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ENRON - WORLDCOM -VU y los demás o la crisis del nuevo capitalismo
Dominique Plihon*
Los desastres en cadena de los grupos Enrón, WorldCom y Vivendi-Universal
(VU) no son acontecimientos independientes y merecen ser convenientemente analizados.
Estos accidentes reflejan las graves disfunciones, para no decir los fracasos
del capitalismo bursátil, recientemente puesto al descubierto por la
mayor parte de los profesionales y de los medios. Lo que está en tela
de juicio es laactual concepción empresaria. La empresa es considerada
como un objeto financiero cuyo valor bursátil es preciso acrecentar por
cualquier medio, recompra de acciones , fusiones-adquisiciones, venta se sectores
menos rentables, montajes financieros. De modo que el apogeo y luego la caída
de Enron no tienen nada que ver con su actividad industrial - el negocio del
gas y la electricidad - sino que proceden únicamente de sus actividades
financieras. Detrás del montaje encascada de préstamos cada vez
más riesgosos, destinados a financiar operaciones de fusión-adquisición
sobremanera jugosas, Enron no estaba aportando ninguna contribución real
al mercado de la energía, el quepor otra parte ni siquiera fue afectado
por su desaparición. Lo mismo que Vivendi-Universal que se ha transformado
en un holding financiero, conformado por superposiciones de activos financieros
sin ninguna coherencia industrial, destinado solo a crear mayor valor para los
accionistas. De este modo se explica el hiato producido, en la crisis inicial
de VU, entre el sector tradicional de la ex Compañía General de
Aguas y sus actividades ligadas a la nueva economía.
Lo que se halla igualmente en tela de juicio es la capacidad de los mercados
financieros para regular el sector productivo. En el nuevo capitalismo accionario
la Bolsa juega un triple papel: el primero financiar a las empresas; sin embargo
se comprueba que este no es elcaso dado que en los años recientes, en
Europa tanto como en los EEUU, han sido negativas las emisiones netas de acciones
empresarias (es decir las emisiones brutas menos las recompras de acciones y
los dividendos) Esto significa que las empresas pagan más de lo que reciben
de sus accionistas. La segunda función de la bolsa esvalorizar las empresas:
también esto es dudoso! Los niveles total menteirreales de los valores
tecnológicos y de empresas del sector tradicional como Enron no proporciona
ninguna indicación seria sobre el valor de las empresas. Finalmente se
supone que la Bolsa favorecelas reestructuraciones industriales, en las que
las acciones sirven como moneda de cambio en oportunidad de las OPA. Ha quedado
comprobado que en la mayoría de los casos estas reestructuraciones se
hallan gobernadas por una lógica puramente financiera ajena a toda lógica
industrial.
Estamos así ante una contradicción fundamental: por una parte
la Bolsa domina al nuevo capitalismo por la otra la Bolsa resulta incapazde
guiar a las empresas hacia opciones susceptibles de asegurarles su desarrollo
en el largo plazo. La famosa "disciplina del mercado "tampoco funciona! Los
accionistas y sobre todo los fondos de inversión impulsan a las empresas
a adaptarse a las normas financieras de cortoplazo ( práctica del "bench
marking"). Esto es lo que llevó a losdirigentes de Enron, WorlCom y VU
a trucar sus cuentas para mostrar acualquier precio los resultados esperados.
En cuanto a los demásactores del mercado financiero que se supone controlan
a las empresastampoco juegan su papel de contrapoder frente a los dirigentes
dequienes son a menudo cómplices activos o pasivos. Tal es el caso delgabinete
de auditores (Andersen) o de las autoridades reguladoras(fundamentalmente las
Comisiones de operadores bursátiles), perotambién los bancos de
negocios, las agencias de facturación, losanalistas financieros y los
periodistas bursátiles. Resultaparticularmente curioso constatar que
el más emblemático fiascoeconómico y social se produjo
en el sector de las telecomunicacionesal que los liberales querían convertir
en un paradigma de laregulación del mercado.
En síntesis el actual episodio nos confirma lo que ya la historia noshabía
enseñado: el capitalismo es incapaz de autorregularse y dejado asu propio
arbitrio no puede generar otra cosa que grandes disfuncionesen las que los asalariados
y más ampliamente los pueblos del mundocorren con los gastos
En definitiva estos son los principales mecanismos del capitalismoaccionario
actualmente en crisis. Se imponen en consecuencia profundasreformas. Su principal
objetivo debe ser la dramática apropiación delas empresas y mucho
más globalmente de la economía por las finanzasdel mercado.
Son dos las primordiales reformas que se requieren. Es necesario enprimer término
orientarse hacia una nueva concepción empresaria en quela empresa se
halle considerada no ya un "objeto" perteneciente a losaccionistas sino como
una "comunidad de intereses" cuya finalidad no sea buscar beneficios sino crear
empleos y riqueza. Es preciso por lo tanto terminar con una idea de la gestión
enteramente dirigida a"crear valores accionarios" Ello implica una refundación
del marco jurídico actual que reconozca los derechos de todos los que
participan en la empresa entre quienes los primeros deben ser los asalariados.
Estos constituyen la actual fuente económica fundamental basada en el
conocimiento y deben serles reconocidos sus nuevos derechos poniendo límites
a los vinculados a la propiedad del capital y otorgándole poder obligatorio
a un código laboral que actúe por sobre las estrategias de los
accionistas. La segunda serie de reformas debe abordar la excesiva desregulación
financiera para limitar suactividad, fortaleciendo el control del Estado (manteniendo
especialmente un fuerte sector público)de sus autoridades y estableciendo
instancias de control público eficientes a escalaeuropea e internacional.
Es en vano esperar que los gobiernos y las instituciones internacionales saquen
conclusiones sobre la situación actual y secomprometan con el buen sentido
aceptando poner en tela de juicio los dogmas liberales. Las reformas que acabamos
de delinear solo podrán ver la luz del día si se construye un
movimiento social capaz de imponerlas a escala nacional e internacional. El
actual movimiento de lucha contra la globalización, del que ATTAC forma
parte, está indicando el camino
Dominique Plihon. Economista, profesor en la Universidad Paris Norte.Presidente
del Consejo Científico de ATTAC-France. cs@attac.org
Traducción S. Merino Correo enviado por Revista Koeyu Latinoamericano