueron creadas probablemente para confundir. ¿Quién
piensa usted, Sr. von Bülow, puede haberlo hecho?
Tampoco lo sé, ¿cómo lo iba a saber? Sólo utilizo mi
sentido común y compruebo que: los terroristas se comportaron de la
manera más ostentosa posible. Y siendo musulmanes creyentes incluso
fueron a un bar de striptease y le colocaban billetes a la bailarina en sus
calzones.
Son cosas que pasan.
Puede ser. Yo, como individuo, no puedo probar nada, va más
allá de mis posibilidades. Pero me es difícil imaginarme que
todo esto lo haya proyectado un solo perverso individuo desde su cueva.
Señor von Bülow, usted mismo dice, que está solo
con su crítica. Antes usted pertenecía al establisment político,
ahora es un marginado.
A veces es un problema, pero uno se acostumbra. Además conozco
mucha gente, también algunos muy influyentes, que confidencialmente
me dan la razón.
¿Mantiene contacto con sus antiguos compañeros de camino como
Egon Bahr y con el antiguo Canciller Helmut Schmidt?
Ya no hay un contacto estrecho. Quería ir al último
Congreso del SPD, pero me enfermé.
¿Podría ser, señor von Bülow, que actualmente usted
hace sensacionalismo con un anti-americanismo típico?
Eso es una tontería. No tiene nada que ver con anti-americanismo.
Soy un gran admirador de esa grande y libre sociedad, y siempre lo he sido.
Estudié en EE.UU.
¿De dónde le viene la idea de que podría haber una conexión
entre los atentados y los servicios secretos estadounidenses?
¿Se acuerdan del primer atentado contra el World Trade Center en 1993?
En el atentado con una bomba murieron seis personas, y más de
mil fueron heridas.
En aquel entonces estuvo en la mira como constructor de la bomba un
antiguo oficial egipcio. Había reunido, para realizar el atentado,
a algunos musulmanes. Estos habían sido infiltrados al país
a pesar de la prohibición de ingreso del Departamento de Estado, por
la CIA. Al mismo tiempo, el jefe de la banda era informante del FBI. Y se
puso de acuerdo con las autoridades para que en el último momento se
reemplazara el peligroso material explosivo por un polvo inofensivo. El FBI
no se atuvo al acuerdo. La bomba estalló, por así decirlo, con
conocimiento del FBI. La versión oficial de los hechos fue encontrada
rápidamente: los culpables fueron unos malvados musulmanes.
Usted estaba en el gabinete de Helmut Schmidt, cuando los soldados soviéticos
entraron en Afganistán. ¿Cómo fueron las cosas en aquel entonces?
Los estadounidenses presionaron para que se impusieran sanciones comerciales,
exigieron el boicot de los Juegos Olímpicos en Moscú...
en el que participó el Gobierno alemán...
...y hoy lo sabemos: Fue una estrategia del Consejero de Seguridad
estadounidense, Brzezinski, la desestabilización de la Unión
Soviética a partir de los Estados musulmanes vecinos: Se atrae a los
rusos a Afganistán y se les crea un infierno, su propio Vietnam. Con
un importante apoyo de los servicios secretos de EE.UU. se entrenó
en Afganistán y Pakistán a por lo menos 30.000 combatientes
musulmanes, todos pillos y fanáticos, que estaban dispuestos a todo
y lo siguen estando. Y uno de ellos es Osama bin Laden. Escribí hace
años: "Provenientes de esa gentuza aparecieron en Afganistán
los talibán criados en las escuelas coránicas financiadas por
dinero occidental y saudí, que ahora aterrorizan y destruyen el país".
Aunque usted diga que lo que quiere EE.UU. son las materias primas de
la región: El punto de partida de los ataques estadounidenses sigue
siendo ese atentado terrorista, que costó las vidas de miles de seres
humanos.
Tiene toda la razón: Siempre hay que recordarse de ese hecho
horripilante. Pero a pesar de ello, se me permitirá que al analizar
procesos políticos considere quién es el que se beneficia y
quién es el que pierde, o qué es coincidencia. En caso de dudas,
vale siempre la pena echarle una mirada al mapa, y ver dónde están
los recursos naturales y los caminos que conducen a ellos. Y después
se contrapone un mapa con las guerras civiles y los centros de disturbios,
y se verá que coinciden. Lo mismo sucederá con el tercer mapa:
el del tráfico de drogas. Ahí donde todo coincide, no están
lejos los servicios estadounidenses. Además, el gobierno Bush está
estrechamente ligado al negocio de petróleo, del gas y de las armas
a través de la familia bin Laden.
¿Y qué piensa usted de los vídeos de bin Laden?
Cuando se trata de servicios secretos, se puede presumir de una manipulación
de máxima calidad. La técnica la puede suministrar Hollywood.
Creo que los vídeos no son adecuados como pruebas.
Usted piensa que la CIA es capaz de cualquier cosa.
En función de los intereses estatales de EE.UU. en sus intervenciones
en el extranjero, la CIA no tiene que respetar ninguna ley, no tiene ninguna
obligación hacia el derecho internacional, el único que manda
es el Presidente. El terror mismo también existe, porque existen servicios
como la CIA. Y cuando se recortan los medios, cuando hay la perspectiva de
paz, entonces estalla una bomba en alguna parte. Con eso se demuestra que
nada funciona sin los servicios, que los críticos son parlanchines,
locos como dijo Bush padre, que fue Presidente y Director de la CIA. Hay que
considerar que EE.UU. invierte 30.000 millones de dólares en los servicios
secretos y 13.000 millones en la lucha contra las drogas. ¿Y qué resultados
obtiene? El jefe de una unidad especial de la lucha estratégica contra
las drogas declaró desesperado, después de casi 30 años
de servicio: En cada caso importante de tráfico de drogas me lo arrebató
de las manos la CIA.
¿Critica usted al Gobierno [alemán], por su reacción
después del 11 de septiembre?
No. Sería ingenuo suponer que el Gobierno es independiente en estos
asuntos.
Señor von Bülow, ¿cuáles son sus intenciones futuras?
Ninguna. Mi tarea termina al decir: no puede haber sido así,
¡busquen la verdad!
Tagesspiegel, 13 de enero de 2002