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Hagamos anular la deuda todos juntos
Deuda y Desarrollo (plataforma Deuda Francia)
Este artículo fue publicado en el marco de la semana de actos para la anulación de la deuda que se llevará a cabo entre el 17 y el 23 de junio de 2002.
El peso de la deuda
A pesar de las siempre renovadas promesas de los responsables políticos franceses y el G7, no será demasiado insistir en que:
Persiste la deuda de los países del sur: los alivios encarados apenas se corres-ponden con un 2,8% de la deuda del Sur.
Hasta un 40% de los presupuestos de los estados involucrados se destina a pagar dicha deuda.
El endeudamiento público externo de los países en vías de desarrollo (PED) alcanzaba en el 2000 a los 2527,5 millones de dólares. De esa cantidad 2.061 de mediano y largo plazo.
Según el FMI la deuda de los PED se ha cuatriplicado desde 1980.
Durante los últimos ocho años de la siguiente forma:
El 58% de la deuda externa corresponde a acreedores privados, un 25% a acreedores públicos bilaterales y un 17% a instituciones multilaterales.
Para el conjunto de los PED el peso relativo del endeudamiento se ha agravado en el transcurso de los últimos veinte años. La deuda externa total representaba en el 2000 en el equivalente al 34,7 % de sus PNB sumados, contra el 18,2% en 1980 y el 114,3% de sus ingresos por exportaciones contra el 84,4% de hace veinte años.
Los dos continentes más golpeados por el sobreendeudamiento son el África subsahariana y América Latina. El África subsahariana es la región del mundo más afectada por el sobreendeudamiento. Su deuda pasó de 60.6 Mds en 1980 a 206.1 Mds en el 2000. Mientras tanto la relación entre deuda acumulada y riqueza nacional explotaba, pasando de un 23, 4%a un 66,1% De allí que su deuda acumulada relacionada con sus ingresos por exportaciones llegó al 180,2% contra 65,2 % de 1980.
El servicio de la deuda evolucionó de manera similar pasando de 3.2 Mds en 1980 a 9,7 Mds en el 2000.
Aunque las economías de los países latinoamericanos y la naturaleza de sus deudas externas difieren entre sí, también este continente se halla igualmente afectado por un importante sobreendeudamiento: el servicio de la deuda pasó de 21.7 Mds a 114.2 Mds y la relación entre el servicio de la deuda y los ingresos por exportaciones aumentó un 35,7% ( con un pico de 110,9% en Brasil).
La crisis financiera argentina ha puesto nuevamente de relieve el carácter inmanejable del enorme fardo de la deuda acumulada por algunos países latinoamericaos. La deuda externa pública argentina supera los 142 Mds ( contra 65Mds en 1991) y se corresponsa con el 53,7 % de su PBI.
La deuda y nosotros
Sin duda alguna, el sistema de endeudamiento constituye un mecanismo de subordinación de los pueblos del Sur por los del Norte.
La espiral del endeudamiento comenzó en los años 60/70 con la abundante aparición de los petro-dólares que despertaron el interés de los bancos por colocarlos aún a muy bajo interés en los países del Tercer Mundo. A los países del Sur les resultaba por lo tanto interesante endeudarse para financiar su desarrollo, desde el momento en que además sus crecientes exportaciones les permitían realizar sin dificultad los reembolsos. Al mismo tiempo las economías occidentales padecían una desaceleración de su crecimiento y tenían necesidad de colocar sus productos.
Esta aparentemente bella armonía - que permitía superar los problemas del Norte no dejaba sin embargo de tener sus riesgos para los deudores porque la forma de reembolso en divisas los impulsaba a abandonar sus cultivos para el consumo interno y a reemplazarlos por la producción para la exportación, sin mencionar la ejecución de mega-proyectos (elefantes blancos) que para nada tenían en cuenta las necesidades de la población y mucho menos aún las consecuencias sobre el medio ambiente.
En 1982 surge la crisis de triple efecto, alza violento de las tasas de interés, menores ingresos por exportación y disminución de los flujos de capital.
Se diría que en estos momentos la deuda es solo un problema de los países del Sur que siguen reembolsando ininterrumpidamente grandes sumas en un círculo infernal. Pero se estaría ignorando el efecto bumerang sobre aspectos tales como el medio ambiente y las drogas.
Dado que para cumplir sus compromisos los países endeudados se ven obligados a incrementar sus ingresos en divisas y son llevados a :
por un lado a incrementar sus cultivos "fuera de estación" con relación al Norte usando grandes cantidades de pesticidas y de abonos que terminan por contaminarlo todo; a acordar enormes concesiones forestales y mineras con el solo objeto de incrementar las ganancias a corto plazo, sin preocuparse por el medio ambiente.
La necesidad de exportar conduce a la deforestación de grandes masas boscosas (de maderas valiosas) y a la ampliación de tierras de pastoreo para el desarrollo de la ganadería bovina de exportación. No solo se produce entonces pérdida de la biodiversidad sino que la pérdida de los bosques constituye una verdadera amenaza para las condiciones climáticas.
El mecanismo que vincula al endeudamiento con la droga se relaciona con la demanda creciente por parte de Europa y los Estados Unidos, especialmente para los países andinos, especialmente Perú, Bolivia y Colombia y en los que se produce un creciente endeudamiento pese al considerable desembolso que realizan para pagar la deuda: Bolivia, el país más pobre de América Latina, tradicional exportador de estaño cuyo valor se ha depreciado le consagra, bajo el control del FMI, la mitad de sus ingresos legales de exportación.
Por lo tanto en lugar de "luchar" contra la droga, ¿no sería acaso preferible proponer alternativas a los millones de personas que viven de ella, comenzando por aliviar a sus países del pesado fardo de la deuda? Las crecientes desigualdades afectan cada vez más el derecho de los pueblos a vivir en su propia tierra: generan flujos migratorios cada vez mayores y al mismo tiempo actitudes xenófobas y racistas en los países anfitriones.