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Internacional

10 de julio del 2002

Entrevista con Tariq Ali
Cómo el gobierno de Bush utilizó el 11-S para rehacer el mundo

Fábio Fernandes
Mao Única
Traducido para Rebelión por Germán Leyens

Pregunta: Después del ataque del 11 de septiembre y sus consecuencias en EE.UU. y en el Oriente Próximo, ¿cree usted que el mundo está enfrentando un estado de guerra? ¿Por qué (o por qué no)?
Tariq Ali: Pienso que actualmente hay una guerra en Afganistán. Cada semana hay informes sobre víctimas. Casi 2000 civiles afganos han sido ya matados, usualmente por 'accidente'. ¿Quién llora su muerte? ¿Quién construye monumentos en su memoria? ¿Quién se preocupa de sus familias?
Simultáneamente tenemos la guerra de Sharon contra la nación palestina, con el respaldo de la administración Bush. Los medios de comunicación de EE.UU. son más parciales que la prensa israelí. Tratan a Israel como si fuera la víctima. Ignoran el hecho de que Israel provocó los ataques suicidas con su política sistemática de asesinar a los dirigentes palestinos. La "Operación Escudo Defensivo" ha sido preparada para aplastar la resistencia palestina y destruir todas las esperanzas de una república palestina soberana a independiente. Dejando de lado la abominación moral que esto constituye y los dobles rastreros de Occidente, preguntémonos si semejantes acciones llevarán a una disminución o a un aumento de los actos de terrorismo. Cualquiera persona capaz de pensar independientemente conoce la respuesta.
Pregunta: Junto con Noam Chomsky, usted es uno de los escritores en lengua inglesa que critica más duramente las políticas del gobierno de EE.UU., particularmente en lo que a seguridad se refiere. A su juicio, ¿cómo ve la oposición (con lo que queremos decir la izquierda, no especialmente en EE.UU. pero en el Primer Mundo) a la Administración Bush?
Tariq Ali: Pienso que la Izquierda, utilizando la palabra en su sentido más amplio, está dividida. Muchos intelectuales fueron llevados por el pánico a apoyar la "guerra contra el terrorismo". Aunque existe una fuerte minoría en Estados Unidos que se opone al nuevo imperialismo. En Europa existe una mayoría en Alemania, Gran Bretaña e Italia que se opone a toda nueva guerra contra Irak y muchos están comenzando a ver que EE.UU. utilizó el 11-S para rehacer el mundo. Así que existe una oposición en el Primer Mundo. En Gran Bretaña actualmente, 170 miembros del Parlamento (sobre todo laboristas) han firmado una declaración pública contra una guerra contra Irak.
Desde luego, muchos de los que han cambiado de lado para respaldar la guerra de Bush en Afganistán –los beligerantes– están también a favor de una guerra contra Irak. Su guru favorito es el antiguo trotskista Kanaan Makiya –el escritor anglo-iraquí presentado por los aduladores como el 'Alexander Solzhenitsyn de Irak' –quiere que sus amigotes del Departamento de Estado de EE.UU. se apoderen de Irak y lo gobiernen.
Pregunta: Hace unos meses, usted fue a la Bienal do Livro de Sao Paulo, para hablar de la edición brasileña de su último libro "El Choque de los Fundamentalismos". ¿Sabe usted cómo está reaccionando la gente en los países latinoamericanos al no-tan- nuevo Orden Mundial –especialmente Brasil, cuyo actual gobierno es considerado como uno de los más fieles seguidores del neoliberalismo?
Tariq Ali: Mi impresión es que la mayor parte de América Latina es profundamente hostil al Nuevo Orden. América del Sur ha sido siempre tratada por EE.UU. como una 'esfera de co-prosperidad', es decir, ha sido descaradamente explotada y vive bajo una semi-ocupación permanente. Así que la oposición a Washington en esa región no puede sorprender a nadie. Mire a Argentina. Un trágico resultado de la economía neoliberal. El país fue un laboratorio para el fundamentalismo de mercado. Los mulahs del FMI controlaron cada matiz. El Tesoro de EE.UU. autorizó sus políticas. ¿El resultado? Un desastre total.
Es esto lo que el PT debiera estarle explicando a la gente en Brasil. Las políticas de Cardoso podrían llevar a un desastre similar en Brasil. Sé muy bien que las opciones de Lula son limitadas, pero si no hace nada, el resultado será una tragedia. La combinación de un colapso económico y la despolitización masiva es el peor guión posible. Así que el PT tiene que implementar algunas reformas radicales, especialmente en la salud, la educación y los campesinos sin tierra.
Pregunta: En algunas de las entrevistas que usted dio inmediatamente después del 11 de septiembre, usted dijo que no temía al gobierno de EE.UU., sino que temía a los fundamentalistas. Todos saben, sin embargo, que este actual "enemigo del mundo libre" ya había trabajado para la CIA y el Pentágono, y que reforzó sus rasgos religiosos para atacar y destruir. ¿Puede utilizarse el fundamentalismo a ambos lados de esta guerra, y hasta qué punto?
Tariq Ali: Pienso que usted debe haber leído mal alguna entrevista. Siempre he argumentado, y es la tesis de mi libro, que el Imperio de EE.UU. y sus políticas económico-militares son la madre de todos los fundamentalismos. Han generado los grupos a los que ahora combaten.
Pregunta: ¿Qué podemos esperar de los conflictos entre judíos y palestinos en el futuro cercano? ¿Es usted pesimista al respecto? ¿Es por eso que usted incluye en su libro esa excelente entrevista con Isaac Deutscher?
Tariq Ali: No soy optimista. ¿Cómo se puede serlo cuando el criminal de guerra Sharon habla a los senadores de EE.UU. sobre una guerra de cien años contra los árabes y de una necesidad urgente de transplantar otro millón de judíos a Israel? Ese condenado no continuará ahí eternamente (hasta los sionistas no han logrado sobreponerse a las leyes de la biología) pero quiere dejar un legado a las futuras generaciones: guerra, guerra y más guerra. Pero los palestinos no cederán en su lucha por su nación. Desde 1948, todos los intentos de aplastarlos, de destruir su memoria, han fracasado.
Los Acuerdos de Oslo crearon bantustanes. Los palestinos los rechazaron. No aceptarán una Palestina que sea un protectorado israelí. Así que hasta que Estados Unidos obligue a Israel a aceptar una solución de dos estados nada podrá cambiar.
Pregunta: En su libro "Imperio," Antonio Negri y Michael Hardt no consideraron exactamente a EE.UU. con EL Imperio en sí, sino que simplemente como su representación. ¿Tenían razón?
Tariq Ali: "Imperio" es un informe muy estimulante sobre la globalización, pero desesperadamente erróneo en dos temas centrales. El estado no ha desaparecido. Todavía existen estados fuertes –EE.UU., China, Alemania, etc.––– pero la diferencia con el pasado es que ahora sólo hay un Imperio y éste no es la entidad nebulosa imaginada por Estudios Culturales, sino un organismo real, viviente, y tiene un nombre: los Estados Unidos de América.
Pregunta: Suponiendo que no tuvieron razón al respecto: ¿podemos vivir sin el Imperio Estadounidense? ¿Viviremos sin él algún día?
Tariq Ali: Es improbable que vivamos sin él, pero espero que nuestros hijos y sus hijos lo harán. Todos los Imperios sufren de un complejo de invencibilidad, pero cuando llega el fin vemos que fue impredecible y que los sorprendió a todos. En el caso de EE.UU., probablemente será una combinación de factores internos y externos, económicos y militares.